lunes, 25 de mayo de 2015

MAD MAX. SALVAJES DE LA AUTOPISTA de George Miller - 1979 - ("Mad Max")


El mundo está sumido en el caos. Bandas salvajes de motoristas luchan entre ellas y contra la policía, que cada vez tiene más problemas para combatirlas. Max Rockatansky, un agente íntegro y diestro, acaba en una de sus misiones con El Jinete Nocturno, uno de los pandilleros más importantes de la zona en la que patrulla. Su vida se vuelve un infierno a partir de ese momento: toda la banda del fallecido se le viene encima clamando venganza, Sin embargo, no saben que se enfrentan a uno de los hombres más peligrosos que nunca han conocido...


El australiano George Miller tiene en su filmografía la saga de "Mad Max", una de las más famosas del cine de acción de todos los tiempos. Su obra conjunta es a pesar de ello muy irregular, y está compuesta sobre todo de cintas familiares. Su filmografía fuera de la saga del guerrero de la carretera se completa con la normalita comedia de terror "Las brujas de Eastwick", el buen drama "El aceite de la vida", la floja secuela "Babe, el cerdito en la ciudad" y las comedias musicales "Happy Feet" y "Happy Feet II".


"Mad Max. Salvajes de la autopista", a pesar de ser una película con una trama muy normalita y muy simple, fue un "boom" total y absoluto a nivel comercial que instauró una moda que todavía tiene éxito (de hecho, se acaba de estrenar su cuarta parte -que gracias a Cuthulu no es un maldito remake o reboot-). La influencia del futuro post-apocalíptico que presentó (más patente a partir de su segunda entrega, porque en la primera el mundo parece estar "yéndose al carajo" pero todavía no ha llegado a tal grado) está en miles de películas, videojuegos, cómics y hasta novelas: un futuro desértico de ciudades abandonadas dominado por la ley del más fuerte en el que bienes como el agua o la gasolina son extremadamente preciados y en el que surgen héroes y antihéroes solitarios que vienen a "equilibrar la balanza". "Mad Max" catapultó a la fama a Mel Gibson, que entregó con gracia a uno de sus personajes estrella, y dio para, hasta ahora, tres secuelas mas, Aunque el guión no es especialmente bueno (personajes planitos, malos flojos, drama predecible), la orgía de acción cumple de sobra y está cargada de potencia, mientras que la violencia que el filme contiene (queda sugerida incluso una violación, y hablamos de una cinta "comercial" de 1979) fue en su día bastante impactante y conectó perfectamente con ese final de la década de los setenta y ese princpio de la de los ochenta en el que llegaba el movimiento punk, que de una forma u otra se comía con desencanto al hippie de años anteriores. "Mad Max. Salvajes de la autopista" es un clásico más por su estética y su concepción que por su trama, pero desde luego que es una película de culto. Sus secuelas, incluida la cuarta recién estrenada, no cumplen desde mi punto de vista en lo que a calidad se refiere.


1 comentario:

  1. Mel es Max y siempre lo será! Hace dos semanas me vi las dos primeras después de muchos años sin visionarlas. Las disfruté y me encantaron como la primera vez que la vi. La nueva entrega no me ha gustado mucho, la verdad. Y sinceramente no veo la necesidad de que Miller quiera continuar la saga. La falta de originalidad en el cine cada vez se hace más palpable y ya explotan algo que se hizo hace más de 30 años... en fin... una pena.

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