Porco Rosso
jueves, 31 de enero de 2019
DIOS LOCAL de Gustavo Hernández - 2014 - ("Dios local")
Daira, Mahite y Manuel conforman un grupo de rock que anda detrás de uno de sus trabajos más personales: un disco muy oscuro y duro que hable de sus peores traumas. Y, para que les quede más redondo, deciden experimentar y grabarlo en una cueva, a la que se trasladan para trabajar allí mismo con su material durante unos días. Algo oscuro les observa en ese lugar...
Soy un gran defensor de "La casa muda", aquella película uruguaya de terror fantástica que nos acojonó en 2010. Pero su director, Gustavo Hernández, no ha cumplido con sus siguientes filmes, desgraciadamente. Este verano pasado estrenó "No dormirás", en el que no estuvo nada fino, y en 2014 "Dios local", que he podido ver más tarde y que me ha dejado horrorizado, pero en el peor sentido. Todo el buen hacer de "La casa muda" brilla por su ausencia en esta película que de nuevo está rodada con poco dinero pero ahora, por desgracia, con poco talento. Tres jóvenes que tienen un grupo de rock se van a grabar su disco y sus vídeos a una cueva porque quieren captar la atmósfera oscura de su nuevo trabajo, que hablará de sus traumas más oscuros. Y allí, encuentran algo, claro. "Dios local" es terror psicológico, pero del malo. Porque al otro terror ni se le espera, salvo para un par de sustos cutres de cojones. Miedo, cero, pero drama, también cero. Conflictos personales supuestamente muy chungos resueltos en un "pis pas" con metáforas muy pencas, con diálogos malos, con tres personajes muy mal construidos e insertados en una narrativa confusa y con una estética fea donde no se ve casi nada, donde todo es un lío de cámaras que no sugiere nada salvo en su inicio, que tienen algún momento de mal rollo. "Dios local" es cine de terror del chungo, del peor. No me esperaba esto de un director que me cautivó con una de las mejores películas de su género de la pasada década. Una lástima.
lunes, 28 de enero de 2019
EL VICIO DEL PODER de Adam McKay - 2018 - ("Vice")
1963. Dick Cheney es un joven estudiante de la Universidad de Wyoming que pasa sus días sin apenas ir a clase y de juerga en juerga y de resaca en resaca. Su novia, Lynne, está muy harta de su pasotismo y de sus excesos y está muy preocupada por llevar a su lado una vida sin futuro. Todo está, sin embargo, a punto de cambiar para él. Y de forma muy, muy radical...
En "La gran apuesta" Adam McKay ya destrozó al sistema financiero mundial y norteamericano en particular mientras nos explicaba cómo se gestó la gran crisis económica que empezó en 2008 y que nos jodió la vida durante toda una década (y algún resquicio, sobre todo en consecuencias populistas, nos queda de ella todavía). Ahora, en "El vicio del poder" (de título real y mucho más brutal "Vice" -su doble sentido es impagable-), retrata la vida de Dick Cheney, el que fue el vicepresidente de los Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush. Con una ironía sardónica y con un sentido del humor cruel y brutal, descarnado, inteligente y sin concesiones, McKay sigue la historia de este hombre, un burócrata entre bastidores que, sin embargo, ha sido uno de los grandes artífices de las grandes decisiones políticas que su país ha tomado en las últimas décadas. Un Christian Bale soberbio, absolutamente inolvidable, le da vida en el que es uno de sus mejores y más antológicos papeles: impecable, de matrícula de honor. Le acompañan secundarios como Steve Carrell, Amy Adams (los dos geniales) y un Sam Rockwell que, en un papel más pequeño pero decisivo, lo clava como el mencionado Bush (es igual, pero igual, igual). "El vicio del poder" es una comedia casi, montada con un ritmazo, y capaz de extender y dosificar muchísima información de forma clara y amena, y además información compleja.
No sólo explica la situación política de las décadas que recorre, con sus tejemanejes y sus oscuridades públicas, sino que hace un retrato descarnado y desolador de un clásico hombre de mando de los USA que, ante todo, se siente un patriota. La película tiene momentos inolvidables, discursos inolvidables, actuaciones inolvidables, y además un ataque al machismo que sigue presente en la política estadounidense: la mujer de Cheney, condenada a permanecer por ser mujer en una segunda fila, es sin embargo, y muchísimas veces, la artífice de las tramas y de la propaganda y estrategia de su marido. También critica igualmente a la homofobia, que puede condicionar todavía una carrera en este mundo de luchas internas despiadadas. "El vicio del poder" es una obra de arte. No se la pierdan. La política norteamericana explicada paso a paso como nunca antes la habían visto.
viernes, 25 de enero de 2019
GLASS de M. Night Shyamalan - 2019 - ("Glass")
David Dunn, que trabaja con su hijo en su negocio dedicado a la venta e instalación de sistemas de seguridad, está persiguiendo en secreto al criminal conocido como "La Bestia", que ha matado a varias jóvenes. Un día, parece tener su pista definitiva... Y empieza a seguirle hasta su guarida... Y algo ocurre.
