Porco Rosso

Porco Rosso

sábado, 2 de febrero de 2019

MONSIEUR VERDOUX de Charles Chaplin - 1947 - ("Monsieur Verdoux")


Francia. Años treinta. La Gran Depresión ha afectado también a Europa y el señor Henry Verdoux, después de tres décadas trabajando como banquero, es despedido. Con más de cincuenta años y con una crisis económica brutal, nadie le contrata, y él tiene una familia que mantener. Por ello, se dedica a algo muy particular: seducir a viudas y solteronas ricas que se sienten solas en la vida para quedarse con su dinero. Pero hay algo más en su labor. Algo todavía más oscuro.


Después de "El gran dictador", Charles Chaplin siguió metiendo el dedo en la llaga con una de sus obras maestras más fulminantes y con su película más extraña: "Monsieur Verdoux". Película que me parece absolutamente imprescindible y que hoy en día sigue poniendo los pelos de punta. Estrenada solamente dos años después del fin de la traumática Segunda Guerra Mundial, y en un momento para colmo en el que Chaplin era víctima de bastantes ataques públicos debidos a sus escándalos, "Monsieur Verdoux" volvía a poner por los suelos, pero ahora todavía con más brutalidad, a la sociedad de su momento y de la pre-guerra, la guerra y la post-guerra. El director y actor da vida ahora al hombre que da título al filme, un oficinista de un banco que, tras treinta años trabajando para su entidad, es despedido cuando llega el crack de 1929 y se ve obligado a mantener a su familia con un método verdaderamente oscuro, ya que es un hombre que tiene más de cincuenta años y nadie va a querer contratarle en un contexto de crisis económica brutal (¿Les suena el caso? Sí, desgraciadamente, en estos últimos años hemos conocido muchos similares). Monsieur Verdoux se dedica a seducir a solteronas y viudas, a mujeres solas y solitarias, que son ricas. Y les saca los cuartos, y se queda con sus ahorros, y usa sus inversiones en beneficio propio y hasta pone propiedades suyas a su nombre. La crítica al machismo de la época, en la que la mujer, aún siendo acomodada o rica, si está sola (sin un hombre, se entiende), no vale nada, es bien patente desde el inicio del filme.


Pero Monsieur Verdoux va más allá, y aquí Chaplin desata sus esencias dando vida a un personaje tan triste como despreciable, tan monstruoso como comprensible. Esta no es una película fácil: pone al espectador a enfrentarse contra su propia moral y a revisarla. Y Monsieur Verdoux, un trasunto oscuro de Charlot (tiene hasta números cómicos, aunque con un toque más negro y patético en sus gags), no es esta vez un mendigo entrañable ni un burgués caído en desgracia, sino un auténtico asesino frío, sin remordimientos, que hace lo que hace diciendo públicamente que la sociedad le obliga a ello y que los políticos y los militares matan mucho más que él (el filme se ambienta antes y durante la Segunda Guerra Mundial). El discurso final del personaje es como el del "El Gran Dictador": para enmarcarlo. Es casi una parodia cruda y cruel de éste, al igual que el encuentro de Verdoux con "La Chica", un clásico de Chaplin por excelencia pero aquí torcido y retorcido hasta darle una nueva y triste dimensión. "Monsieur Verdoux" es una obra maestra indiscutible, una película que siempre pondrá los pelos de punta. Imprescindible.


1 comentario:

  1. Magistral y asombrosa. Un Chaplin brutal sin perder la gracia. Totalmente de acuerdo contigo.

    ResponderEliminar