Porco Rosso

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miércoles, 8 de marzo de 2017

LAURENCE ANYWAYS de Xavier Dolan - 2012 - ("Laurence Anyways")


Finales de los años ochenta. Laurence es un profesor de literatura y novelista de Montreal al que la vida le marcha bien. Tiene estabilidad económica y emocional y adora a su novia Fred, que le corresponde. Sin embargo, Laurence, aunque lo parezca, no es feliz... En su interior, se siente otra persona. Y va a comenzar a luchar para cambiar esto.


"Laurence Anyways", para mi la mejor película de Xavier Dolan hasta la fecha, es la que le confirma como un director que hay que tener en cuenta y la que le confirma, valga la redundancia, definitivamente como joven promesa. En estos momentos en el que un autobús de monstruosos impresentables recorre España promoviendo el odio a las sexualidades que se salen de lo estrictamente heterosexual, películas como esta recobran un valor único e indispensable. "Laurence Anyways" recorre la vida a lo largo de dos décadas (desde finales de los ochenta hasta los albores del nuevo siglo) de un persona transgénero que, habiendo nacido hombre, desea con todas sus fuerzas ser mujer, ser la verdadera persona que es realmente. En su camino, como se imaginan, se va a encontrar incomprensión e intolerancia a patadas y un cóctel emocional explosivo e inesperado de las personas a las que quiere, y eso que nos encontramos en un país como Canadá, una de las supuestas grandes cunas de la libertad sexual de nuestros días. Xavier Dolan, en la que es su primera película verdaderamente ambiciosa en lo social, retrata este periplo con un estilo cercano, de planos habitualmente cerrados (una de sus constantes) que buscan la desnudez emocional o captar la opresión a la que se ven sometidos sus personajes. Está también el habitual colorido romántico que impregna el resto de sus filmes y el uso de la metáfora visual o del paisaje para sugerir estados de ánimo. La trama es un ejemplo de retrato social sin maniqueísmos: el protagonista del filme lucha contra una sociedad que le desprecia pero también comete sus errores y se muestra también narcisista, egoísta y desconsiderado. Los secundarios que le rodean idem. No hay buenos ni malos, y aunque sea un abanderado de los derechos humanos, Laurence se comporta a veces como un cruel gilipollas.


También se critica con fiereza en "Laurence Anyways" a los individuos aparentemente integrados que no siendo heterosexuales "no salen del armario" por miedo al qué dirán y de la misma manera ciertas actitudes de las personas supuestamente rebeldes ante la sociedad o sus formas de luchar ineficaces o "adaptadas". Xavier Dolan crea una trama que, a pesar de alcanzar casi las tres horas de metraje, se desliza con fluidez ante el espectador de tal forma que en ningún momento éste se siente abrumado. El interés es constante, y el drama equilibrado, y la denuncia social no da discursos baratos o simplistas. Los diálogos son una delicia, y las interpretaciones, especialmente las de la pareja protagonista, Melvil Poupaud y Suzanne Clément, son maravillosas y desprenden a flor de piel desasosiego, amor y locura. El desenlace del filme pone finalmente los pelos de punta. Coherente, sentida, magistral es esta tercera cinta de uno de los autores canadienses más prolíficos y más reputados con razón de los últimos años.


1 comentario:

  1. Offfff course, esta crítica está dedicada a Alhy K. Wood, que me descubrió esta fascinante obra maestra :)

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