Porco Rosso

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martes, 14 de febrero de 2012

PANORAMA PARA MATAR de John Glenn - 1985 - ("A View To Kill")


James Bond rescata en Siberia un microchip a prueba de pulsos electromagnéticos que le lleva a él y a sus jefes a sospechar de que el millonario y genio de la tecnología Max Zorin está haciendo negocios sucios con la KGB. El agente 007, junto al también agente Sir Godfrey Tibbet y junto a la bella geóloga Stacey Sutton, comienzan a investigar a este misterioso hombre superdotado y descubren que lo que busca es destruir Sillicon Valley por medio de un terremoto provocado para hacerse con el mercado mundial de la informática. James Bond y sus compañeros van a intentar pararle los pies y van a hacer otros terribles descubrimientos: Zorin es, además de una mente privilegiada, un psicópata creado por los nazis y entrenado por los rusos que trabaja con su sexy y letal amante, la despiadada asesina May Day...


A "Panorama para matar" le ocurre lo que a "Octopussy": es un filme básicamente divertido, pero su fórmula es incapaz de provocar ninguna sorpresa y se muestra ya agotada (demasiado). Roger Moore, con 58 años, está más ridículo que nunca como galán y héroe de acción, y su papel, para colmo, prosigue (y se cierra) en la comicidad a la que se abandonó definitivamente tras la genial "Sólo para sus ojos". La última película del "James Bond cómico", de nuevo dirigida por John Glenn, vuelve a centrarse más en la pura aventura dejando a un lado el espionaje y vuelve a presentarse cargada de escenas de acción muy espectaculares pero, en líneas generales, ya muy vistas. Los villanos de turno de 007 son excelentes, eso sí, pero la trama de su periplo es predecible y carente de sorpresas. "Panorama para matar" es, como "Octopussy", una cinta irregular con unos méritos y unos defectos bastante acusados.


Como he comentado, Bond se enfrenta ahora a unos antagonistas geniales: a Max Zorin, un genio psicópata producto de un experimento genético nazi que fue criado por los rusos (el pulp sigue bien presente en la saga) y a su amante May Day, una asesina fría y despiadada que además es una máquina sexual y que en el último momento se pondrá de parte de 007. Max es un magnífico Christopher Walken que borda a un megalómano psicótico ejemplar (en mi opinión, el mejor villano de la franquicia desde Francisco Scaramanga junto al Aristóteles Kristatos de "Sólo para sus ojos") y May Day es una igualmente genial Grace Jones que también borda su papel de criminal ambigua y devorahombres. Desgraciadamente, salvo estos dos inolvidables personajes, lo que queda de la galería deja bastante que desear: Roger Moore (ya interpretado descaradísimamente por extras en muchísimas escenas) está cansado, acomodadísimo y muy aburrido de su demasiado extendido papel (de hecho, no iba a rodar esta película, pero los Broccoli le convencieron mientras contrataban a Timothy Dalton para sustituirle); la chica Bond de turno (la guapísima Tanya Roberts) pasa por el filme sin pena ni gloria debido a su papel sin demasiado relieve y el aliado del espía, el agente británico Sir Godfrey Tibbett (Patrick Macnee), es más un secundario cómico que, además, es eliminado por Zorin demasiado rápido.


Por otra parte, la trama esconde pocos secretos destacables y las escenas de acción que la mueven tampoco presentan sorpresas. Algunas resultan divertidas (como la huída de la mina o el combate final en el Golden Gate de San Francisco), pero otras son, en la línea de muchas de "Moonraker" y de varias de "Octopussy", ridículas ("deslumbran" especialmente la persecución en el camión de bomberos o la carrera en el taxi parisino partido por la mitad). "Panorama para matar" es una película tremendamente irregular que sobraba completamente (por lo menos protagonizada por Moore) y que por fin le despide de su papel estrella. También se despidió con este filme otra enorme habitual de la saga: Lois Maxwell, que también tenía 58 años, que no había faltado a un sólo filme del agente británico de EON como Moneypenny y que sería sustituída por Caroline Bliss en "007: Alta tensión".


FINALIZADAS LAS ETAPAS DE SEAN CONNERY, GEORGE LAZENBY Y ROGER MOORE COMO JAMES BOND, DESCANSO UNOS DÍAS PARA RETOMAR LA SAGA A MITAD DE LA SEMANA CON EL 007 DE TIMOTHY DALTON. HASTA ENTONCES

1 comentario:

  1. Esta película es ideal para reírse a gusto durante todo el metraje. Sobre todo cada vez que por error en el doblaje al español se traduce Silicon Valley como El Valle de la Silicona en vez del Silicio. Es tronchante ver a Christopher Walken poner cara de malo y decir dramáticamente "...voy a destruir el valle de la silicona..."; en vez de empresas informáticas yo siempre me imaginaba en ese momento un gran complejo de fábricas de prótesis mamarias y de bricolaje industrial. Entre eso, la propia estética chusca de los 80, un Roger Moore viejuno y la iron-woman negra de pelo cepillo quedaba una cinta que realmente es mala a dolor. Pero sarna con gusto no pica, o eso dicen.

    Un saludo

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