Con "La visita", M. Night Shyamalan fue, poco a poco, volviendo a la senda de la calidad. Aquella película fue discutida pero desde luego fue también un cierto cambio en su mala racha de malas películas. "Múltiple", la siguiente, ya le introdujo del todo en esta buena senda, y ahora, desde mi punto de vista por lo menos, "Glass" le termina de confirmar. Esta película, que cierra su trilogía superheróica (una de las más originales de la historia del cine tanto en planteamiento como en resolución y estilo), es una obra maestra fulminante, a pesar de que no esté tampoco, desde mi punto de vista, perfectamente redondeada cerca de su final (creo que se podrían haber ajustado unas cuantas cosas, pero se le perdonan). Shyamalan vuelve por todo lo alto retomando a sus personajes de "El protegido" tras el gran sorpresón que fue "Múltiple", donde nos la coló a todos. Vuelven, además de aquel personaje nuevo genial interpretado por un James McAvoy en total estado de gracia (soberbio se queda corto: y por favor, véanlo si pueden en versión original), los grandes David Dunn y Don Cristal. Por fin Bruce Willis, que cuando quiere es un gran actor, se deja de esos papeles cutres de acción cutre que llevaba haciendo los últimos años y retorna a la calidad. Y de Samuel L. Jackson no hay nada que decir salvo que está absolutamente inmenso y que borda al que es el mejor personaje de la saga.
También vuelven los secundarios de las anteriores películas, encabezados por una Anya Taylor-Joy fantástica, y algunos nuevos como una Sara Paulson muy destacada. Shyamalan desarrolla una historia pausada, que se toma su tiempo, llena de ironías y de sorpresas y sustos, con súbitos estallidos de emoción y de brutalidad. Agarra al espectador y no lo suelta, lo ata a la silla, y le muestra un giro tras otro y le sorprende con la marca de la casa (cuando la casa funciona bien): uno de sus clásicos desenlaces con sorpresa brutal. Y en este caso, cumple de sobra. Todo ello con diálogos fascinantes, con escenas inolvidables, con combates magníficos, con una ambientación enrarecida de diez y con un mensaje social lleno de aristas y de metáforas que se pueden trasladar perfectamente a nuestros días. "Glass" es una obra maestra y la confirmación de que Shyamalan vuelve por todo lo alto. Esperemos que siga en esta línea.
jueves, 24 de enero de 2019
WALLACE & GROMIT: LA MALDICIÓN DE LAS VERDURAS de Nick Park y Steve Box - 2005 - ("Wallace & Gromit: The Curse of the Were Rabbit")
El Concurso de Verduras Gigantes está cerca y Wallace y Gromit tienen más trabajo que nunca: con su sistema "Anti-Pesto", una forma humanitaria de atrapar a los conejos, no paran de cazar a estos animales que amenazan los huertos de sus vecinos. Sin embargo, algo extraño ocurre... Hay una bestia misteriosa a la que nadie ha visto que, por la noche, devora todas las verduras que encuentra a su paso y lo deja todo destrozado. Wallace y Gromit tendrán que afilar su ingenio para encontrarla. Pero no va a ser nada fácil.
Una de las mejores cosas que hizo Dreamworks fue hacer trabajos comunes con Aardman Animations. Le otorgó un poco de "clase" en su estilo a menudo demasiado fagocitador de las modas del momento (a pesar de que entregan también a veces cosas maravillosas como muchas películas de su primera y olvidada etapa o la saga de "Cómo entrenar a tu dragón"). Nick Park volvió, tras "Chicken Run", con "Wallace & Gromit: La maldición de las verduras", en una película de nuevo animada con el estilo habitual de su estudio y bastante surrealista y desternillante. Una vez más, tiene mensaje animalista: el protagonista es un humano un tanto tonto al que su perro tiene que sacar todo el rato las castañas del fuego y, juntos, tienen una empresa de atrapar conejos que, sin embargo, no mata a los conejos. La protagonista femenina es también animalista: no quiere acabar con estas criaturas a pesar de que se comen sus verduras, y es el villano de turno el que sí es un asesino. Wallace y Gromit ya tuvieron varios cortometrajes como protagonistas y esta es su primera película grande (posteriormente, tendrían una serie de televisión más larga y otros cortos y mediometrajes). El humor de Nick Park es amable y tierno, con toques surrealistas, pero también con mensajes inteligentes y con algún que otro chiste aislado con bastante negrura e inesperada mala leche. Hay crítica humanista pero también algo de crítica social.
