Porco Rosso

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martes, 11 de septiembre de 2018

ACORRALADO de Ted Kotcheff - 1982 - ("Rambo: First Blood")


Hace ya tiempo que John Rambo volvió a los Estados Unidos tras luchar en la Guerra de Vietnam. Su país no le ha recibido bien: no vive de trabajos dignos y es mal visto en muchos lugares. Además, la mayoría de sus amigos murieron durante la contienda o a su retorno. Un día, tras volver de visitar a uno de ellos, que también ha fallecido de cáncer, es arrestado por vagabundo en un pequeño pueblo de las montañas de Washington. La policía se ensaña y le humilla, pero logra escapar. Una implacable persecución se va a cebar con él. Sin embargo, los que le persiguen van a hundirse en el peor infierno de sus vidas.


El cineasta canadiense Ted Kotcheff, tras unos inicios hasta cierto punto prometedores, terminó rodando irregulares filmes familiares. Empezó su carrera con obras interesantes y solventes; los dramas “Vivir en la cumbre”, “La voz humana” y “El aprendizaje de Duddy Kravitz”, el western “Billy Dos Sombreros”, las comedias “Roba bien sin mirar a quién” y “Pero… ¿Quién mata a los grandes chefs?”, el drama deportivo “North Dallas Forty” y el drama de acción “Acorralado”. Su filmografía empieza a caer con la mala cinta bélica “Más allá del valor”, se levanta ligeramente con las medianamente aceptables “Vidas turbulentas” (drama) e “Interferencias” (comedia) y termina de hundirse con las malas comedias “Este muerto está muy vivo” y “Cómo sobrevivir a la familia” y con la horrenda película de acción “Único sosprechoso”.


“Acorralado”, la película con la que comenzaron las aventuras del veterano del Vietnam John Rambo, está basada en la novela “Primera Sangre” de David Morell. Como “Rocky” y todas sus secuelas, el filme fue un proyecto muy personal de Sylvester Stallone, que cambió junto a Ted Kotcheff bastantes aspectos de la obra escrita en la que se basa para adecuar el personaje al estereotipo de héroe de acción patriota y atormentado que buscaba y que le volvió a hacer famoso (Rocky y Rambo fueron sus mitos definitivos). “Acorralado” se inscribe, aunque ya algo tardíamente y con matices, en la lista de filmes que, como “Taxi Driver” o “El regreso”, por poner ejemplos, tratan el drama del retorno de la Guerra del Vietnam. El John Rambo de esta cinta está bastante lejos del John Rambo de las dos secuelas que tendría en la década de los ochenta, el John Rambo que, precisamente, es el que ha permanecido en la memoria colectiva. Stallone interpreta con una notable solvencia a un viejo soldado pobre y atormentado por sus recuerdos que, visto por la población como un asesino o como un paria, es despreciado y posteriormente perseguido por un grupo de policías violentos ante los que se niega a humillarse. Por supuesto, este soldado da una lección a sus perseguidores y pone patas arriba todo un pequeño pueblo.


“Acorralado”, tras una breve introducción, da paso a una orgía de acción frenética en la que el guerrero que el protagonista tiene en su interior vuelve a surgir: Vietnam es ahora la Norteamérica profunda, que es otro infierno, aunque en este caso de desagradecimiento y de intolerancia. Hay que decir que como filme de acción pura “Acorralado”, cargado de escenas geniales e imaginativas y de una violencia muy cruda, es uno de los mejores de la historia. Por si fuera poco, cumple además de manera excelente como el drama que a la vez es. Stallone sabe hacer de su héroe un ser salvaje y poderoso y, a la vez, desvalido y de fondo bondadoso y humilde. Desencantado, no encuentra el descanso en ninguna parte y es víctima de los malos tratos de un mundo cruel. El desenlace de su periplo, junto al también mítico Coronel Trautman (el otro personaje central de la saga), resulta verdaderamente emotivo y representa a la perfección el hastío y el odio en los que desembocan las vidas destrozadas por la guerra.


Queda, sin embargo, una polémica sobre “Acorralado” que todavía sigue abierta. Para muchos se trata de un filme social que retrata las injusticias que una parte la sociedad norteamericana, valga la redundancia, cometió con los soldados que volvieron derrotados de Vietnam. Para otros retrata esto mismo pero desde un punto de vista patriotero y de claro amor incondicional al ejército, ultrajado por una sociedad que no admite a los perdedores o que no sabe apreciar el que otros luchen “por su país”.  ¿Qué piensan ustedes? ¿Qué les parece esta extraña ambigüedad que existe en el debut del guerrero de Stallone?


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