Porco Rosso

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martes, 4 de marzo de 2014

DESEO, PELIGRO de Ang Lee - 2007 - ("Se, Jie")


Shangai. 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La joven y bella Wang Jiazhi es una patriota que milita en una organización secreta y que tiene una peligrosa misión: seducir al Señor Yee, uno de los principales colaboradores de los invasores, para que sea asesinado en el nombre de la liberación. Entre ambos surge una relación de sexo apasionado y brutal… Y algo más. Sin embargo, a Wang no dejan de presionarla: hay que acabar con Yee para dar una lección a los japoneses, y hay que hacerlo rápido y de manera tajante. Un infierno empieza para la inesperada pareja.


Después de la soberbia “Brockeback Mountain”, Ang Lee rodó su nueva película en su tierra de origen, Taiwán, algo que no hacía desde “Tigre y Dragón”. “Deseo, peligro” está basada en una obra homónima de la escritora china Eileen Chang y narra la historia de lujuria y amor que protagonizan en la Shangai de 1942, ocupada por los japoneses, un colaborador de éstos y una joven y bella espía que supuestamente está encargada de asesinarlo. Aunque ha desarrollado la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos, en donde vive desde los años setenta, Ang Lee siempre ha destacado por aplicar en su cine, de raiz comercial y artesana, toques de las formas estéticas y narrativas del arte oriental. Así, como “Sentido y sensiblidad”, como “La tormenta de hielo” y como la mencionada “Brockeback Mountain”, “Deseo, peligro” goza de una trama que se mueve muy pausadamente en la que los protagonistas son los silencios, las miradas y los puros actos, a veces frenéticos y violentos, que rompen de improviso la calma en la que todo se tambalea. Es éste filme, dejando a un lado sus primeras tres películas (las excelentes e injustamente menos recordadas “Manos que empujan”, “El banquete de boda” y “Comer, beber, amar”) el más “oriental” (por decirlo de alguna manera y a grandes rasgos) de su creador.


Dos excelentes Tony Leung y Tang Wei llevan todo el peso de la cinta mostrándose exquisitos y comedidos frente a la sociedad que les rodea y y desquiciándose en sus escondites secretos, en los que impera la brutalidad y el sexo primario más descarnado e imaginativo (las apasionadas y casi cruentas escenas de cama están genialmente rodadas). Ambos, desencantados con todo lo terrible que les ha tocado vivir o al borde de estarlo, canalizan la tragedia de toda una época y de dos culturas milenarias enfrentadas; época que está representada con gran maestría por medio de una delicada y minuciosa ambientación y de una esplendorosa fotografía con una luz que se mueve entre la oscuridad del cine negro y el lirismo del filme romántico asiático clásico. “Deseo, peligro” es una absorvente historia de espionaje y sentimientos e ideales contradictorios en la que Ang Lee vuelve a experimentar con los géneros para ofrecer una encomiable propuesta comercial y artística. No es, pienso de todas maneras, su mejor filme, aunque sí muy recomendable.


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