La acción es también un componente especial de la película: es delirante, muy loca, y hay escenas absolutamente geniales y vertiginosas, y además sorprende lo espléndidamente animadas que están con unos medios que no son tan fáciles de tratar. Tampoco podemos olvidar los homenajes: en este caso, el de los hombres lobo, transmutados ahora en conejos, es desternillante, pero también hay otros a la cultura británica más cotidiana que están tratados con ironía y parodia y a la vez con amor. "Wallace & Gromit: La maldición de las verduras" es una de esas películas de Dreamworks que destacan por sí solas (aunque sea una colaboración con otro estudio y no sea "propiamente Dreamworks") y que consigue hacer pensar y a la vez que nos echemos unas risas. Para adultos y para niños que busquen algo diferente y personal, como todo lo que hace Aardman Animations, una compañía que a veces no es tenida todo lo en cuenta que se merecería.
martes, 22 de enero de 2019
LEÓN Y OLVIDO de Xavier Bermúdez - 2004 - ("León y Olvido")
León y Olvido son dos hermanos mellizos huérfanos. León tiene Síndrome de Down y Olvido es una chica independiente y trabajadora que, sin embargo, tiene una historia emocional absolutamente desastrosa. Entre ellos, hay problemas constantes. Problemas que están siempre a punto de estallar y que se complican cuando en la vida de Olvido aparece un chico llamado Damián con el que parece que puede surgir algo especial...
El director gallego Xavier Bermúdez ha dirigido hasta este momento cuatro películas, las cuatro dramas en mayor o menor medida: "Nena", la comentada "León y Olvido", "Rafael" y "El oro del tiempo".
"León y Olvido" es una película estimulante, y más en el panorama del cine español, a veces demasiado políticamente correcto, y sobre todo en su año, 2004 (en los últimos ha mejorado sustancialmente y se ha ido arriesgado poco a poco, es cierto). Narra la relación de dos hermanos mellizos huérfanos que viven al día y que tienen numerosos problemas. Uno de ellos tiene Síndrome de Down además. El director sabe construir una historia diferente alrededor de ellos y los dos protagonistas, Guillem Jiménez y Marta Larralde, están fantásticos (en especial Jiménez, que entrega un papelón absolutamente magistral). Tiene también momentos de lirismo muy acertados y lucha el filme constantemente por salir de lo esperable, de lo tópico y de las soluciones fáciles, con una historia fatalista pero también muy bella, con momentos minimalistas muy conseguidos. Le falla, sí es cierto, un ritmo que se resiente y una trama que se va por los cerros de Úbeda (especialmente por la segunda parte del filme) y llena de extraños secundarios que aparecen no se sabe muy bien por qué, que no pintan demasiado y que abren subtramas que no van a ninguna parte a los que, para colmo, se dedica demasiado tiempo. "León y Olvido" no es una película perfecta, pero sí que es bastante diferente de lo que estamos acostumbrados y su propuesta es estimulante.
viernes, 18 de enero de 2019
LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE de Mike Flanagan - 2018 - ("The Haunting of Hill House")
Hace mucho tiempo que los cinco hermanos Crain viven separados. A unos les ha ido mejor y a otros peor, unos tienen trabajos y matrimonios exitosos y otros tienen problemas y líos constantes. Ninguno ve a su padre desde que, hace décadas, una tragedia les separase. Sin embargo, éste ha vuelto ahora... Algo terrible está ocurriendo de nuevo, algo terrible relacionado con el pasado común de todos.
"La maldición de Hill House" ha sido una de las series más alabadas del año que acabamos de cerrar, y no es para menos, porque ha redefinido el género del terror en lo audiovisual en más de un aspecto, aunque tenga sus fallos y un desenlace algo decepcionante. Mike Flanagan es un director que, poco a poco, y con sus cosas mejores y peores, ha ido, en plan "ensayo-error", creándose una filmografía en general apreciable, y esta adaptación seriada de la novela homónima de Shirkey Jackson le confirma del todo como la promesa del género que definitivamente es. Puede que no sea una serie estrictamente innovadora y tampoco rompedora, pero sus diez capítulos cerrados son un ejemplo de, sobre todo, cariño y buen hacer. "La maldición de Hill House" es puro terror clásico: es sugerencia, inteligencia, personajes desarrollados, ambientación de diez y estética bella y adecuada. Sus sustos se basan en lo que se ve y en lo que no se ve, y casi nunca en ese elefectismo barato del que se abusa hoy tanto y con tan poca gracia. Está llena en lo visual de planos extraños, de pasillos abiertos, de esquinas donde se notan cosas raras: es puro desasosiego constante, porque vemos sin parar que los escenarios cambian, que las sombras cambian, que hay cosas al fondo. Este elemento, de por sí, ya hace a la serie especial y ya nos pone de los nervios (en el buen sentido). Esto es terror inteligente, del de verdad.
