Porco Rosso

Porco Rosso

martes, 5 de junio de 2012

ALIENS. EL REGRESO de James Cameron – 1986 – (“Aliens”)


La teniente Ripley, la única superviviente de la nave Nostromo, es rescatada después de vagar dormida cincuenta años por el espacio. En la base en la que la instalan descubre que el planeta de donde venía la criatura que les atacó ha sido colonizado, y misteriosamente se ha perdido la comunicación con la colonia. Ripley, cuya familia ya no la recuerda de tantísimo tiempo desaparecida, se une a un grupo de marines para asaltar el planeta y acabar con la amenaza que se oculta en su interior. Pero Ripley también tiene otro objetivo: sabe que la compañía que les traicionó en Nostromo posiblemente ande detrás de lo que ocurre en la colonia.


Director, guionista, escritor y productor, James Cameron es, por méritos propios y a pesar de estar injustamente infravalorado, uno de los más grandes directores norteamericanos comerciales de acción y de ciencia ficción. Canadiense de nacimiento, su gran carrera se ha desarrollado en los USA. Maquinista, camionero, conductor de autobús escolar y pintor en sus inicios, ha desarrollado una filmografía ciertamente muy corta y espaciada pero formada casi en su totalidad por grandes éxitos y personalísimas películas de entretenimiento, caracterizadas por estéticas ultratecnológicas bebedoras del ciberpunk y ambientes oscuros y opresivos poblados por monstruos góticos o por frías máquinas. Su cine siempre es comercial (es más: siempre está fieramente orientado a triunfar en taquilla), pero no por ello deja Cameron que sus producciones carezcan de geniales historias, de personajes trabajados y de imaginación y calidad audiovisual. Su estilo es el de la acción frenética, el de la violencia vistosa, y suele mezclar la ciencia ficción con otros géneros como la acción, el terror, las aventuras o el fantástico puro. Debutó en los estudios de Roger Corman con su peor película: la bazofia “Piraña II: Vampiros del mar”, que es mejor olvidar. Sin embargo, pronto se recuperó del batacazo con la magistral “Terminator”, que sentó un mito de los años ochenta y noventa y sedujo a generaciones enteras. Tras ella, no pararon de llegar éxitos: “Aliens. El regreso”, genial secuela del otro mito de Ridley Scott, “Abyss”, maravillosa película de terror submarino y “Terminator II: El Juicio Final”, una de las mejores cintas de acción de todos los tiempos. Después rodó la irregular parodia de filme de héroes de acción “Mentiras Arriesgadas” y la tanto sobrevalorada como infravalorada “Titanic”, película romántica de aires clásicos, su obra más “extraña”. Se retiró parcialmente, en 1999, del mundo del cine para dedicarse a sus otras pasiones: el submarinismo y la aeronáutica. En 2009 estrenó "Avatar", que ha sido tan amada como odiada y que a  mi me parece una excelente película de acción y aventuras. Como cineasta comercial, James Cameron ha de ser revalorizado con rapidez. Existen muchos prejuicios tontos en torno al cine de puro entretenimiento, y su cine ha sido siempre de este tipo, y siempre del mejor.


En 1986 la obra maestra de Ridley Scott estrenaba segunda parte: “Aliens. El regreso”, una de las mejores películas de acción de la historia, obra del maestro de la acción James Cameron, que ya había arrasado dos años antes con la maravillosa “Terminator” y que años después volvería a hacerlo con “Terminator II: El juicio final”. Aún contando con efectivos toques de terror y de tensión (los tiene y casi nadie se acuerda de ellos), “Aliens. El regreso” se olvida un poco del miedo y de la sugerencia y apuesta por la acción pura y dura en un momento en el que en Hollywood todavía se podían encontrar películas de este género bien realizadas. Repite el ambiente oscuro y retorcido, sumergido en sombras, humo y brumas, y repite una genial banda sonora. Repite, por supuesto, la mítica bestia de Giger, aunque esta vez no hay una: hay miles, y están por todas partes, un aspecto que hace que el terror desaparezca parcialmente, como se ha indicado, para centrarse en la lucha brutal contra una amenaza que ya es perfectamente conocida y cuya mitología se desarrolla un poco más (se conoce su estructura social tipo colmena, aparece la reina de esta colmena, el ambiente en el que se mueven…). También aparece designada la compañía que en “Alien” traiciona a la tripulación y sus objetivos de preservar a la especie asesina para su propio uso.


