Porco Rosso

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martes, 7 de septiembre de 2010

EL ACORAZADO POTEMKIN de Sergei M. Eisenstein - 1925 - ("Bronenósets Potyomkin")

En 1905, los marineros del Acorazado Potemkin, anclado en el puerto de Odessa, se amotinan a causa de una carne podrida y llena de gusanos que sus superiores les quieren obligar a comer. Este amotinamiento acaba siendo una revuelta y los propios habitantes de la ciudad, indignados ante la situación que estos marineros viven, se suman a la lucha contra la injusticia. Por supuesto, no tarda en llegar la brutal represión por parte de las tropas del Zar... Y con ella la respuesta heróica del pueblo ruso, cansado de tanta opresión y miseria.


En 1925, justo después de dirigir “La huelga”, Sergei M. Eisenstein regaló al mundo la película con la que, decisivamente, cambió el cine para siempre; “El acorazado Potemkin”, una nueva historia propagandística en la que el pueblo ruso volvía a levantarse unido contra el poder zarista y en la que terminó de aplicar todas las grandes novedades que había imprimido al “montaje de atracciones” y de explotar el enorme poder de las metáforas visuales para motorizar la acción y construir un mosaico único de sensaciones en el que el frenetismo da vida a una revolución cargada de imágenes para el recuerdo. Si bien argumentalmente, debido a su condición de cine propagandístico (sincero, eso sí, pues Eisenstein, antes de ser reprimido por la tiranía de Stalin, creía firmemente en que la revolución vivida en su país podía cambiar al mundo) no es más que un filme maniqueo, simplista y lleno de tópicos (como en “La huelga” los obreros son buenos buenísimos y los zaristas malos malísimos –puros diablos-), "El Acorazado Potemkin" es una de las más grandes obras maestras de la historia del cine técnicamente hablando: una revolucionaria cinta muda con un montaje impresionante e innovador y un sentido del ritmo, del espectáculo visual épico y del drama que pocos directores habían intuido y desarrollado en su plenitud hasta la fecha. Imagenes para el recuerdo ha dejado innumerables, aunque hay un conjunto verdaderamente inolvidable: la escena completa de la matanza de la escalinata de Odessa, una genial descripción en imágenes de la violencia y de la represión zarista que arranca cuando los cosacos disparan contra el pueblo inocente para acabar con su justa protesta y que se cierra cuando un cochecito de bebé termina rodando escaleras abajo (esta escena ha sido mil veces homenajeada y hasta parodiada –en “El Padrino” de Francis Ford Coppola, en “Los Intocables de Elliot Ness” de Brian De Palma, en “Bananas” de Woody Allen, en “Brazil” de Terry Gilliam y hasta en sagas como “Star Wars” de George Lucas o “Agárralo como puedas”-). Destaca además, en “El acorazado Potemkin”, la crudeza, verdaderamente extraña para la época, con la que Eisenstein retrata, a menudo con primerísimos planos cargados de dramatismo y significación (y simbolismos) la situación miserable del pueblo ruso (los planos cercanos de la carne agusanada, las caras de los revolucionarios picadas por la viruela o sin dientes, el rostro del marinero muerto, las botas que simbolizan la opresión, los cañones que casi apuntan al espectador, el rostro ensangrentado con las gafas destrozadas...). La segunda obra fílmica de este genial cineasta ruso es una maravillosa colección de bellas fotografías naturalistas en movimiento y una película sin la que el cine no sería nada. “El acorazado Potemkin”, a causa de su contenido comunista, fue prohibida en Alemania durante el régimen de los nazis, en España hasta que la Segunda República permitió su exhibición e incluso en países como Inglaterra o Francia. En la propia Unión Soviética incluso fue eliminada una introducción escenificada por el propio Lev Trotsky por parte de Stalin... Este fue el comienzo de la desilusión que Eisenstein se llevaría con el nuevo gobierno de su país.

3 comentarios:

  1. Revolución en el lenguaje cinematográfico, que siempre ha situado a esta película entre las mejores en cualquier lista que se precie.

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  2. Toda una referencia en la historia del cine, no por casualidad se estudia en todas las escuelas de cine...

    Saludos

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