Luego, tenemos unos personajes maravillosamente desarrollados e interpretados, con montones de conflictos reales en los que todos nos podemos identificar más o menos, perfectamente interrelacionados, con carisma a raudales, con secretos que dan para debates posteriores. Los personajes de "La maldición de Hill House", como en todo buen terror, son otro de sus grandes fuertes. Y el plantel actoral que se encarga de darles vida está absolutamente soberbio. Por otra parte, la ambientación es genial: la casa, y todos los escenarios en general, dan miedo sin caer en lo exagerado, en lo efectista cutre. Y la cámara se mueve virtuosa por ellos (inolvidable el capítulo que tiene más de la mitad rodada en una sola toma) y los efectos especiales son los justos y necesarios. Y, finalmente, hay que decir que la trama es igualmente una delicia: es capaz Flanagan de coger los tópicos de siempre, los que nos sabemos de memoria, y darles una vuelta de tuerca inteligente y con estilo, brillante y fina. Me sobra el desenlace, sí tengo que decirlo. Me parece lleno, este sí, de lugares comunes, y mal explicado. Sin embargo, un solo capítulo decepcionante, aunque sea el último, no se carga a otros nueve que son ejemplos de buen cine de terror. Un diez rotundo para "La maldición de Hill House". Ojalá la mitad de lo que se saca de su género fuese así.
jueves, 17 de enero de 2019
EL PATRIOTA de Roland Emmerich - 2000 - ("The Patriot")
1776. Guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Benjamin Martin es un viejo soldado viudo que cuida de sus hijos en su casa de Carolina del Norte y que busca una vida pacífica alejado de la contienda. Por desgracia, sus deseos no se van a poder cumplir: su hijo mayor, Gabriel, se alista en el ejército y se marcha a luchar al frente. Y, por si fuera poco, los ingleses empiezan a ejecutar una táctica de maltrato a la población colona que va a poner a Benjamin contra las cuerdas...
Roland Emmerich, un alemán afincado laboralmente en Hollywood, es uno de esos casos en los que se puede afirmar de alguien que es "más papista que el Papa". Una de sus películas más aceptables, aunque no por ello buena, puede que sea ésta "El Patriota", con la que intenta aprovechar descaradamente el tirón de "Braveheart" poniendo incluso de nuevo a Mel Gibson a pelearse a ostias contra los ingleses, pero ahora del lado de los colonos de Nueva Inglaterra. La película tiene una fotografía preciosa, todo hay que decirlo, y una representación de la época muy bella. Y fin. Es larga, muy larga, y pesada, muy pesada. Ritmo abrupto, encima. Y combinaciones extrañas de drama y comedia que dan vergüencita. Y patriotadas y exhibiciones de banderas baratunas que dan más vergüencita. Y frases exaltadas y redichas y menciones demagógicas a la libertad mezclada con esa necesidad que sienten tantos americanos de morir a toda costa por su país. Y personajes muy simples (los buenos buenísimos y los malos malísimos y perversos) aunque aceptablemente interpretados por actores más o menos solventes. Sí hay algunas escenas de batallas dignas por ahí, pero el sopor se lo come todo por la falta de interés y por los mensajes patrióticos desbocados y maniqueos de siempre. Casi tres horas de todo esto no dan una buena película, pero por lo menos, dentro de la filmografía de este señor, no es otra de "salvar al mundo de una catástrofe o invasión alienígena o monstruo o apocalipsis de andar por casa".
martes, 15 de enero de 2019
BUMBLEBEE de Travis Knight - 2018 - ("Bumblebee")
1987. Charlie es una joven que está a punto de cumplir los dieciocho y que vive en una pequeña ciudad de la costa de California una vida que no le gusta, con poco dinero, con una familia con la que no coincide en casi nada y rodeada de gente de su edad que no le interesa. Un día, compra un coche antiguo, casi chatarra, de color amarillo. Algo hay en este coche... Algo increíble.