Por otra parte, los personajes, como los de su antecesora, están desarrollados a la perfección dentro de los límites de un filme de acción. El de Ripley aparece un poco más desencantado, algo más alejado del de la mujer más incauta de “Alien”, estableciendo con la niña de la colonia una inolvidable y coherente relación madre-hija que logra emocionar. El androide Bishop (Lance Henriksen) es otro personaje importante e imprescindible de la historia y uno de los más carismáticos de la saga, como también lo es el capitán Hicks encarnado por el olvidadísimo Michael Biehn (el igualmente olvidado Kyle Reese del primer “Terminator” y en aquellos tiempos prometedor actor habitual de Cameron). El resto del cuerpo de marines también cumple bien su función. “Aliens. El regreso” cuenta, de la mano maestra de James Cameron, con algunas de las escenas antológicas del cine de acción de todos los tiempos: las primeras apariciones masivas de aliens, la primera aparición de la reina, el primer enfrentamiento anímico entre Ripley y Bishop, la huída por los conductos, el ataque de la araña, el rescate de la niña descendiendo al nido, la lucha final contra la reina... Esta secuela desmiente el mito una vez más de que las segundas partes nunca fueron buenas. Queda, eso sí, el hecho de que no se trata exactamente de un filme de terror, que era lo que muchos esperaban y preferían. ¿Piensan acertada la elección de Cameron de hacer un filme de acción? ¿Cuál de las dos primeras partes de la saga prefieren?

5 comentarios:

  1. Todo un ejemplo de como enfocar la secuela de un clásico inalcanzable.

    ResponderEliminar
  2. Yo prefiero la 2. A lo mejor porque fue la que más veces vi de pequeño, pero hace un par de semanas he visto las dos, y la verdad me sube más la adrenalina con ésta. Bien por comentar lo de Michael Biehn, sin duda una de las más grandes injustucias de Hollywood. Gran actor y mejor pivón. Siempre quedará entre los indispensables de la buena cinefilia. Bishop genial y los momentos Hudson estupendos. "comprobadlo todo" Uno de los que siempre recordaba de pequeño era la muerte de Vazquez y el otro. Tremenda. Bonito post. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Creo que hay que desligarlas las dos pelis la una de la otra. Sí, son precuela y secuela, pero no tienen en realidad nada que ver, ya que como dices una es de acción y otra de terror, y ya está. En su medida, las dos supusieron muchísimo, y las dos son mítcas juntas y por separado y son dos pelis básicas de sus respectivos directores. Saludos. Paul.

    ResponderEliminar
  4. Es de las pocas películas que he visto más de una vez... ¡¡en el cine, pagando religiosamente mi entrada las tres veces que fui a verla!!

    Eso da una idea de lo grande que me parece, de lo entretenida y adrenalítica que es, la tensión que genera, lo bien rodada que está, lo que me encanta su logradísima banda sonora de James Horner y, sobre todo, lo respetuosa que es con la primera e insuperable entrega de la saga, sin por ello, dejar deudas pendientes con ella, presentando su propia y muy interesante personalidad.

    Peliculón.

    ResponderEliminar
  5. Félix S. Trabanco19 de junio de 2012, 5:16

    Grandiosa película. No sé si llamarla obra maestra o no, pero es uno de mis films favoritos de toda la historia. Haces bien en reinvindicar a Cameron, desde luego que es un director muy infravalorado, y que conste que yo soy muy crítico con él. Avatar es en mi opinión la primera buena película que dirige desde "Abyss", por lo tanto yo creo que esa infravaloración de su cine se la buscó en parte él mismo. No obstante no me importan sus años de decadencia, lo importante es este gran film, y que años después Cameron volció a la ciencia ficción.

    ResponderEliminar