Porco Rosso
jueves, 3 de noviembre de 2011
EN BUSCA DE LA FELICIDAD de Gabriele Muccino – 2006 – (“The Pursuit of Happyness”)
1981. Chris Gardner malvive con su mujer y su hijo de cinco años de la venta de aparatos médicos. Chris quiere cambiar de trabajo y de vida: quiere entrar a hacer prácticas en una empresa de bolsa en la que le podría aguardar un gran futuro laboral. Sin embargo, su mujer le abandona y pierde su casa y casi todo su dinero. En la calle con su hijo y prácticamente en la miseria, empieza su lucha por la supervivencia y por un futuro mejor: compaginará las prácticas con su trabajo y con la búsqueda diaria de comida y cama... Sin embargo, con esfuerzo, Chris triunfará y sacará adelante a su hijo y su ambición.
El italiano Gabriele Muccino alterna su carrera entre su país y los Estados Unidos y es un director que se mueve constántemente entre películas buenas y obras mediocres en las que prima el exceso de sentimentalismo barato. Ha dirigido en Italia las comedias serias “Ecco fatto”, “Come te nessuno mai”, “El último beso” y “Ricordati di me”. Su primera película rodada en los USA fue la para mi floja “En busca de la felicidad”, tras la que llegó la sensiblería horrorosa de "Siete almas" (ambas fueron protagonizadas por Will Smith). Su última película es "Baciami Ancora", secuela de "El último beso" rodada en Italia que no he podido ver. No conozco mucho a este director, pero lo que he visto de él me ha parecido muy irregular. A pesar de ello, no puedo ahora juzgar su carrera por desconocimiento.
“En busca de la felicidad” es la clásica revisión de la clásica fábula optimista norteamericana de grandes directores clásicos como Frank Capra destinada a hacer llorar de manera facilona al público facilón. Basada en un hecho real, narra la historia mil veces vista del típico hombre bueno sumido en una espiral de pobreza y de mala suerte que gracias a su titánico esfuerzo sale adelante en el país de las oportunidades (y no sólo sale adelante, sino que en el futuro, como se indica en los créditos, hasta se hace rico). La película tiene un guión completamente lineal que busca, cimentándose en su extremada simpleza, emocionar al espectador con sus escenas dramáticas, que son tantas que llegan a cansar. Will Smith da vida (y todo hay que decirlo, de manera espléndida, eso sí) a Chris Gardner, un hombre mediocre que, por diversas desgracias, es abandonado por su mujer, pierde su apartamento y se queda casi sin dinero en la calle con su hijo de cinco años. Como es de esperar, no se rinde, y como se sabe desde el primer minuto, va a conseguir sus propósitos después de muchas penurias: entrar a trabajar en una prestigiosa empresa de la bolsa. El camino va a ser largo y agónico: de motel en motel, de albergue en albergue, de estación de metro en estación de metro, Chris lucha cada minuto por su futuro y por el de su hijo, compaginando su trabajo de vendedor de material médico y sus prácticas no pagadas en la empresa a la que quiere acceder. Como tiene una inteligencia superior a la media (resuelve un cubo de Rubik en menos de un cuarto de hora) y, sobre todo, una gran constancia, llega a conseguir sus propósitos y la película termina con Smith llorando transido por la emoción (genial su actuación, lo repito).
La cinta es básicamente correcta, no voy a negarlo, pero no pasa de ahí: está bien rodada, con un efectismo comedido, con unas escenas dramáticas bien tratadas aunque con ciertos defectos y tiene un muy buen reparto (el hijo de Smith, su hijo Jaden en la vida real, no lo hace mal). Sin embargo, es “En busca de la felicidad” taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan predecible… Uno se la sabe nada más empezarla. El tufo de exaltación del sueño americano apesta además a kilómetros, y todos sabemos de sobra ya que en los USA hay más fracasados aplastados por su capitalismo salvaje que triunfadores. ¿Van a dejar al bueno de Chris en la calle después de tantos esfuerzos? ¿Van a dejar al público sin creer que todo el mundo puede cumplir sus sueños en cualquier lugar si se lo propone? ¿Cómo va a fracasar una persona que ha luchado tantísimo por sobrevivir en los Estados Unidos? Chris es uno de los elegidos, uno de esos hombres de pobre cuna que llegan a lo más alto combatiendo incansablemente, uno de los que no se pudrirán en la miseria en la que miles de personas se pudren. La película finalmente tiene una capacidad de sorpresa nula, y basa su “efectividad” en un encadenamiento interminable de escenas dramáticas a cada cual más triste. No es que el dramatismo esté mal tratado: es que es excesivo y a veces la sensiblería lo acaramela y lo empantana todo. La trama consiste exclusivamente en mostrar cómo Chris está cada vez más asediado por la pobreza y cómo esto no le hace desesperar, aunque a veces pierda los nervios. Es demasiado larga para contar tan poco, y se llega a hacer verdaderamente soporífera. ¿Qué es una película “muy bonita”? Está hecha para eso, cocinada con meticulosidad para “ser muy bonita”. ¿Crítica social? Sólo algún apunte aislado, sólo una apariencia: una película como esta está muy muy muy lejos de cualquier crítica social efectiva porque termina ensalzando el sueño americano por encima de todo. Lo “mejor”: los bochornosos momentos en los que, sin venir a cuento, se empieza a hablar sobre la visión de la Felicidad de Thomas Jefferson y de la Declaración de Independencia. No podía faltar el patrioterío llorón barato.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Otra pelicula de Will Smith, donde trata de demostrar que es mas que un guaperas gracioso y ahora encarna a un padre familia en la ruina...
ResponderEliminarWill dedicate hacer pelis de accion y comicas que es lo tuyo, las lagrimas tuya son muy falsas.....
By
Robert Bass