¡Por fin una película buena de la saga de los "Transformers"! ¡Por fin! "Bumblebee" me ha sorprendido, y no solo para bien, sino para muy, muy bien: la sexta entrega de esta franquicia ya ridícula y agotada en su estiramiento comercial de chicle por Michael Bay y compañía es un peliculón con todas las letras. Para empezar, está dirigida por Travis Knight, un director todavía con pocas películas pero con una maravilla como "Kudo y las dos cuerdas mágicas" a sus espaldas ya. Y está hecha con cariño. Pero con cariño de verdad. No es tan difícil, ¿verdad? "Bumblebee" aprovecha el tirón de los "revivals" del estilo de los años ochenta para hacer una precuela de la saga protagonizada por el carismático robot amarillo ambientada precisamente en estos ochenta. Y es maravillosa. Personajes entrañables y bien desarrollados, buenos actores, buenos diálogos, humor inteligente (inteligente en "Transformers", sí...), una trama frenética y profunda con los temas bien llevados, efectos especiales con personalidad y un toque "retro" que se alejan del abuso de metal brillante de las otras entregas y una banda sonora genial llena de grandes referencias musicales clásicas. En fin, una delicia. Una delicia del cine de aventuras y de ciencia ficción que nos demuestra que, cuando las cosas se hacen con ganas, las cosas salen bien. No se la pierdan, en serio: aunque tenga detrás de ella las pésimas referencias de su carroñera franquicia. Por mi, que reinicien a partir de aquí toda la saga y que empiecen desde una buena hoja casi en blanco (además, como precuela no coincide en nada con la primera "Transformers", así que más fácil lo tienen).
lunes, 14 de enero de 2019
THE BABYSITTER de McG - 2017 - ("The Babysitter")
Cole es un chico de doce años poco popular cuyo ídolo es Bee, su guapa canguro, con la que se lleva muy bien y que además le defiende de los matones de su instituto. Una noche como otra cualquiera, sus padres salen de fiesta y Cole y Bee se quedan en casa solos. Es una noche normal y corriente... Hasta que Cole se despierta y se levanta... Y descubre algo de su cuidadora que es verdaderamente siniestro.
"The Babysitter" no es que sea una gran maravilla ni tampoco el último grito en comedia de terror, y mucho menos McG un grandísimo director, pero lo cierto es que esta producción es verdaderamente divertida, muy, muy divertida. Tiene ese aura "ochentera" que tanto está de moda últimamente pero muy bien explotada. Recuerda a películas como "Noche de miedo", y tiene una estética muy resultona, colorida y naif y a la vez vistosa, especialmente además en lo que al "gore" se refiere (porque es verdaderamente sangrienta). Un niño se queda con su niñera, valga la redundancia, y descubre que mientras él está durmiendo ésta se dedica a hacer cosas bastante malévolas con unos amigotes un tanto chungos. Y el chico ha de sobrevivir mientras además se enfrenta a su mito. El inicio del filme es muy entretenido, y presenta a unos personajes atractivos, mientras que la segunda parte, ya instaurada en lo más tópico, se sigue sin embargo con interés en especial gracias a un ritmo frenético, a gags que funcionan y a un metraje bastante reducido. Me lo he pasado muy bien con bastantes chistes de "The Babysitter", y con algunas de sus escenas. Creo que es un homenaje brutal y a la vez entrañable al "slasher" y que le sabe añadir un punto de vista con un mínimo de novedad. Es cierto que su desenlace es flojo y que la película, en sí, no es que sea ni siquiera verdaderamente buena, pero si entras en su juego sin prejuicios pasarás un rato agradable y te reirás bastante.
domingo, 13 de enero de 2019
EL REGRESO DE MARY POPPINS de Rob Marshall - 2018 - ("Mary Poppins Returns")
Años treinta. Gran Depresión. Michael y Jane son ya adultos y viven en su casa familiar de siempre de Londres. Sin embargo, las cosas no les marchan bien: están a punto de quedarse sin ella por las deudas de la crisis económica y, además, Michael ha perdido a su esposa y se siente desbordado ante sus tres hijos pequeños, que lo están pasando mal. Por suerte, las cosas están a punto de cambiar. Mary Poppins está de vuelta.
