Porco Rosso

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sábado, 17 de marzo de 2018

C'EST LA VIE de Eric Toledano y Olivier Nakache - 2017 - ("Le Sens de la fête")


Max es un experto organizador de bodas y eventos que está preparando, con su compañía, un casamiento que va a tener lugar en un castillo francés del siglo XVIII. El novio es un tipo insoportable y extremadamente estúpido, exigente hasta la imbecilidad, pero ha pagado mucho dinero y Max debe intentar que todo salga perfecto. Sin embargo, tras toda una vida dedicado a este trabajo, por primera vez, empiezan a salir cosas mal y, además, vienen en cadena. Si no quiere que la boda termine siendo un caos, Max y sus compañeros van a tener que dar un giro radical a los acontecimientos inesperados.


"C'est la vie", la última película de Olivier Nakache y Eric Toledano, que vuelven a la comedia tras "Samba", es muy, muy flojita. Sigue las andanzas de un grupo de trabajadores de una empresa que organiza bodas y otros eventos. Hay personajes de todo tipo y de todas las edades (el jefe, los subjefes, los invitados, los eventuales, los perdidos en la vida, los inmigrantes, los artistas) y un poco de todo temáticamente hablando (amor, desamor, amistad, trabajo, frustración vital, sueños rotos). Para gustar un poco a todo el mundo. Que no es algo malo a priori, pero el conjunto no llega, simplemente. Los personajes son todos superficiales y tópicos, y la trama es totalmente lineal, mientras que los gags y los chistes tienen en general poca gracia y no son nada atrevidos: se limitan a explotar tópicos de forma políticamente correcta. "C'est la vie" no es nada arriesgada: prima el buen rollo por encima de todo, incluso en las peores situaciones. Al jefe de la empresa la joden una boda importante pero no pasa nada, da un discursito paternalista y todos a bailar. Y contrata a auténticos ineptos que van con la camisa sin planchar pero guay, que se apunten al evento como camareros, aunque queden como el culo. Y al novio, que es un gilipollas de los genuinos y auténticos, le fastidian el supuesto día más importante de su vida pero al final su carácter no importa nada porque todo es cachondeo y comprensión. No se lo cree nadie. Es inverosímil. Tanta corrección política y tanto buen rollito aburren mortalmente y no tiene valor alguno: una comedia es mucho, mucho más que esto, aunque sea una comedia de humor blanco (que también hay obras maestras del humor blanco, sólo que son más difíciles de conseguir). Todo esto aparte del ritmo del filme, que se resiente tremendamente tras tanto gag igualito que el anterior y sin nada reseñable o sugerente.


Los actores (muy buen reparto, por cierto) están muy bien, y tienen su cierto carisma, pero el guión, sencillamente, es tan blandito que se no interesa nada al final, y las pocas situaciones estrambóticas o con algo de ironía o mala leche que se encuentran son solucionadas de forma burda y absurda. El prólogo del filme si lo rescato: me parece genial, y toda persona que haya trabajado alguna vez de cara al público reconocerá a esa pareja repelente e insoportable a la que dan ganas de ostiar a base de bien. Ahora, es sólo eso, un prólogo, una promesa que no se concreta en nada. No puedo decir que "C'est la vie" sea un bodrio, porque no lo es y porque no trata de quedarse con el espectador con su falta de pretensiones total, pero tampoco pasa de ser uno de esos filmes de sobremesa, de fin de semana a las cuatro de la tarde, que se ven entre cabezadas para echar el rato y que se olvidan al día siguiente. Mediocridad total en todos los aspectos.


1 comentario:

  1. Tiene muy buena pinta! Y es que, las comedias francesas están arrasando últimamente... quién lo iba a decir! jaja

    Un saludoOo enorme!!

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