Porco Rosso

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martes, 29 de enero de 2013

REPULSIÓN de Roman Polanski - 1965 - ("Repulsion")


Carole vive con su hermana Helen en un apartamento de Londres y trabaja en un gabinete de estética. Carole es joven y guapa y tiene mucho éxito con los chicos, pero está sexualmente muy reprimida, tiene miedo de los hombres y desprecia a todo el que disfruta del sexo, como hace su propia hermana, que está saliendo con un hombre casado. Cuando Helen y su amante se marchen unos días de vacaciones, Carole se quedará sola en el apartamento... Y la paranoia más salvaje y demencial la apresará y materializará sus peores terrores...


"Repulsión" fue la película que confirmó a Roman Polanski como el gran director que todavía es y una de las más grandes obras de terror de la historia del cine, terror que está anclado, como el buen terror, en un retrato social creíble y humanísimo que en este caso versa sobre la represión sexual, la misandría y el miedo a lo desconocido: el género masculino en esta historia. Catherine Deneuve hace uno de los papeles míticos de su carrera dando vida a Carole, una joven que se nos presenta a los inicios del filme como tímida y apocada y que se desvela a la mitad del metraje como una auténtica psicópata presa de delirantes y salvajes fantasmas. El asunto central de la obra es, como he dicho, la represión sexual, que viene de la mano del miedo por el mencionado género masculino y del desprecio de toda persona que disfrute del sexo (como la hermana de la protagonista). La primera parte del filme describe a Carole como una muchacha virginal y bastante ingenua que rechaza a los hombres que se sienten interesados en ella y que siente cierto desprecio por su hermana y su amante (un hombre casado), que disfrutan como he señalado del sexo y que, en plenos años sesenta, la gran década de la revolución sexual, no esconden ya su disfrute como sí hacían generaciones anteriores. Deneuve, guapísima y extremadamente frágil, clava a esta chica amargada y aterrorizada con la vida y se come la pantalla, y más que se le come todavía cuando se queda sola en casa; cuando llega el más demencial de los desmadres.


Cuando su hermana se marcha con su novio unos días fuera de la ciudad, Carole, que no tiene mucha vida social debido a su timitez, se encierra en casa y empieza a ser víctima de sí misma y, en la soledad de su tranquilo apartamento, sus terrores la devoran: Polanski es un maestro de lo kafkiano y de poner a sus personajes al límite de la degradación o de la paranoia y aquí su maestría es intachable al hacer del apartamento un personaje más de la película, al deformarlo y volverlo a deformar homenajeando al expresionismo alemán para que sirva como metáfora del propio calvario psicológico del caracter principal. Las habitaciones se ensanchan y se reducen, las paredes se derriten o dejan que crezcan manos de ellas, la comida se pudre, aparecen sombras amenazantes y hasta las pesadillas de Carole se materializan en hombres imaginarios que aparecen de la nada, que buscan abusar de ella y que la persiguen como monstruos. En pocas películas como en "Repulsión" se ha materializado toda una mente enferma con esta soberbia puesta en escena, con esta imaginación desbordante y malsana pero justa y comedida a la vez, que renuncia a los efectismos baratos. El final del filme es absolutamente apoteósico. "Repulsión" es una obra maestra del cine de terror psicológico, pero también es uno de los mejores retratos de la historia del arte en general de la más férrea y enfermiza represión sexual y social.

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