"El regreso de Mary Poppins" es una secuela extremadamente tardía que busca aprovechar el tirón de "revivals" que está de moda ahora. Vale, es cierto. Pero no está tan mal. O, por lo menos, yo no la veo tan mal, y no soy nada fan de la saga. Sí que es un calco de la primera en lo argumental con los números musicales diferentes: sigue el mismo esquema, pero el mismo, mismito, cambiando los shows, que recuerdan sin embargo también poderosamente a los de la película original. En fin, es eso, un "revival". Pero, si uno consigue pasar un poco de esto, no se lo pasa mal. Rob Marshall, que a veces entrega películas dignas o a veces entrega horrores, aquí dirige con solvencia y recrea muy bien la ambientación de la primera parte. Emily Blunt está genial como Mary Poppins: capta a la perfección la esencia del personaje y la reproduce perfectamente y, además, es una actriz con carisma que canta y baila muy bien. Los demás actores del reparto también cumplen sobradamente, y los mencionados números musicales, ídem, aunque no sean el culmen de su género. El capítulo animado es precioso, por otra parte. "El regreso de Mary Poppins" no es un regreso por todo alto: podría haber sido mucho mejor, algo más que una reproducción casi exacta de su antecesora. Aunque, también podría haber sido mucho peor. Nos quedamos con que es digna y entretenida. Y no podemos decir mucho más de ella.
sábado, 12 de enero de 2019
MARY POPPINS de Robert Stevenson - 1964 - ("Mary Poppins")
1910. George y Winifred Banks, un matrimonio acomodado de Londres, tienen un problema grave: todas las niñeras les abandonan porque sus dos hijos pequeños, Jane y Michael, son dos demonios a los que es imposible educar y que suelen escaparse y meterse en problemas sin cesar. Por suerte para ellos está a punto de aparecer la definitiva: Mary Poppins, una mujer muy especial que les va a enseñar cosas muy especiales.
¿Qué voy a decir a estas alturas de "Mary Poppins"? Poco, muy poco, que no se sepa ya. Dirigida por Robert Stevenson, un artesano que entregó alguna película interesante con técnicas interesantes como ésta o como la también mítica "La bruja novata", presentaba una historia que, para el canon de 1964, era bastante feminista. No solamente porque la madre de la familia del filme fuese una activista por la igualdad y por los derechos de las mujeres, sino porque la propia Mary Poppins (inolvidable Julie Andrews, del todo inolvidable e icónica) era una mujer empoderada que venía a poner orden y sobre todo sentimientos y una pizca de locura y aventura en un hogar rígido y encorsetado, marcado por un padre intransigente dedicado a los negocios. Hoy en día, el filme puede verse bastante ingenuo, y su trama es algo errática incluso, pero tiene momentos geniales (prácticamente todos los musicales) y una capacidad evocadora que todavía sigue sorprendiendo. Su apuesta por la imaginación y por la bohemia en un mundo cerrado, administrativo, de casas perfectamente ordenadas y señoriales y adultos estreñidos, sigue tocando algo en nuestro corazón, aunque suene tópico grueso esto que estoy diciendo. Y su desenlace, aunque sea del todo irreal e incluso algo tonto, apela a la magia y a los buenos sentimientos puros para salir por la tangente con un giro de guión que es el que es pero que tampoco hace demagogias baratas.
Hay que añadir también el aspecto técnico del filme. Como musical es genial y todos sus números, desde el más mítico al menos recordado, hacen vibrar. Pero, sobre todo, hay que hablar de la mezcla de personajes reales y animados que ha caracterizado siempre a la obra. No fue el primero en hacerlo (desde 1920 se emplea este estilo con mayor y menor fama y fortuna), pero sí que su técnica, para 1964, es extremadamente perfecta. Amén del encanto de los referidos dibujos. Y no olvidemos la ambientación y el empleo de la luz, que nos lleva a un lugar de melancolía extraña donde, sin embargo, todo es posible. "Mary Poppins" es un cuento muy bello, que no ha perdido capacidad para hacer soñar, aunque sea un ratito, a esos adultos ocupados que somos muchos ya. Si se entra en su juego, se descubre por qué es un clásico fulminante e indiscutible desde el momento de su estreno.
viernes, 11 de enero de 2019
SOBRE RUEDAS de Franck Dubosc - 2018 - ("Tout le monde debout")
Jocelyn es un ejecutivo aburrido de su vida de lujos sin alicientes que se dedica a tratar de ligarse a toda mujer que se le pone a tiro porque no tiene otra cosa mejor que hacer. Es además mentiroso compulsivo. Tras morir su madre, visita su vieja casa y allí se sienta en su silla de ruedas. Y entonces, una bella chica entra por la puerta y le ve y piensa que es discapacitado... Y Jocelyn le sigue el juego y se mete en un lío de narices.
