Porco Rosso

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martes, 15 de febrero de 2011

EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA de Steven Spielberg - 1981 - ("Raiders of the Lost Ark")


Indiana Jones es un profesor de arqueología dedicado a la búsqueda de tesoros de la Antigüedad que se va a embarcar en la que hasta ahora es la empresa más ambiciosa y peligrosa de su vida: encontrar el Arca de la Alianza, donde se supone que Moisés guardó las Tablas de la Ley de Dios. Para ello, necesita la ayuda de Marion, su antigua amante y la hija de su maestro, que tiene en su poder un medallón que indica el lugar donde se encuentra el codiciado objeto. Sin embargo, no va a tener las cosas nada fáciles: Marion le odia y él no es el único que busca el Arca… Los nazis también la quieren, y la quieren para dominar el mundo.


Considerado el “Rey Midas de Hollywood”, Steven Spielberg, director, guionista y productor, es uno de los más grandes maestros modernos del cine espectáculo, maestro que sabe aunar sin fisuras la calidad y la personalidad artísticas con la satisfacción de las exigencias de un público amplísimo. Sus películas, inimitables, suelen ser grandes éxitos comerciales sin por ello resultar pueriles, simplistas o dadas a las grandes concesiones. Aparte de la brillantez formal de toda su obra, cargada de sencilla humanidad y a veces moderadamente reivindicativa, Spielberg, que siempre acompaña sus cintas de las grandes bandas sonoras de John Williams, posee un gran dominio del ritmo, de las escenas de acción y de la utilización correcta de los efectos especiales y, sobre todo, un olfato comercial casi infalible que pocas veces le ha fallado y una inmensa capacidad para rodar toda clase de géneros y de productos. Por desgracia, a veces tiene sus errores, especialmente en lo que a las tramas de sus historias se refiere: Spielberg demasiadas veces se ha mostrado maniqueo en la línea del “buen americano” en sus apreciaciones políticas y/o sociales, como le ocurre en “Amistad” o en “La terminal”, por ejemplo. Su amplia y variadísima filmografía está compuesta de la road movie de terror independiente “El Diablo sobre ruedas”, de la road movie social “Loca evasión”, del filme de terror “Tiburón”, del filme sobre extraterrestres “Encuentros en la tercera fase”, de la sátira bélica “1941”, de la saga de aventuras del inconfundible Indiana Jones (“En busca del Arca Perdida”, “Indiana Jones y el Templo Maldito”, “Indiana Jones y la Última Cruzada” e “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”), del filme de extraterrestres para niños “E.T. el extraterrestre”, de los grandes dramas históricos “El color púrpura” y “El Imperio del Sol”, del flojo drama fantástico y sensiblero “Para siempre”, del filme de aventuras “Hook”, del magistral drama histórico “La Lista de Schindler”, de los filmes de aventuras y acción “Parque Jurásico” y su secuela “El mundo perdido”, del nuevo drama histórico “Amistad”, del drama bélico “Salvar al Soldado Ryan”, de los dramas de ciencia ficción “Inteligencia Artificial” y “Minority Report”, de las comedias “Atrápame si puedes” y “La terminal”, del flojo remake de “La guerra de los mundos”, del genial drama político “Munich” y del filme de animación “Las aventuras de Tintín: el Secreto del Unicornio”, que actualmente prepara.


Steven Spielberg había cambiado para siempre el cine de terror con la soberbia obra maestra “Tiburón” y había dado una visión muy especial de los extraterrestres en “Encuentros en la Tercera Fase”. George Lucas por su parte había revolucionado el cine de aventuras y de ciencia ficción con su fascinante trilogía de “Star Wars” (“La guerra de las galaxias”, “El Imperio contraataca” y “El Retorno del Jedi”). Ambos revolucionaron además, a principios de la década de los ochenta, el cine de aventuras con “En busca del Arca Perdida”, una superproducción con guión de Laurence Kasdan (basado en premisas e indicaciones de Lucas) y dirigida con una brillante personalidad por Spielberg. Parodia y a la vez homenaje de los seriales de las sesiones matinales de los años treinta, de las películas de aventuras clásicas, de las novelas también clásicas de escritores como Jules Verne o Émile Salgari, de muchas producciones de serie B, del pulp e incluso de las comedias clásicas emparentadas con el slapstick, la película que nos ocupa fue uno de los más grandes éxitos de su década, dio lugar a tres secuelas más (hasta la fecha y, la verdad, espero que se queden ahí) y creó a uno de los héroes por excelencia del cine de aventuras moderno: Indiana Jones, un profesor de arqueología obsesionado por conseguir grandes tesoros de la antigüedad de fondo bondadoso aunque también ambiciosísimo (y tendente a la avaricia camuflada con autoengaños), muy amigo de sus amigos, mujeriego empedernido, guapo y cínico, tierno, risueño y valiente aunque con un miedo fatal a las serpientes. Interpretado de manera genial por Harrison Ford (su personaje más famoso e influyente junto a Han Solo de “Star Wars” y Rick Deckard de “Blade Runner”), ha quedado en la memoria colectiva con su látigo y su sombrero y se ha convertido en todo un icono de la cultura moderna, imitado hasta la saciedad con mayor o menor fortuna pero jamás con idéntico carisma. “En busca del Arca Perdida” es una espléndida fusión de cine de aventuras de aura clásica, de filme fantástico y de comedia en la que todo homenaje y referencia posible entra desde un punto de vista romántico, paródico y nostálgico: el cine negro y el bélico, el slapstick, la comedia romántica brillante, la acción, la intriga y la fantasía esotérica más delirante. Indiana Jones y su antigua amante Marion (una mujer de armas tomar nada remilgada y alejada de estereotipos machistas a la que da vida Karen Allen) se enfrentan junto a Salah (un divertidísimo John Rhys-Davies que se convertiría en uno de los principales secundarios de la saga) a los nazis, que quieren hacerse con el Arca de la Alianza y que están guiados por Belloq (carismático Paul Freeman), el arqueólogo rival del protagonista. La mezcla de comedia, acción frenética y misterio funciona a la perfección y Spielberg y Lucas rompen con el cine de aventuras clásico para regalarnos escenas inolvidables: el prólogo al completo (el ídolo, la piedra rodante, la persecución a través de la selva), la lucha en el bazar, la bajada a las ruinas, la huída en el avión y, sobre todo, el terrorífico momento en el que el Arca es abierta, magistral secuencia donde los fantasmas del Antiguo Testamento arrasan con la soberbia nazi al “ritmo” de la onírica música de John Williams. Cargada de localizaciones exóticas, de momentos cómicos magníficos y de las mencionadas escenas para el recuerdo, “En busca del Arca Perdida” supuso un punto de inflexión, una renovación total del cine de aventuras familiar que tuvo miles de imitaciones (“Tras el corazón verde”, “La Momia”, “Piratas del Caribe”… Unas más afortunadas y otras menos).

3 comentarios:

  1. Con esta película se volvió a relanzar el cine de aventuras ya muy de capa caída y limitado a la más casposa serie B. Poco después vinieron imitaciones más o menos descaradas como "La gran ruta hacia China" o "Tras el corazón verde". De la saga Indiana mi preferida es la primera, aunque la tercera casi le iguala. Borgo.

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  2. El cine de aventuras no habría sido lo mismo sin la primera trilogía de Indy. Otra cosa es la cuarta, que viene a destiempo y no hay por donde cogerla...

    Paul.

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  3. Una de las mejores películas de las historia del cine, así de claro.

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