Porco Rosso

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sábado, 24 de marzo de 2018

TOMB RAIDER de Roar Ulthaug - 2018 - ("Tomb Raider")


Tras la misteriosa desaparición de su padre, arqueólogo millonario, Lara Croft lleva una vida bohemia en Londres y alejada de las empresas que éste dejó, que son gestionadas por Ana Miller, su tutora. Lara no quiere saber nada de su gran herencia y pasa el tiempo en el East London entre competiciones deportivas callejeras y líos varios. Un día, sin embargo, su tutora la encuentra y le anuncia que algo ha ocurrido... Su primera gran aventura está a punto de comenzar.


El noruego Roar Ulthaug tiene en su haber una filmografía irregular conformada por el filme de terror "Cold Prey: Fanáticos del Snow", el filme infantil co-dirigido con Katarina Launing "La montaña mágica", el filme histórico "Flukt: En los tiempos de la peste", el filme de catástrofes "La ola" y la comentada "Tomb Raider".


Se reinicia la franquicia de "Tomb Raider", que ahora está protagonizada por Alicia Vikander y que cambia su tono de heroína invencible al de heroína humana y con defectos. Mucho mejor. Esta película con la que la saga vuelve a comenzar, no nos engañemos, no es buena, aunque después de los dos despropósitos perpetrados por Angelina Jolie ciertamente no siente como una indigestión. La Vikander se lo curra, y es mucho más cercana al espectador que la Jolie. Mientras que la anterior Lara Croft era invencible y se cargaba ejércitos enteros y se saltaba las leyes de la física (todavía recuerdo esa ostia a un tiburón mientras buceaba de la segunda entrega) ésta es valiente y atrevida pero tiene miedo, recibe palos, sangra, sufre y se siente mal cuando se ve obligada a matar a alguien, aunque sea un malvado, por primera vez. Esto es muy de agradecer, y hace toda la primera parte del filme por lo menos agradable y algo disfrutable. En la segunda, se va al garete ya. "Tomb Raider" es irregularidad en estado puro: no da vergüenza ajena, pero tampoco destaca en nada. Alicia Vikander se esfuerza en su interpretación, y se le nota, y secundarios, de lujo además, como Dominic West y Walton Goggins tienen mucho carisma. Y se le nota a Roar Ulthaug ese interés por hacer una historia más creíble y alejada además de todo el humor cool-diarréico que tenían las dos películas de la saga de la década pasada. Ahora bien, también, tras un inicio tópico pero que no resultaba insultante, todo se cierra con una trama llena de lagunas, con soluciones gratuitas y cutres, con topicazos a mansalva y con aventuritas de medio pelo y carreritas por pasillos oscuros llenos de trampas y adiós muy buenas. Se lo carga todo al final. No insulta al espectador, pero tampoco arriesga en nada y no se toma en serio la historia del filme, que soluciona a golpe de tontería. Una pena. Con las dos bazofias de la Jolie en el recuerdo todavía, "Tomb Raider" de 2018 no resultará desagradable, pero también te habrás olvidado de ella a los pocos días. 


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