Porco Rosso

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miércoles, 7 de febrero de 2018

PHILLIP MORRIS, ¡TE QUIERO! de Glen Ficarra y John Requa - 2009 - ("I Love You Phillip Morris")


Steven Jay Russell es un aparentemente modélico marido que lleva una vida supuestamente ejemplar con su bella esposa: hasta toca el órgano en su parroquia. Sin embargo, Steven es, en secreto, gay. Y un día, cansado de toda esta hipocresía, decide abandonarlo todo, marcharse a Miami y dedicarse... Al negocio de la estafa. Y claro, este negocio tiene sus riesgos, como la posibilidad de ir a prisión. Pero la vida da sorpresas y el amor aparece en donde menos se espera.


Glen Ficarra y John Requa son dos directores y guionistas estadounidenses que suelen trabajar como tandem artístico. Debutaron con la genial "Phillip Morris, ¡Te quiero", y luego, por desgracia, han caído en obras aceptables pero ya más mediocres. Su filmografía se completa con la comedia romántica "Crazy, stupid, love", el thriller "Focus" y la comedia dramática "Reporteras en guerra". Han trabajado también juntos en las series "Back in the Game" y "This is us".


"Phillip Morris, ¡Te quiero!" es el fantástico debut en el largometraje de la pareja artística conformada por Glen Ficarra y John Requa, y es una adaptación algo libre de la biografía de Steven Jay Russell, un famoso estafador norteamericano que se pasó su vida en el negocio del timo y que, encarcelado varias veces por ello, logró fugarse de la prisión también varias veces (un total de cuatro desde 1992 hasta 1998). Es, además, y esto es lo importante del filme, un canto a la homosexualidad abierta y a la libertad sexual y amorosa. Porque Steven Jay Russell es gay, y nunca lo negó y además esto le condicionó toda su vida, y más en sus circunstancias carcelarias. Hollywood es lentito a la hora de asimilar cambios sociales, y, como "Brockeback Mountain", este filme viene, con otros dos actores de renombre, a reivindicarlos. Jim Carrey e Ewan McGregor están sencillamente inconmesurables. El primero, demuestra sobradamente que, a pesar de haber pasado malas etapas, es capaz de sacar provecho de su histrionismo para adaptarlo a papeles serios. Lo hizo antes, lo hizo después, y espero que salga de su bache actual y lo vuelva a hacer. Y Ewan McGregor, todoterreno, cargado de carisma, entrega otro papelón, una de sus mejores actuaciones. Ambos despliegan una química inolvidable, genial, chispeante y tierna, y ambos se adecuan perfectamente a una trama que se mueve constantemente entre la comedia y el drama y donde, más importante que la historia de las fugas de este estafador encantador, es el por qué de estas fugas y la lucha contra una sociedad hipócrita y completamente beata como es la norteamericana, en los años noventa y por desgracia ahora todavía. Todo ello con mucho ritmo y con una gran capacidad para calar tanto en los momentos más divertidos como en los más duros y para retratar la ambigüedad de un personaje que puede resultar muy cuestionable por sus acciones timadoras pero absolutamente valiente por su encaramiento con su situación de marginación y frustración. Muy, muy buena. Así deberían ser todas las comedias románticas.


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