Porco Rosso

Porco Rosso

miércoles, 12 de octubre de 2016

UN MONSTRUO VIENE A VERME de J. A. Bayona - 2016 - ("Un monstruo viene a verme")


Connor es un niño de doce años que vive con su madre, enferma de cáncer, y cuya vida es triste y frustrante. Su padre vive en los Estados Unidos y no se ocupa demasiado de él, su abuela es una mujer sobria y dura con la que se lleva mal y no sólo no tiene amigos sino que los matones del colegio le maltratan sin cesar. Connor está harto de todo. Una noche, sin embargo, todo va a cambiar para él... Va a recibir una visita de alguien muy especial.


Hipermegapublicitada hasta la saciedad, "Un monstruo viene a verme" es la nueva y tercera película de Juan Antonio Bayona y se inscribe, como la anterior y horrorosa "Lo imposible", en esa categoría de "películas para los que no ven películas". A todo kiski le ha encantado: a mi madre, a mi abuelo, al portero del bloque, al camarero del bar donde voy a desayunar en la media hora libre del trabajo, al peluquero, al monitor del gimnasio. Ninguna de estas personas que he mencionado suele ir al cine. Casi nunca. Pero a todas les ha encantado "Un monstruo viene a verme". Pues a mi no: a mi me ha horrorizado. Porque una persona que medianamente consuma productos audiovisuales que vayan más allá de sentarse a matar el tiempo delante de la caja tonta, no puede gustarle esta cosa, como tampoco puede gustarle la mencionada "Lo imposible". Y es que uno es un insensible y un desalmado y hasta un esnob, oigan, pero es que a esta cosa falsa y tramposa no hay por donde cogerla. Toda la sala con la lagrimita en la cara y soltando suspiros de pena y yo flipando con la poca honestidad de la película. Niño problemático, madre con cáncer, abuela chunga pero bondadosa en el fondo, padre que escapa de sus responsabilidades, matrimonio fallido, compañeros de clase cabrones, ambiente gris y semi-retro de baratillo y un árbol mágico que viene a ver al niño problemático para ayudarle a superar su trauma. Uffff... Más visto que la coleta de Pablo Iglesias. Todo es tópico, todo esta trilladísimo, todo está manoseado hasta la náusea. Y encima, tenemos que comérnoslo con patatas con diálogos penosos y música emotiva metida a lo bruto, con escenas dramáticas de usar y tirar y forzadas. Ahora toca llorar, ahora toca llorar otra vez y ahora... ¡Ah, sí, ahora otra vez toca llorar!


Me gusta el cine comercial y el no comercial. Me lo paso teta con una película de acción buena y me encanta el cine iraní. Me encanta Indiana Jones y me encanta John McClane, y no me pierdo ni una de Woody Allen y adoro a Kenji Mizoguchi. Pero a veces las cosas se pasan de tuerca. Lo mismo que uno se encuentra a veces una película "gafapasta" sin sentido ninguno que hay que adorar porque les ha encantado a todos los guays de turno, a veces uno se encuentra también algo que es tan comercial que da grima. "Un monstruo viene a verme" es un telefilme cutre con efectos especiales buenos. Y un telefilme cutre de los que abusan de la lágrima fácil y del conflicto fácil y de las soluciones fáciles. Es visualmente precioso y tiene una trama que se escribe en una tarde. Tiene buenos actores y diálogos malos. Tiene un diseño de producción fantástico y unos mensajes obvios y simplones. Es cine comercial del malo, del peor, del que va tan de frente que aplasta. Sutilidad cero, imaginación cero, capacidad de sorpresa cero. O sea, otro "Lo imposible". Y que conste que yo defendí a Bayona cuando en su día muchos pusieron a parir su para mi excelente "El orfanato". Pero paren de contar. No pierdan el tiempo con esta chaladura de película.


1 comentario:

  1. Tengo ganas de verla; aunque, tantísima promoción... me aburre tremendamente!

    Un saludoOo enorme!!

    ResponderEliminar