Porco Rosso

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viernes, 27 de julio de 2012

THIRTEEN de Catherine Hardwicke - 2003 - ("Thirteen")


Tracy es una joven de trece años de Los Ángeles completamente normal y buena estudiante que, al llegar a séptimo curso, se siente absolutamente fascinada y poseída por Evie, mayor que ella y posiblemente la chica más popular del instituto. Tracy se acerca a ella e inesperadamente se hacen amigas. Tracy y Evie, que se sienten "cool" y superiores a todos los demás, comienzan juntas una vida de juergas, superficialidad, alcohol, sexo, flirteo con las drogas y también mentiras y crueldades que las va a poner a ellas y a sus familias al borde del abismo. 


Catherine Hardwicke despuntó a principios de la pasada década con dos obras geniales sobre los jóvenes norteamericanos y sus relaciones personales: la comentada "Thirteen" y "Los amos de Dogtown". Posteriormente, su carrera se ha tornado tristemente irregular con la curiosa aunque solamente solvente película religiosa "Natividad" (que narra la historia del nacimiento de Jesús de Nazaret), la también irregular primera entrega de la saga "Crepúsculo" y el infame horror de "Caperucita Roja. ¿A quién tienes miedo?".


"Thirteen", la primera película que dirigió Catherine Hardwicke y cuyo guión escribió junto a la actriz y escritora Nikki Reed (basado en la propia experiencia de la intérprete cuando tenía trece años), es una de las mejores películas sobre adolescentes norteamericana por méritos propios de los últimos tiempos y uno de esos filmes sobre jóvenes que, junto a otros famosos como "Kids" de Larry Clark, se ganó a pulso la polémica por su crudeza y brutalidad a la hora de retratar el mundo de la primera crisis que vive todo ser humano. Una muy joven Evan Rachel-Wood da vida de manera espectacular a una niñata (con todas las letras) que, como tantas niñatas y niñatos de su edad, empieza a ser un auténtico quebradero de cabeza para su madre (una absolutamente maravillosa Holly Hunter) al flirtear con las drogas y el alcohol peligrosamente, al despertar en lo sexual sin información y sin responsabilidad y al entrar en la horrible "edad del pavo" en la que tantos jóvenes se vuelven desconsiderados, egoístas, hipócritas, mentirosos, conspiradores y crueles con los que les quieren y, por supuesto, inseguros, depresivos y violentos. Hardwicke, con un estilo directo y a veces cortante, se mueve por las diversas etapas de la mencionada "edad del pavo" de la protagonista describiendo a la perfección su ambiente y sus relaciones personales con un realismo crudo. Todos nos podemos identificar con los personajes (todos hemos sido adolescentes gilipollas en mayor o menor medida) de "Thirteen", que además está ambientada en un círculo familiar problemático marcado por unos padres separados, por una madre ex-alcohólica que lucha para sacar adelante a sus hijos y además a un novio ex-drogadicto en rehabilitación y por una mala amiga popular y malévola (la propia Nikki Reed en otro papel excelente) con una familia también en descomposición.


Y, como he mencionado, están bien presentes y en todo momento en el filme las drogas, el alcohol, el sexo (en los USA y hasta más allá si es con menores la polémica está servida), el hastío vital, la decepción, el mundo familiar que se derrumba y la auto-laceración y los intentos de suicidio. También, por supuesto, quedan el amor y la entrega (esa Holly Hunter que lo da todo por todo el mundo y que lo aguanta todo por su hija) y la superación de ese primer gran palo que a todos nos han dado y que, supuestamente, ha de hacernos madurar (pero no hay ni demagogia ni sentimentalismo barato en el filme al tratar este asunto, eso ténganlo también por seguro). Limpia, tajante, realista y creíble y, aunque parezca lo contrario en un principio, alejada de todo efectismo cutre (esto no es "Generación Ni-ni", no se preocupen), "Thirteen", disparada por un espléndido trío de ases femenino, es una magnífica disección de todo lo que supone estar perdido, perdidísimo, cuando se es un "teenager". Qué lástima que la directora de esta excelente película haya acabado sumida en la mediocridad generalizada.

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