La joven y bella Ju Dou es vendida por su familia al viejo propietario de un próspero negocio textil de un pequeño pueblo de la China profunda. Es la única forma de prosperar para una mujer en su situación de pobreza: casarse con alguien rico para tener la vida solucionada. El viejo, sin embargo, se enfada al ver que ella no le da descendencia y empieza a maltratarla y a despreciarla. Ju Dou, mientras, cada día se siente más destrozada y cercana al sobrino de su marido, un hombre que trabaja para él y al que él también explota sin miramientos... La tragedia va a precipitarse y va a arrastrar a toda la familia.
"Ju Dou. Semilla de crisantemo" fue la primera obra maestra redonda de Zhang Yimou y la película que le terminó de confirmar tras "Sorgo Rojo" como gran cineasta chino moderno (y ha llegado a ser uno de los más conocidos en occidente). Los asuntos clave se repiten: Gong Li de nuevo vuelve a interpretar, también maravillosamente una vez más, a una mujer aplastada por una sociedad china del pasado que guarda demasiadas similitudes con la sociedad china del presente. Aunque se le ha criticado mucho a Yimou el no atacar frontalmente a las problemáticas de su país en nuestros días, lo cierto es que, por lo menos en sus primeras películas, se pueden rastrear sin ningún problema estos ataques que tantos dicen que no existen: al clasismo, a la marginación de la mujer, al empobrecimiento de las clases desfavorecidas, a la avaricia de los empresarios, a la sociedad de la dominación jerárquica, a la opresión de costumbres estúpidas toleradas por el Gobierno. Poco importa que la acción transcurra a principios del siglo XX: estos problemas persisten en la China de nuestros días, y posiblemente Yimou, como ya hicieron otros como el japonés Mizoguchi, ambiente sus filmes en épocas pasadas para poder torear mejor a la censura.
"Ju Dou" funciona perfectamente en este sentido: una historia de amor proscrita sirve al genial cineasta para retratar una oscurísima trama social. "Sorgo Rojo" al cuadrado, porque el cierto optimismo vital que había en aquella aquí queda reducido a la nada. Un comerciante de textiles rico que es avaricioso y clasista hasta límites insospechados es engañado, en el escenario claustrofóbico de un pueblo pequeño y cerrado sobre su propio micromundo de la China profunda, por la mujer a la que ha comprado (vendida por su familia para que a cambio de su libertad tenga por lo menos la vida solucionada en el plano económico) y por uno de sus empleados. Por supuesto, a ambos los maltrataba y explotaba, y de ambos nace el hijo... Que irónicamente heredará su próspero negocio. Todos los personajes quedan envilecidos por el horror y el odio y por supuesto por la hipocresía, y tanto el viejo como su esposa y su trabajador son presas de la tragedia. El retrato social brutal queda claramente establecido, retrato que no resulta cómodo en un país (comunista o capitalista) en el que la censura está a la orden del día. "Ju Dou. Semilla de cristantemo", rodada en unos preciosos escenarios naturales en los que los hermosísimos colores cobran significados propios (marca de la casa ya), es una obra maestra absoluta y una de las obras clave de la historia del cine chino.
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