Porco Rosso

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miércoles, 27 de febrero de 2013

LA LEYENDA DEL TIEMPO de Isaki Lacuesta - 2006 - ("La leyenda del tiempo")


Isra es un adolescente gitano de trece años de San Fernando, en Cádiz, que, aunque tiene dotes para el cante, que le apasiona, lo ha abandonado tras la muerte de su padre porque se ve incapaz de dejar a sus sentimientos que hablen. Makiko es una joven japonesa que ha dejado su país para instalarse una temporada en la propia San Fernando y estudiar cante flamenco, un arte con el que espera poder dejar escapar todos los sentimientos que guarda en su interior. Las dos historias están íntimamente relacionadas.


La segunda obra de Isaki Lacuesta tras la fantástica "Cravan VS Cravan" es uno de los más grandes documentales del cine español de todos los tiempos y una obra de culto instantánea e inclasificable porque rompe absolutamente todas las reglas de su género sin salirse sin embargo de sus cánones para narrar dos historias independientes sobre la búsqueda emocional con un sólo personaje común pero a pesar de ello íntimamente relacionadas. La primera es la de Israel, un adolescente gitano de trece años de San Fernando, en Cádiz, que tras la muerte de su padre deja de cantar teniendo dotes para ello porque se ha perdido sentimentalmente y porque no encuentra nada que por el momento tenga necesidad de contar. La segunda es la de Makiko, una joven japonesa que tiene una relación difícil con su padre y que deja su país para instalarse una temporada en la propia San Fernando con el objetivo de aprender a cantar flamenco para dar salida a sus sentimientos. El personaje común es un marinero japonés expatriado que observa los periplos de ambos y la ciudad de San Fernando es la del maestro del flamenco Camarón de la Isla, al que el documental homenajea en su título (el de su disco clave, que cambió el flamenco para siempre) y en su propia concepción de la búsqueda de unas ciertas emociones.


Según he leído, Lacuesta se atrevió a hacer algo para muchos impensable en un documental con su segundo filme: un casting. Y, para colmo, dejó a los "actores" que interpretasen a sus propios personajes y al parecer además el guión inicial se modificó miles de veces según marchaban y cambiaban los acontecimientos. Pero es que "La Leyenda del Tiempo" no es un documental al uso, sino que es un híbrido en el que se mezcla la escena puramente programada con lo que va surgiendo y las cámaras van captando en el momento (por lo que he podido leer, se llegaron a rodar hasta 90 horas de metraje). Para los puristas extremos será una blasfemia; para mi es una auténtica delicia.


Con un ritmo pausado pero que nunca decae, con una visión extremadamente realista de la narración pero abierta al lirismo espontáneo (la escena de Israel y su "novieta" en el campo me pone los pelos de punta, al igual que la de Makiko en la cabina telefónica), lleno de referencias de toda clase, "La Leyenda del Tiempo" construye un puzle tan puramente español como cosmopolita (el San Fernando de los gitanos, apartados de la sociedad, y de los inmigrantes asiáticos está retratado en todo su esplendor) en el que se tratan multitud de asuntos que nunca aparecen atropellados y que incitan a la reflexión: la marginación social, la pobreza, el exilio sentimental forzado y elegido, la muerte, el paso del tiempo, la fusión cultural, la música (el flamenco sobre todo), el arte en general, el paso de la infancia a la edad adulta, el amor, el machismo, el primer trauma vital, el desarraigo, las relaciones entre padres e hijos y entre hermanos y, en última instancia, la propia naturaleza del cine y del documental y sus miles de posibilidades. "La Leyenda del Tiempo" es una de las películas más importantes del cine español de todos los tiempos. De verdad que, si no la han visto, les pido de rodillas que no se la pierdan.


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