El humorista y actor francés Franck Dubosc se ha lanzado, en el 2018 que acabamos de cerrar, a dirigir "Sobre ruedas", su primera película. Es una comedia romántica sobre discapacidad en la que él mismo interpreta a un ejecutivo que, rico y muerto por dentro (con una vida sin alicientes y consistente solamente en tirarse a cuantas más tías pueda), se va colando poco a poco de una chica que está en silla de ruedas y a la que conoce por casualidad. Vale, nada más decir esto se imaginan lo que va a pasar. "Sobre ruedas" es un tópico sobre ruedas. Chiste malo, pero es que es cierto. No van a ver nada en ella que no hayan visto ya miles y miles de veces, en comedias europeas y americanas y de más allá. Todos los lugares comunes están aquí. Sin embargo, Dubosc sabe, la verdad, rodarlo todo con cariño y buen hacer, y crear unos personajes entrañables y que caen bien a la primera. Él también está muy bien, y especialmente Alexandra Lamy brilla con luz propia (la mejor actriz del filme con diferencia). Los gags son efectivos, y hay algunos con mala ostia y alguno otro inteligente, mientras que los diálogos cumplen y el ritmo nunca decae, a la vez que las escenas dramáticas que contiene y los mensajes a favor del amor, la amistad y la familia están expuestos sin ñoñerías. "Sobre ruedas" no va a pasar a la historia del cine francés, pero hará pasar un buen y digno rato de risas y entretenimiento. Aceptable película que se ve con cariño.
jueves, 10 de enero de 2019
ELIMINADO: DARK WEB de Stephen Susco - 2018 - ("Unfriended: Dark Web")
Matías estrena nuevo ordenador portátil esta noche y se conecta con sus amigos para charlar, compartir cosas y ver vídeos juntos. Sin embargo, algo extraño empieza a ocurrir... En su equipo, encuentra unos archivos sospechosos... Y cuando accede a ellos comienza una monstruosa pesadilla.
"Eliminado" era una película mala, otra de esas de terror de metraje encontrado con una buena idea y una pésima ejecución. "Eliminado: Dark Web" es su secuela, aunque lo cierto es que no tiene nada, pero absolutamente nada que ver con ésta. De hecho, pienso que le han colocado el "Eliminado" en el título para poder pasar la gorra con una excusa barata. Tengo que decir, sin embargo, que es mejor también que su antecesora, lo cual no era muy difícil tampoco. Ciertamente, estamos ante lo mismo de siempre, no voy a decir lo contrario, y la película buena no es. Sin embargo, los actores son un poco mejores, hay más sorpresas que dicen algo aparte del susto típico, hay elementos bastante escabrosos que no dejan indiferente y la trama, siendo absurda esencialmente, sabe seducir si uno entra en el juego que propone. El resto es lo que se imaginan: malos invencibles y omnipresentes que se la saben todas, buenos más tontos que una maceta y un escenario absurdo donde la policía no se entera de cosas evidentes y donde muere gente gratuitamente y sin que sus muertes tengan ninguna reminiscencia en el "mundo real". Vaya, que no se cree esto ni el Tato. Y a pesar de todo, entretiene y tiene algunos golpes de efectos que funcionan. Secuela hecha para aprovechar un tirón facilón que, sin embargo, sabe entretener y dar un giro de tuerca solvente. La verdad sea dicha.
miércoles, 9 de enero de 2019
SON OF A GUN de Julius Avery - 2014 - ("Son of a gun")
El joven JR ingresa en prisión, por un delito menor, durante tres meses. Es muy poco tiempo, pero, desde los primeros días en el centro, un grupo de presos le hace la vida imposible y le maltrata. JR, para sobrevivir, se acerca a Brendan Lynch, un hombre que le ofrece protección... A cambio de que, cuando salga de la cárcel, le ayude con un asunto... Un asunto muy peligroso.
Hace un par de meses más o menos vi "Overlord", aquella película que habían dicho que era, no sé por qué, la cuarta entrega de la saga de "Monstruoso" y que, finalmente, no lo fue. Y me pareció un genial despiporre de serie B seria, valga la redundancia. Así que me he visto el debut en la dirección del australiano Julius Avery, su director, esta "Son of a Gun", y me ha parecido una película negra bastante destacada. Es cierto que no muestra nada nuevo, pero está muy bien rodada y su combinación de drama carcelario primero y de thriller de robos después está perfectamente equilibrada, y sin fisuras. El realizador, además, explora con superficialidad tal vez pero también con solvencia dramas como la marginalidad, la integridad, la fatalidad, la amistad, la traición o la incapacidad de cambiar o de reinsertarse en la sociedad, y lo hace por medio de personajes que son muy realistas y reconocibles y que están llenos de claroscuros. No hay buenos ni malos totales en "Son of a Gun", y eso es de agradecer siempre, porque nos pone ante conflictos totalmente reales y verdaderamente complicados. Además, las escenas de acción y de robo están muy bien llevadas en todo momento, el ritmo nunca decae, la violencia está tratada con potencia y los actores están muy bien dirigidos todos, en especial un Ewan McGregor y una Alicia Vikander que despuntan ellos dos solos. Muy buen debut en la dirección de un director, valga la redundancia, que parece ser que promete, y bastante.
