Porco Rosso

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sábado, 5 de agosto de 2017

DÍAS DE GARAJE de Alex Proyas - 2002 - ("Garage Days")


Un grupo de amigos de Sidney ha montado una banda de garage rock y tratan juntos de abrirse camino con ella en el difícil mundo de la música. Ensayan sin parar para perfeccionarse mientras buscan bares y locales en los que darse a conocer o festivales en los que debutar ante las multitudes. Todo ello, complicado de por sí, se va a retorcer todavía más cuando ocurra lo esperable: cuando lleguen los problemas amorosos a las vidas de los miembros del grupo.


El poco prolífico Alex Proyas realizó en 2002 su única película de corte no fantástico y su única comedia: "Días de garaje". Él mismo, en su Australia natal, tuvo al parecer un grupo de música, y retrató en este filme sus vivencias en una comedia de situaciones y relaciones personales ubicada en este ambiente. Los protagonistas tienen una banda que trata de buscar su sitio en bares y en festivales con una suerte desigual. Mientras, surgen y se rompen amores entre ellos. "Días de garaje" tiene una estética resultona de escenarios un tanto teatrales y usa una fórmula cómica que recuerda (con sus distancias) a comedias de los años noventa y principios de siglo como "Friends" o como las películas de la primera etapa de Kevin Smith. El humor es entrañable, canalla unas veces e inteligente otras, aunque algo tonto otras veces y con gags que no terminan de ser todo lo efectivos que pretenden ser. Los personajes son bastante tópicos, aunque cumplen y está bien interpretados, y la película tiene algunos lugares comunes (las parejas intercambiables constantemente, el abuso de las drogas, el bareto habitual de la pandilla, el ejecutivo musical cabrón...) y otras sorpresas (en especial, su desenlace, que ciertamente trata de esquivar lo típico y esperable y la concesión fácil a la ideología del triunfo). El filme es solvente y simpático, aunque lo cierto es que su ambiente musical no es que esté demasiado desarrollado y, además, se quedó algo desfasado al poco tiempo: es como he dicho de 2002, cuando todavía las bandas desconocidas tenían que buscar managers discográficos sin demasiado apoyo de Internet, que justo en aquel momento ya estaba presente en los hogares y cambiado de forma acelerada todo este proceso que pondría en crisis a las grandes empresas tradicionales de la música y traería toda aquella famosa polémica de las descargas (las descargas entonces, no ha llovido nada...). También la historia que se sale de la música es irregular: los amores que van y vienen nos los conocemos de sobra, y sus divagaciones sobre la llegada a la madurez y la aceptación de responsabilidades en la vida también (aunque por suerte no caen en la lección moral barata). En conjunto "Días de garaje", la película más extraña de Alex Proyas, no está al nivel de sus mejores creaciones de ciencia ficción y fantasía, su género predilecto, pero consigue enganchar con simpleza y simpatía. Recomendable tanto para completistas como para amantes de las comedias graciosas y dignas que no abusan del efectismo. También, por supuesto, para fans de la música, porque retrata los últimos momentos de un mundo de producción que hoy ya está bastante extinto.


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