Porco Rosso

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sábado, 24 de marzo de 2012

LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES de Tom Savini - 1990 - ("Night of the Living Dead")


Un grupo de desconocidos se encuentra en una casa en medio del bosque; todos huyen de lo mismo: de una marabunta de zombies que ha aparecido de la nada y que, hambrienta de carne y sedienta de sangre, está invadiéndolo todo. Los desconocidos han de unir sus fuerzas para luchar contra ellos, para contenerlos mientras alguien viene a rescatarlos o para ganar tiempo mientras planean la forma de escapar de allí hacia alguna parte. Pronto, algo más terrible que los propios zombies les amenaza: las rencillas y los conflictos por el liderazgo que surgen entre ellos mismos.


Actor, doble, director y fotógrafo, el estadounidense Tom Savini es conocido por encima de todo eso por ser uno de los más grandes magos del maquillaje y de los efectos especiales del cine y uno de los más geniales especialistas en maquillaje de heridas y monstruos de la historia (su terrible experiencia en la Guerra de Vietnam le ayudó a "inspirarse"). Leyenda del cine de terror, es el responsable del maquillaje y los efectos especiales de, entre muchas otras obras, "Zombie" y "El día de los muertos" de George A. Romero, "Viernes 13", "Maniac", "The Prowler", "Creepshow", "Viernes 13: El capítulo final", "La matanza de Texas II", "Creepshow II", "Killing Zoe", "H.P. Lovecraft's Necronomicon", "Ted Bundy" o el trailer "Thanksgivi
ng" de "Grindhouse". Como director, es responsable de capítulos de la serie "Historias del más allá", de un segmento de "The Theatre Bizarre" y de las películas "La noche de los muertos vivientes" (remake del clásico de Romero) y "Chill Factor: House Call".


En la escuetísima filmografía como director de Tom Savini brilla su remake de "La noche de los muertos vivientes" de George A. Romero de 1990. Aunque se han realizado hace pocos años otros remakes de "El amanecer de los muertos" y "El día de los muertos" (el primero muy destacado y el segundo horripilante) y los comenté en este blog
hace no mucho, en esos días no sabía ni que existía esta película y finalmente preferí dejarla para otro momento, en el que presentaría a Savini. La historia que narra vuelve a ser la misma que la del clásico de 1968, aunque se introducen suficientes variantes para que el filme resulte en todo momento atractivo. La acción es ahora en color y tanto la excelente fotografía de Frank Prinzi como los efectos especiales y el maquillaje nuevos dan un aspecto visual a la obra bastante novedoso dentro de lo que es un remake. Los zombies, ahora mucho más definidos, tienen unas heridas más vistosas y sangrantes, una descomposición más real e incluso se retuercen sobre sus propios cuerpos con gran credibilidad: todo ello queda acentuado por el hecho de que, como he señalado, el filme sea en colores. La ambientación, muy cuidada, sigue siendo fantástica, y mantiene sin problemas el tono tétrico de la película original sin que el abandono del blanco y negro consiga mermarlo.


Los roles de los personajes están por otra parte también cambiados de forma medianamente novedosa (el peso principal ahora lo lleva la protagonista feme
nina) y las escenas de terror están verdaderamente bien llevadas: tienen potencia y claustrofobia para seguir sorprendiendo hoy de manera positiva (las mejores creo que están contenidas en la primera llegada a la casa), y eso que llevamos ya bastantes añitos en los que tenemos zombies hasta en la sopa y en los que hemos visto ya de todo en lo referente a este género. Queda en el tintero el desenlace, que abandona el mensaje antiracista de la primera obra y que por ello no gustó a muchos, pero que sin embargo sí sigue incidiendo en el tema que se repite en todas las películas de zombies de George A. Romero: el hecho de que los seres humanos son al final peores que los propios muertos vivientes, que al fin y al cabo matan llevados por su instinto más básico y sin la voluntad de hacerlo y que no se regodean en la violencia y en la crueldad. El remake de Tom Savini de "La noche de los muertos vivientes" es una joyita del cine de terror que hay que revalorizar y que debe ser conocida. Ahora, con la fiebre zombie actual, que parece tener gasolina para rato, es tal vez hora de reivindicarla.

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