Porco Rosso

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miércoles, 20 de marzo de 2013

JUNGLA DE CRISTAL. LA VENGANZA de John McTiernan - 1995 - ("Die Hard with a Vengeance")


Un misterioso hombre que se llama a sí mismo Simon ha llenado de bombas ocultas la ciudad de Nueva York. Sólo pide una cosa: que el policía John McClane, ahora divorciado, retirado momentáneamente del servicio y con un pie en el alcoholismo, participe en su juego, el “Simon dice”. Si no logra superar las malévolas pruebas que le propone, las bombas estallarán. John McClane accede a jugar y, una vez más, a convertirse en un héroe a su pesar. No va a estar solo: Zeus, un tendero negro y racista de Harlem, va a tener que ayudarle a salvar la ciudad, y también lo va a tener que hacer a su pesar. Juntos, tendrán que averiguar la identidad de Simon y el porqué de su odio a McClane.


Después del nuevo éxito de “La jungla II. Alerta roja”, dirigida por Renny Harlin, John McTiernan volvió a la saga para encargarse de dirigir su tercera parte. El cambio fue acertadísimo, ya que “Jungla de cristal. La venganza” volvió por lo menos a alcanzar el nivel de calidad de la primera entrega de las aventuras del policía John McClane e incluso introdujo unas más que gratas novedades, entre las que destaca la presencia del mejor de los aliados que hasta ahora ha tenido el mencionado protagonista, Zeus, al que da vida un genial Samuel L. Jackson, y una primera mitad del filme de aires detectivescos en la que ambos héroes (a su pesar, por supuesto) han de resolver un conjunto de retorcidos enigmas para salvar a la ciudad de Nueva York, amenazada por el hermano del villano de la primera parte (Alan Rickman), un también genial Jeremy Irons muy ajustado a su frío y deshumanizado papel.


Los efectos especiales son, de nuevo, más y mejores, pero esto no quita protagonismo en absoluto a una trama bastante imaginativa y con un cierto misterio cuya resolución está realmente bien economizada y que mantiene al espectador interesado en la historia desde el principio hasta el desenlace. En la antes mencionada primera mitad de la película (la mejor sin ninguna duda), John McClane y Zeus han de solucionar el grupo de problemas de inteligencia que el malvado Simon les ha propuesto, mientras que en la segunda han de enfrentarse directamente a él en el clásico espectáculo de acción frenética, luchas, disparos y explosiones ya más convencional pero no por ello aburrido. El humor mejora notablemente con respecto al de la segunda parte, con un McClane hastiado en horas bajas divorciado, retirado del servicio y con un pie en el alcoholismo que vive su aventura junto al referido Zeus, un tendero negro de Harlem muy racista que desprecia a los blancos basandose exclusivamente en sus prejuicios (lo repito: genial y brutalmente divertido Samuel L. Jackson). “Jungla de cristal. La venganza” es una trepidante tercera parte para una saga mítica y una de las últimas películas de acción verdaderamente destacadas de los años noventa (prácticamente la última). Hoy sigue estando a un alto nivel, aunque tampoco lo tiene nada difícil con la cantidad de porquerías que siguen ocupando las salas comerciales. Como curiosidad, la película estuvo a punto de llamarse “Simon dice” y de ser una obra independiente antes de, finalmente, acabar cerrando la entonces trilogía de John McClane.

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