Porco Rosso

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martes, 28 de noviembre de 2017

ARREBATO de Iván Zulueta - 1979 - ("Arrebato")


José Sirgado es un director de cine de serie B que acaba de terminar su segunda película y que se siente profundamente insatisfecho con su vida: su relación con el arte cinematográfico no tiene nada que ver con lo que él había imaginado años atrás y ha roto con su adorada Ana, la protagonista de su primer filme. En medio de su crisis, Pedro, un extraño chico, le envía un paquete con un contenido que le va a abrir puertas que no esperaba encontrar... Y que también le va a sumergir en un mundo de estímulos y descubrimientos tan apasionantes como inquietantes.


Diez años medran entre los dos únicos largometrajes de Iván Zulueta, ambos inclasificables, ambos originalísimos y ambos únicos en la historia del cine español: el ya comentado "Un, dos, tres al escondite inglés" y "Arrebato", de la que nos ocupamos hoy. "Arrebato" es una de las películas más importantes de nuestro cine, la gran obra de culto de su poco prolífico director, una de las películas que dio el pistoletazo de salida a la célebre Movida Madrileña, una obra totalmente rupturista y símbolo de la apertura del país tras el fin de la dictadura de Franco y, en definitiva, tal vez la película independiente y experimental española por excelencia (o por lo menos una de las más importantes de este ámbito). A pesar de haber tenido problemas tanto para rodarse como para estrenarse, "Arrebato" tuvo su lugar en varias salas de Madrid y de Barcelona a partir de 1980 y gozó de un gran éxito en sus ambientes alternativos, a pesar de ser retirada tras dos semanas a la "sesión golfa". Luego, fue bastante olvidada durante los años noventa, hasta que las reediciones la rescataron del peligroso olvido (y también la llegada de Santa Internet). Iván Zulueta realiza en su obra cumbre un ejercicio de nuevo underground adscrito completamente al arte más marginal (más incluso que las primeras obras de Pedro Almodóvar), un ejercicio fieramente experimental y transgresor alejado de cualquier moda imperante y rodado con cuatro duros. Abierto a múltiples interpretaciones, "Arrebato" es, desde mi punto de vista, un retrato generacional surrealista y desquiciado de los jóvenes de su momento y, sobre todo, un estudio violento y obsesivo sobre la naturaleza del arte cinematográfico (y de cualquier arte), del propio creador de arte, de la infancia y su "eterno retorno" y de sus espectros y, también, de la acción vampírica que ejerce toda obra sobre su creador, acción vampírica que se extiende a la mencionada infancia, a las relaciones personales de cualquier tipo y, por supuesto, a las drogas, que nunca abandonaron a Zulueta, que viene a ser un trasunto del protagonista del filme, el director underground José Sirgado.


Tremendamente simbólica e inquietante, llena de metáforas visuales, de tensión y de geniales diálogos y con una atmósfera ciertamente onírica y hasta malsana, "Arrebato" destaca también por tener unos personajes para el recuerdo (el fallecido el pasado 10 de agosto Will More está de pura pesadilla, al igual que Eusebio Poncela y Cecilia Roth) y por estar plagada de significados ocultos que aún no aparecen resueltos. Podríamos ver mil veces la película y seguiríamos encontrándole nuevos e insinuantes secretos. Después del accidentado rodaje del filme (el presupuesto final superó al inicial con creces, muchos técnicos se marcharon dejando la cinta a la mitad, la mayor parte del equipo de sonido abandonó el proyecto -por lo que la obra tuvo que ser redoblada por amigos de Zulueta como el mismo Almodóvar con voz en falsete-, las peleas con el productor fueron antológicas, etc.), el director, que ya tenía un problema bastante serio con las drogas por aquel entonces, pareció no querer dirigir nunca más un largometraje. Así fue, por desgracia, aunque su labor como cortometrajista, pintor y diseñador de carteles nunca terminó (y fue famoso en las dos últimas disciplinas además). Sin embargo, el retiro del "gran cine" de Zulueta, y la extraña vida que llevó hasta su prematura muerte el 30 de diciembre de 2009 no han hecho sino afianzar a "Arrebato" y a su escasísima obra cinematográfica como "de culto", especialmente cuando de una forma u otra se comentaba que, como sus personajes, él mismo había sido vampirizado por su arte. Hoy, tras todas estas leyendas, Iván Zulueta tiene por suerte el lugar que se merece en la historia del cine español.


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