Porco Rosso

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viernes, 21 de septiembre de 2018

EL MUNDO ES SUYO de Alfonso Sánchez - 2018 - ("El mundo es suyo")


Rafi aparece en el lujoso chalet de Fali, su mejor amigo, el día antes de la Primera Comunión de su hijo. Su mujer le ha echado de casa y se ha metido para colmo en un lío económico de los gordos. Rafi le pide ayuda a Fali, ya que la familia de su señora tiene mucha, muchísima pasta. Fali le quiere mucho, pero está harto de sus problemas. Sin embargo, un compadre es un compadre... Los dos se van a meter de cabeza en el más delirante de los caos.


Como dije cuando comenté el mes pasado "El mundo es nuestro", la referida primera película del dúo "Los Compadres" (Alfonso Sánchez y Alberto López) me daba mala espina por puros prejuicios: pensaba que se trataría de alguna comedieta casposa y tópica de esas a las que el cine español nos tiene, por desgracia, tan acostumbrados. No fue así: no era una película perfecta, pero contenía una crítica social bruta y a veces muy incorrecta que no me esperaba. Fue una grata sorpresa, y lo mismo ha sido "El mundo es suyo", que no es una secuela de ésta aunque su título pueda hacer pensar en lo contrario. Ahora los dos comediantes dan vida a dos pijos sevillanos casposos, repelentes, paletos y bastante insoportables que se meten en un lío de narices totalmente alocado. Como en el filme debut de ambos, ponen a parir muchos aspectos de nuestra sociedad de forma totalmente burra y, a veces, con una incorrección política clara. La trama es una comedia chorra y canalla predecible, pero sirve a Alfonso y a Alberto para retratar sin piedad la persecución del sueño español de forrarse a toda costa en tres días y sin dar palo al agua y dibuja a una sociedad de postureo de clase alta repulsiva con la que, por desgracia, estamos bastante familiarizados. No se dejan, una vez más, nada en el tintero: se meten con esta clase alta y con su hipocresía, y le dan cera a políticos, a curas, a pijos, a corruptos, a trapicheros, a cofrades (los fanáticos de la Semana Santa, muy numerosos en el sur de España y en ciudades como Sevilla), pero tampoco se cortan un pelo a la hora de hacer chistes de elementos de la "izquierda" como okupas de pacotilla, poliamorosos de boquilla o feministas agresivas.


Como en "El mundo es nuestro", hay en "El mundo es suyo", rodada ya por cierto con más medios que su antecesora pero con idénticas ganas de meter el dedo en la llaga y reírse de ello, una voluntad de, por medio de un humor ciertamente castizo y casposo de forma consciente (sobre todo para retratar a esa España cañí que se resiste a morir), poner a parir a personajes, instituciones y comportamientos de todo pelaje. El mensaje del filme es más serio de lo que parece dentro de su capa cómica, y tiene momentos verdaderamente desternillantes que se dan la mano con otros que son verdaderamente patéticos y tristes, muy agridulces, muy duros y feos. Los Compadres vuelven en forma, y hacen una nueva comedia que esconde dentro mucho más de lo que parece. No es perfecta, pero da tortas efectivas y hace de reír y a base de bien. No tengan prejuicios: da mucho más de lo que se pueden imaginar.


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