Porco Rosso

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martes, 15 de diciembre de 2015

EL VUELO DE LOS DRAGONES de Arthur Rankin Jr. y Jules Bass - 1982 - ("The Flight of Dragons")


Peter es un joven soñador que pasa sus días imaginando criaturas fantásticas y pensando en grandes aventuras que sabe que nunca vivirá. Él no se lo imagina, pero está llamado a ser el salvador de un mundo donde la magia es la ciencia principal. Peter se va a ver trasladado misteriosamente a este lugar, en el que una fuerza maligna pretende acabar con todo lo bello... Y se va a ver atrapado en el cuerpo de un dragón. Por suerte, no va a estar solo ante la amenaza: va a conocer la amistad verdadera y, también, el amor.


La otra maravilla que creó el estudio Rankin/Bass Productions en 1982, junto a la ayer comentada "El último unicornio", fue "El vuelo de los dragones". Esta vez la producción fue estrenada directamente en televisión, pero no por ello dejó de ser una creación ejemplar y hoy es una obra de culto indiscutible de la historia del cine de animación. En ella, un joven científico de nuestro mundo (amante de los juegos de mesa, por cierto, y que ha diseñado uno con ciertas semejanzas con los juegos de rol de tablero clásicos) es enviado, como fue habitual en muchas películas y series de los años ochenta (sin ir más lejos "Dragones y Mazmorras", otra obra mítica y basada en el juego de rol homónimo), a otro mundo, de carácter mágico éste, en donde vive grandes aventuras y en donde se ve atrapado en el cuerpo de un dragón. La película es una reflexión sobre la lucha eterna del bien contra el mal que pretende enseñar a los más jóvenes que el primero no puede existir sin el segundo y, también, sobre la comparación entre la ciencia y la magia. Otros asuntos se tratan también, esperables y universales: el amor, la amistad, la justicia, la fraternidad entre seres de razas y especies diferentes, el poder aleccionador del viaje, la integridad, la constancia. El filme sigue el cánon de "viaje iniciático" de aura épica: los protagonistas viven una aventura tras otra. La animación, si bien no es tan perfecta como la de "El último unicornio", sigue siendo muy destacada, en especial si tenemos en cuenta que la película fue un producto televisivo (y no se solía entonces dedicar tanto trabajo y mimo a algo que se iba a estrenar solamente en la pequeña pantalla y que, además, iba dirigido a un público esencialmente infantil, público que entonces tampoco era especialmente cuidado).


Los personajes de "El vuelo de los dragones" están llenos de carisma y espléndicamente animados, mientras que los escenarios son un primor del detalle y del romanticismo evocador. El color es también destacado, la banda sonora impresionante y las escenas de acción están excelentemente animadas (el vuelo final de los dragones es una maravillosa obra maestra). Los referidos personajes son como he dicho muy carismáticos y todos son inolvidables. También lo son los villanos, en especial el principal. Escenas como el combate final, en el que la magia se mide con las ciencias "reales", han quedado para los anales del cine de animación mundial y todavía hoy siguen poniendo los pelos de punta (y es que el desenlace de esta película es sencillamente apoteósico). "El vuelo de los dragones", al igual que "El último unicornio" y otras obras de la Rankin/Bass Productions, que por desgracia cerró sus puertas en 1987, es una película que, aunque es de culto, está hoy algo olvidada. Hay que reivindicarla sin cesar y creo que si todavía no la han visto deberían hacerlo.


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