Porco Rosso

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viernes, 1 de febrero de 2013

TESIS de Alejandro Amenábar - 1996 - ("Tesis")


Ángela estudia Audiovisuales en la Facultad de Comunicación de Madrid y está preparando una tesis sobre la violencia en los medios. Su vida universitaria normal y corriente cambia de manera radical cuando su director de tesis aparece asesinado de manera brutal y misteriosa mientras buscaba para ella material en la videoteca del recinto. Ángela conoce tras este hecho a Chema, un fanático del cine gore y pornográfico, y a Bosco, un joven guapo y extraño cuya amiga fue supuestamente asesinada en una snuff movie, una película en la que supuestamente torturan y matan a alguien en directo… Ángela comienza a investigar junto a ellos qué es lo que ha ocurrido y por qué. Muy pronto empiezan a perseguirla...


Se puede afirmar que Alejandro Amenábar es, hoy por hoy, el cineasta español más afamado en el interior y en el exterior después de Pedro Almodóvar. Director, productor, guionista y músico, Alejandro Amenábar nace en Santiago de Chile pero cuando cumple un año su familia se instala en Madrid tras la situación convulsa que vive su país natal con el golpe de estado de Augusto Pinochet. Tras rodar los cortos “La cabeza”, “Himenóptero” y “Luna”, es el director José Luis Cuerda quien le lanza a la fama produciéndole su excelente debut: el thriller “Tesis”, que supone toda una revolución estética y argumental en el cine español de los años noventa. Continúa su filmografía con otras dos películas de corte fantástico y/o de terror: el thriller psicológico de ciencia ficción “Abre los ojos” y la película de fantasmas “Los otros”, que además de arrasar en las taquillas, le confirman como una de las grandes promesas del cine español.


La confirmación final del éxito le llega con su cuarta cinta y primera película social: “Mar adentro”. Cambia después completamente de registro con la superproducción histórica "Ágora". Si José Luis Garci ha adaptado las formas estéticas del cine norteamericano clásico al español, Amenábar ha hecho lo propio con el moderno. Su estilo está a caballo entre el clasicismo y el efectismo, y en ocasiones se presenta completamente desaforado en todos los sentidos. Su fotografía es preciosista, su banda sonora (compuesta por él mismo) de infalible olfato comercial y su narrativa fluida y llena de acción. Entre sus defectos podríamos citar que, cuando sale del cine fantástico o de terror, tiende a desarrollar un maniqueísmo realmente insultante (esto se puede ver en la fallida "Ágora"). Pero, desde luego, nadie puede negarle que ha sido posiblemente el unico director español que sabe llenar salas con productos comerciales y a la vez plenamente personales.


“Tesis”, co-escrita con Mateo Gil (que más tarde dirigiría “Nadie conoce a nadie”), es el fulminante debut en el largometraje de Alejandro Amenábar y la mejor de sus películas, todo un soplo de aire fresco en la cinematografía española algo estancada de su momento. En ella, homenajeando a su ídolo Alfred Hitchcock, construye el director una parábola sobre la sociedad de la violencia y su relación con los medios audivisuales que es además una excusa para desarrollar un genial thriller sobre las snuff movies, las películas ilegales de las leyendas urbanas (todavía hoy se discute sobre su existencia o no) en las que supuestamente se tortura y mata a una persona en directo y que ya son todo un mito en nuestra cultura gracias entre otras a esta cinta de culto. En “Tesis” Amenábar se mueve muy bien en el género del suspense: sabe imprimir intriga desde el primer minuto de metraje, un ritmo ajustado a cada momento, una narración sencilla pero muy efectiva, unos personajes desarrollados en su justa medida para que la trama interese, violencia física y psíquica desprejuiciada y políticamente incorrecta, muchas referencias cinéfilas y, además, sabe colocarlo todo en un ambiente universitario malsano y oscuro muy atrayente en el que en los rincones más olvidados de los campus se encuentran horribles sorpresas. Ana Torrent y Fele Martínez hacen un buen papel protagonista y sobre todo el segundo clava a un freakie lleno de carisma, y Eduardo Noriega sobreactúa pero tampoco lo hace mal. La película, además, no tiene pretensiones fallidas más allá de lo que cuenta, y lo que cuenta no deja al espectador parar un segundo hasta averiguar la identidad del que graba las snuff movies o hasta averiguar si las snuff movies existen en realidad. Una película de la que tendrían que aprender muchos directores de terror norteamericano.

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