Porco Rosso

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sábado, 2 de noviembre de 2013

EL ENIGMA DEL CUERVO de James McTeigue - 2012 - ("The Raven")


Mediados del siglo XIX. El inspector de policía Emmet Fields de Baltimore llama a su presencia al famoso escritor Edgar Allan Poe para referirle que se están cometiendo una serie de macabros crímenes en la ciudad que... Están relacionados con sus relatos de terror gótico, a los que imitan claramente. Poe va a ayudar a la policía a investigar el caso y va a intentar adelantarse a los siguientes asesinatos. El literato va a descubrir una terrible y monstruosa trama de muerte. 


Tras la bazofia de "Ninja Assassin", James McTeigue sigue sin dar ni una con "El enigma del cuervo", que se estrenó el año pasado y que propone el cada vez más frecuentado "homenaje" a un personaje famoso que es convertido en un héroe de la ficción. En este caso le toca a Edgar Allan Poe, el gran maestro del relato de terror gótico y, de la misma manera que Steven Soderbergh hizo con Franz Kafka en su infravalorada y genial "Kafka, la verdad oculta", McTeigue lo pone a resolver misteriosos asesinatos que están relacionados con su propia obra literaria (las películas se parecen peligrosamente, incluso en bastantes puntos importantes del argumento, lo cual me escama). La cosa es que, contrariamente a la odisea fantástica del escritor checo, esta "El enigma del cuervo" es una cinta sin alma y sin sentido y no hay por donde cogerla. Para empezar, el enigma que da nombre al título es en su planteamiento en su consecución algo absurdo y, lo que es más importante, poco interesante. Ya no es que se llegue a una conclusión bastante tonta al final de la obra (lo cual ocurre en veinte mil thrillers comerciales de hoy en día), ya es que McTeigue no sabe llevarnos a ese final y se limita a menearnos de un lado a otro y a presentarnos pistas sin emoción ninguna que nos importan un pito y que están mal enlazadas entre ellas. El sopor está asegurado.


A este hecho de que la trama es aburrida porque no sabe enganchar al espectador hay que sumar que John Cusack, un actor habitualmente muy solvente, aquí está muy perdido y no desprende apenas carisma. De los secundarios se puede decir exactamente lo mismo. Tampoco dice nada la estética, un refrito de los topicazos más gruesos de los propios relatos de Poe y de la ambientación de filmes como el "Sleepy Hollow" de Tim Burton sin gracia y sin alma. La acción, videoclipera en el peor de los sentidos (es decir, basada en la acumulación de efectos gratuitos y de pésimo gusto), contribuye al clima de "no me estoy enterando de nada ni quiero" que desprende todo el metraje. "El enigma del cuervo" es una de las películas más insípidas y olvidables de su año, y no la salva ni su sentido homenaje freakie sin ninguna pretensión. 

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