Porco Rosso

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viernes, 18 de septiembre de 2015

LOS ABRAZOS ROTOS de Pedro Almodóvar - 2009 - ("Los abrazos rotos")


Mateo Blanco es un director de cine que, ciego desde hace años a causa de un terrible accidente de coche, vive de escribir guiones que firma bajo el seudónimo de Harry Caine. Mateo vuelve atrás en su vida y evoca los hechos que la cambiaron para siempre... Y con ellos, las tristes historias que le acompañan a él y a sus seres queridos, marcados por su tragedia y por su propia existencia.


Con "Los abrazos rotos" de Pedro Almodóvar me pasa como con "La mala educación" tal vez: me resulta una película algo más floja situada entre obras maestras de la carrera de un director que habitualmente me suele encantar. No es que realmente me resulte floja ("La mala educación" sí que me lo parece, y bastante, por fallida), pero sí que no me ha llegado su drama demasiado. Puede que sea un problema de percepción o, simplemente, de puro gusto y ya está (al final, nadie es puramente objetivo, por mucho que lo intente o que presuma de serlo), pero el caso es que la trama de "Los abrazos rotos" me resulta fría y poco cercana al espectador, y ya me la he visto varias veces. Se trata, por una parte, de una película que vuelve a estar en la línea de "Hable con ella" o "Volver": es un filme mucho más depurado, en el que la personalidad "almodovariana" está siempre bien presente, pero que presenta una historia más sobria, más "puramente realista", más cercana a un mundo menos estrambótico que el de otros filmes del director manchego. Sus personajes son menos singulares pero más reconocibles y, personalmente, creo que los mejores dramas de Almodóvar son los que están en esta línea, La película es un homenaje sentido al cine en el que este arte aparece como un vehículo para la superación de los problemas y de los traumas vitales o para el acercamiento entre las personas. Las referencias a grandes clásicos del cine están por todas partes, tanto en nombres de personajes, como en planos.


El aspecto visual de "Los abrazos rotos" es soberbio, y su trama nunca decae en ritmo, mientras que sus protagonistas y secundarios son coherentes en todo momento (y además están interpretados de forma soberbia por un plantel actoral magistral) y el drama está bien dosificado durante todo el metraje. Sin embargo, como he dicho, no es ésta una película que me haya puesto los pelos de punta como "¿Qué he hecho yo para merecer esto?", "La ley del deseo", "Todo sobre mi madre", "Hable con ella" o "Volver", ni que me haya tenido agarrado a la silla de la risa o del suspense como "Mujeres al borde de un ataque de nervios" o la inmediatamente posterior ésta hoy criticada "La piel que habito". No he conseguido empatizar con sus personajes, simplemente, y por ello su drama, aún reconociendo sus virtudes, no me ha llegado con potencia. Aún así, no es un mal filme, desde luego.


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