Porco Rosso

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viernes, 11 de febrero de 2011

CRASH de Paul Haggis - 2004 - ("Crash")


Vidas paralelas e interconectadas de un grupo de personas de Los Ángeles, vidas movidas por conflictos de todo tipo, especialmente raciales. Policías, ladrones, empresarios, vendedores, abogados, funcionarios, amas de casa, buscavidas, cerrajeros, presentadores de televisión, detectives… Pertenecen a etnias y culturas de todo tipo: negros, blancos, musulmanes, orientales, latinos… Entre estas etnias late una tensión insostenible que va a desembocar en la tragedia.


Paul Haggis debutó en el mundo de la televisión creando la famosa serie “Walker, Texas Ranger” y participando en otras como “La Ley de Los Ángeles”, “El crucero del amor”, “Derecho en familia”, “Treinta y tantos” o "Los hermanos Donnelly". Tras escribir el guión de la magistral “Million Dollar Baby” de Clint Eastwood, ha debutado en la dirección con la fantástica “Crash”, a la que le han seguido "En el valle de Elah" y "Los últimos tres días", ambas excelentes. Todavía puede ser pronto para juzgar su carrera, marcada por historias con un elevado nivel de realismo y por la crítica social, pero apunta maneras para ser, si sigue en su línea, un nuevo director clásico de los USA.


Triunfadora inesperada en los Oscars de su momento y en otros tantísimos premios que no voy a enumerar, “Crash”, al igual que las dos películas posteriores de Paul Haggis, es una maravillosa obra de esas que ya son tristemente contadas en el Hollywood de remakes de hoy, una de esas películas que nos recuerda a aquellas de su edad dorada, en la que la comercialidad no era un obstáculo para presentar una buena y honda historia de contenido incluso social. “Crash” desarrolla una clásica historia coral ambientada en una megalópolis, Los Ángeles, que podía haber sido cualquier otra gran ciudad multicultural de los Estados Unidos. En ella, asistimos a la representación de un amplio conjunto de pedazos de vidas de personajes de toda clase y condición, personajes que deambulan perdidos por un mundo moderno deshumanizado sobre el que late una tensión a punto de estallar por culpa de unas relaciones humanas degradadas, sobre todo, por el odio y por los prejuicios raciales. El tiempo se dilata y se cierra a lo largo de 36 horas. Rodada en un estilo de aire clásico, henchido de potencia, violencia y lirismo y de una gran carga dramática, “Crash” está protagonizada por un variadísimo elenco de actores y actrices de varias generaciones (desde Matt Dillon hasta Sandra Bullock pasando por Ryan Phillippe o Don Cheadle) que hace un genial trabajo interpretativo dando vida a hombres y mujeres comunes, ricos y pobres, de los que podemos encontrarnos en cualquier calle y que, como todo ser humano, se mueven entre el patetismo y el heroísmo cotidiano, entre el amor y el hastío. Estos personajes pertenecen a un gran número de etnias, etnias que, por una u otra razón, desconfían de las demás o directamente las odian. Encerradas en sus guetos particulares y auto-impuestos, viven en un perpetuo estado de alerta, de miedo, de odio, estado que les impide gozar de la plenitud de sus existencias. Entre los miembros de estas etnias estalla, por supuesto, la lucha, verbal y/o física, por culpa de las acciones de, a menudo, ambos miembros enfrentados. De un personaje a otro vamos avanzando, con un ritmo que no decae un segundo, hacia una gran tragedia que se intuye desde el primer momento, una tragedia que puede, sin embargo, resultar reveladora. El racismo es el principal detonante de esta tragedia, aunque con él conviven otros problemas como el insoportable estrés del mundo moderno, la violencia como medio de resolverlo todo, la desconfianza absoluta hacia los demás, las decepciones, las frustraciones, el sexo reprimido, la psicosis terrorista, los pasados oscuros, la envidia o el aburrimiento que provoca la riqueza. El racismo casi aparece como una excusa, como una excusa para odiar, para actuar con brutalidad y dar salida a todos los problemas anteriores. De esta manera, casi queda instaurado como algo inventado para justificar otros actos. Con “Crash” Paul Haggis ha conseguido lo que pocos logran en una obra de denuncia social sobre el racismo: no mostrarla maniquea en ningún momento. En “Crash”, todos son héroes y todos son seres despreciables a la vez, todos son tan salvajes como comprensivos, todos aman con tanta fuerza como odian y todos son tan tiernos y humanos como detestables y maquiavélicos. El negro, el blanco, el musulmán, el oriental, el latino… Nadie es perfecto, nadie es un simple “ser sufriente” agobiado por un sistema maligno. Todos, absolutamente todos, son racistas, y todos guardan dentro prejuicios, manías, terrores y desprecios hacia lo que no comprenden. “Crash” ofrece una mirada fieramente plural en todo momento, y ahí está uno de sus grandes méritos, el que la hace una película insustituible. Por cierto que guarda bastantes semejanzas con algunas obras de Alejandro González Iñárritu, especialmente en el aspecto del accidente como nexo de unión entre varias historias.

4 comentarios:

  1. Paul Haggis es sin duda un cineasta al que seguir muy de cerca, sus trabajos hasta la fecha presentan un realismo poco habitual para sumergirnos en el mundo de sus personajes.

    ¡Saludos!

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  2. Pues la tengo bastante olvidada, pero tengo un grato recuerdo de ella. Va tocando una revisión.

    Saludos

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  3. Sé que me van a lapidar por lo que voy a decir, pero desde la primera vez que la vi, supe que CRASH si bien no es una obra maestra, sí fue una digna merecedora del Oscar en su momento, aún por encima de Brokeback Mountain, otra buena peli pero muy sobrevalorada para mi gusto.

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  4. Dicen que es una película algo tramposa, pero a mi me pareció muy digna y la escena de la niña y el disparo me sobrecogió el alma.

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