Porco Rosso

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domingo, 23 de agosto de 2015

MI CASA EN PARÍS de Israel Horovitz - 2014 - ("My old lady")


Mathias, neoyorkino cercano a los sesenta años, viaja a París, en donde ha heredado de su padre una lujosa y céntrica casa que pretende vender con el objetivo de sacar una buena pasta que le permita retirarse. Allí, sin embargo, se encuentra con un problema: la casa tiene una inquilina, una anciana de más de noventa años a la que no puede echar de ella según el contrato de la herencia. Esta anciana además tiene una hija... La vida de Mathias se convierte en una isla de frustración al ver sus planes truncados y condicionados al día en el que la anciana muera, el día en el que podrá disponer de su casa a su antojo. Sin embargo, en esa casa de París está a punto de descubrir algo... Algo revelador sobre su pasado y sobre su conflictiva relación con su padre.


Actor, guionista y director, el norteamericano Israel Horovitz ha escrito numerosas películas y como director se ha encargado de dos hasta la fecha: "3 Weeks after paradise" y "Mi casa en París".


"Mi casa en París" (de nombre real "My old lady" -y otra traducción cutre que va para el mercado español-) es una buena película que sabe mezclar con gracia, lo cual es difícil, la comedia de situaciones y el drama de relaciones personales. La película empieza como la referida comedia de situaciones con un señor que se acerca a los sesenta años y que ha heredado de su padre una casa en París que viene, para su desgracia, con dos inquilinas un tanto particulares. Tenemos un poco de humor negro, otro poco de chistes canallas y algo crueles y una serie de gags finos e irónicos. Después, todo se precipita sorprendiendo al espectador en un drama familiar con bastantes puntos interesantes centrado en las relaciones entre padres e hijos, en los fracasos vitales, en el paso del tiempo y el peso del pasado, en la soledad, en el amor perdido, en las adicciones como única vía para vivir sin pensar en los traumas y en la aventura de afrontar la vejez y la muerte. Aunque parezca extraño, el cambio de género funciona, e Israel Horovitz sabe llevarlo con ritmo, con lógica y sin fisuras (en parte porque la comedia vuelve puntualmente a aligerar ciertas escenas de gran carga emocional, escenas que por cierto están excelentemente dirigidas). Hay que decir que el trío protagonista de la película está fantástico, en estado de gracia. Kevin Kline (un hombre que siempre me ha parecido un buen actor aunque ha estado tal vez algo desaprovechado), Kristin Scott Thomas (idem de idem) y la gran Maggie Smith conforman un terceto con una química genial y todos duelen en sus respectivos papeles. Los diálogos que recitan son también excelentes. "Mi casa en París", con unas localizaciones de la capital francesa preciosas además, es una película muy recomendable y un buen drama en todos los aspectos.


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