domingo, 24 de mayo de 2015

CAMINO DEL SUR de Jack Nicholson - 1978 - ("Goin' South")


Henry Lloyd Moon es un forajido de medio pelo que se salva de morir en la horca al aceptar casarse con Julie Tate, una muchacha educada y remilgada del pueblo en el que iban a ajusticiarlo. Henry se muda a su granja y allí empieza a ayudarla con los trabajos de una mina que tiene en sus tierras que, supuestamente, esconde oro. Pronto, Henry se mete en líos y el caos y la locura vuelven a su vida.


Después de aquella rareza tan interesante y hoy injustamente olvidada que fue "Drive, he said" (traducida en España tontamente como "Aquellos años"), Jack Nicholson le pilló el gusto a estar tras las cámaras y se lanzó a dirigir una nueva película para la que cambió de registro totalmente. "Camino del Sur" es un western, aunque es un western paródico, una comedia. El propio actor da vida al protagonista, un forajido de medio pelo que se salva de la horca en el último minuto al casarse con una mujer en busca de marido con la que se dedica a buscar oro. La película es curiosa, y la verdad es que Nicholson tiene gracia en su papel (le viene como anillo al dedo para sus muecas habituales y sus interpretaciones "freaks" que tan famoso le hicieron), pero el nivel cae notablemente y por desgracia con respecto a su debut de 1971. "Camino del Sur" tiene un poco de todos los tópicos de su género, desde vaqueros salvajes hasta sheriffs corruptos pasando por minas de oro o robos de bancos. Su humor funciona en los primeros momentos, con un Nicholson hilarante y unos gags bastante negros y con mala leche resultones. Sin embargo, el conjunto se va desinflando poco a poco y los chistes se vuelven repetitivos y sus referencias manidas, los personajes predecibles, la acción lenta y sin novedades y, finalmente, nos quedamos con un desenlace sin mucho mensaje (salvo tal vez alguna crítica de la avaricia del ser humano y de su represión sexual) que deja aristas en un filme descafeinado y que se desarrolla y termina sin mucha gracia, Los escenarios son dignos de reseñar: el western de la segunda película de Nicholson como director es polvoriento, cutre, sucio y destartalado, como realmente fue en su mayor parte. Sin embargo, no salva un conjunto flojo, flojito, y bastante tontillo y olvidable. Para completistas de la carrera como director y/o actor del intérprete de "Chinatown" y poco más.


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