Porco Rosso

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miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA MUJER SIN CABEZA de Lucrecia Martel - 2008 - ("La mujer sin cabeza")


Verónica, una mujer de mediana edad, atropella con su coche en la carretera a "algo".,, Y sigue adelante. No sabe si era un animal o... Una persona. Este hecho destroza su vida cotidiana. Verónica cae en la depresión y en la crisis existencial más devastadora que hasta este momento ha conocido.


La tercera y hasta ahora última película de la argentina Lucrecia Martel es "La mujer sin cabeza", estrenada en algunos países también como "La mujer rubia" por razones que desconozco. Para mi, es su obra más floja. Repiten en ella casi todos los asuntos que vimos en la rompedora "La ciénaga", su debut, y en la muy destacada "La niña santa": en la Argentina profunda (la película fue rodada por completo en la provincia norteña de Salta) una mujer (esta vez el personaje deja de ser, por vez primera en la filmografía de Martel, de carácter colectivo) cae en una terrible crisis vital después de atropellar sin querer en la carretera "algo" (no sabe si persona o animal) y marcharse sin descubrir qué era realmente. La directora recorre el periplo hacia la depresión de esta mujer (una excelente María Onetto) mientras también bucea alrededor de la sociedad que la rodea. "La mujer sin cabeza" se me antoja peor filme que los dos primeros de la autora por una razón: es el más críptico e indescifrable de los tres, el más abigarradamente simbólico. Se intuyen las principales cuestiones de fondo de la cinta, por supuesto, y más si uno ha visto las dos anteriores mencionadas. Sin embargo, el conjunto, llevado esta vez con más carencia de ritmo además, pierde interés a pesar de su capacidad de sacudir el ánimo del espectador y sumergirlo en el infierno de la incomunicación del mundo moderno, algo que Martel sabe hacer perfectamente, de sobra (al César lo que es del César).


"La mujer sin cabeza" trata una vez más asuntos como la hipocresía social, la frustración sexual, la homosexualidad reprimida y escondida, la caída de la burguesía víctima de sí misma y de sus incongruencias, el aburrimiento existencial, la incomunicación en el seno de la familia y de la pareja y las relaciones personales de todo tipo. También sigue ahí el marco económico de la Argentina de la crisis del 2001, representado en ese mundo cutre y casi cochambroso que parece caerse a pedazos. Sin embargo, está un poco más dado de lado: la tragedia del "Corralito" del mencionado 2001 está ya algo más lejos en el 2008 y la situación económica de Argentina, aún con sus problemas, se ha recuperado un poco y Martel parece prestarle menos atención a favor del drama psicológico en estado puro. "La mujer sin cabeza", como he dicho, es por momentos excesivamente críptica y su mensaje social queda más diluído. Para mi es un fallo: ni "La ciénaga" ni "La niña santa" lo tenían. Como he dicho, la autora parece más interesada en el puro drama psicológico, pero el caso es que este tampoco está bien delineado y por momentos llega a estar representado y desplegado de forma farragosa y, finalmente, algo aburrida. La tercera película de Lucrecia Martel me resulta floja en líneas generales, demasiado cerrada. Puede que sea una opinión totalmente subjetiva, pero en última instancia casi toda crítica es subjetiva.


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