martes, 8 de enero de 2019
CARTAS DESDE IWO JIMA de Clint Eastwood - 2006 - ("Letters from Iwo Jima")
1945. Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas japonesas se enfrentan a las norteamericanas por la posesión de la pequeña y estratégica isla de Iwo Jima. Japón está perdiendo la contienda, y muchos soldados lo saben. Los hombres están cansados, hastiados, desilusionados. Los altos mandos reciben sin embargo órdenes estrictas y definitivas: resistir o morir. Ante la imposibilidad casi total de ganar, muchos empiezan a suicidarse por no poder salvaguardar su honor. Otros, sin embargo, no están dispuestos a dar su vida por nada... Esto va a enfrentarles al resto.
"Cartas desde Iwo Jima" forma un díptico con "Banderas de nuestros padres". Como ayer comenté, ambas muestran una visión distinta de los hechos acontecidos en la misma batalla, la batalla por la isla de Iwo Jima en 1945, batalla cercana al fin de la Segunda Guerra Mundial. En la primera película Clint Eastwood mostraba el punto de vista de la misma de unos soldados norteamericanos. En ésta, son unos soldados japoneses los que nos llevan a través del horror de la guerra, soldados que son exactamente iguales que los de "Banderas de nuestros padres": hombres normales y corrientes utilizados con desprecio por un sistema para el que son únicamente objetos. En la versión norteamericana, este sistema se servía de la manipulación del patriotismo y del instrumento de la publicidad para convertirles en unos héroes que no eran pero que interesaba que fuesen. En esta versión japonesa, a los protagonistas también se les exige ser estos héroes, pero ya no se les exige a varios combatientes seleccionados, sino a todos ellos sin excepción. No sólo han de matar, sino que también han de morir: por el país, por el honor, por el Emperador.
En "Cartas desde Iwo Jima" es el peso de la tradición más absurda el que oprime a los personajes, que, al igual que los de "Banderas de nuestros padres", son simples supervivientes que salen adelante en una sociedad en la que son algo menos que un número pero que les arrebata sin piedad todo lo que tienen. Procedentes de una cultura milenaria apasionada y a la vez horrorizada por la Muerte, los guerreros japoneses, versión moderna ya decadente de los viejos samuráis, viven presa de un rigidísimo código de honor que considera una deshonra imperdonable el no morir en una contienda si se ésta se pierde. Por ello, ante el avance imparable norteamericano, los hijos del Sol Naciente optan, viéndose contra las cuerdas, por suicidarse solos o en compañía. Algunos pocos, sin embargo, no están dispuestos a hacerlo. En la película se contraponen dos mundos distintos: el del soldado proveniente de la clase del pueblo y el del soldado proveniente de la clase alta, de la nobleza, de los nuevos samuráis. Son estos mundos, respectivamente, el del soldado que no piensa suicidarse porque no cree en los ideales del otro soldado y el del que no dudará un segundo en acabar consigo mismo por su honor. Por supuesto, sus concepciones de la vida están radicalmente enfrentadas, y esto les llevará a un enfrentamiento real.
"Cartas desde Iwo Jima" se desarrolla enteramente en el campo de batalla, al contrario que su "versión americana", que transcurre también en los hogares de los supervivientes en los Estados Unidos. Está retratada en unos fascinantes tonos sepia que hacen a la isla baldía más oscura si cabe que en aquella, más opresiva, más asfixiante. Es también mucho más violenta, más cruda y más sangrienta (tal vez porque se ambienta por completo en la misma isla). La película, además de bélica, llega por momentos a ser un puro filme de terror: la huida constante de unos soldados que no desean morir por nada o que simplemente no desean morir oprime al espectador como en pocas obras de este género se le ha oprimido. Eastwood no trata a la cultura japonesa con desprecio ni desde un prejuicioso punto de vista occidental, pero sí lanza una brutal crítica a la tradición ancestral que obliga a sus hombres a morir a toda costa, tradición que, como la de los héroes en los USA, sirve para dominar y engañar al pueblo y para, en definitiva, hacer una vez más de la guerra algo rentable. Maravilloso díptico el de este director, y maravillosa su idea de retratar la visión de ambos bandos de la batalla. ¡Hurra por Clint!
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