Porco Rosso
miércoles, 9 de mayo de 2012
ROCKY III de Sylvester Stallone – 1981 – (“Rocky III”)
Rocky Balboa ha llegado a ser un gran y famoso boxeador. Imbatido desde su victoria sobre Apollo Creed, está preocupado porque ve cercana su hora de retirarse. Pasan los combates y no encuentra a ningún rival que le ponga en verdaderos apuros. Por suerte y por desgracia para él, este rival aparece: se llama Clubber Lang, y con su brutal forma de combatir, le destroza en el ring y le arrebata su título. Rocky pierde además a Mickey, su entrenador y amigo, que muere dejándole solo. Sin embargo, no piensa rendirse. Va a comenzar un nuevo y durísimo entrenamiento para derrotar a Lang. Y su entrenador va a ser ahora su viejo rival, Apollo.
Dos años después del gran éxito de “Rocky II” llega a las salas “Rocky III”, confirmando la rentabilidad de las aventuras del personaje y también la tendencia a la baja en el aspecto de la calidad de estas aventuras. Stallone repite en la dirección para contar cómo Rocky, ya famoso y pensando con tristeza en retirarse tras llegar a lo que él cree que es la cúspide de su carrera, es inesperadamente destrozado en el ring por Clubber Lang, un brutal boxeador que le arrebata el título de campeón. Esto origina que Rocky se plantee si es tan bueno como cree, ya que descubre, a partir de esta derrota, que sus combates han estado programados para enfrentarle a luchadores muy buenos pero que no son los mejores. Por si esto no fuera poco, su entrenador y gran amigo Mickey, muere (una de las mejores escenas de la película –aunque poco más tiene-). Rocky ha de demostrar a los demás y sobre todo ha de demostrarse a sí mismo que es merecedor del título que ha llevado consigo tanto tiempo. Para recuperarlo, tendrá que someterse a un duro entrenamiento… Que le descubrirá su antiguo rival, Apollo Creed, lo que propiciará que surja una fuerte amistad entre ambos, aunque la rivalidad no desaparezca nunca.
La película es lineal y predecible en todo momento, aunque es distraída y, por lo menos, no es un calco de la primera parte como en mi opinión lo es “Rocky II”. Alterna momentos divertidos, como la lucha en tono paródico contra Hulk Hogan, que se interpreta a sí mismo prácticamente (y que a partir de esta interpretación, aunque ya era bastante conocido en el mundo de la lucha libre, alcanzó la gran fama) con otros bastante ridículos, como el desafío de Clubber a Rocky en la escalera frente a su estatua (con unos diálogos horrendos sobre hombría machista rancia). Los personajes son más planos que en las dos anteriores entregas (salvo el de Mickey y el de Apollo) y repiten sus roles sin aportar mucho nuevo, aunque el brutal rival de Rocky, interpretado con solvencia (tampoco tiene mucho que interpretar) por Mr. T. (que en breve iba a hacerse famosísimo al ser uno de los cuatro protagonistas de la mítica serie de televisión “El equipo A”), tiene un gran carisma. La hoy nostálgica banda sonora incluye un tema mítico de la década de los ochenta: “Eye of the Tiger”, del grupo Survivor. “Rocky III” es una película que no sale de mediocre pero que cumple su función de divertir. Fue otro gran éxito de taquilla que propició una patriotera cuarta parte, la peor entrega de toda la saga con diferencia aunque la más taquillera de todas.
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Me vuelvo a mostrar en un completo y absoluto desacuerdo sobre la película. En esta ocasión Rocky va a experimentar por primera vez algo inherente en un boxeador: el miedo. Pierde la protección de su entrenador, Mickey, mientras que el aspirante Cluber Lang lo desafía como profesional del boxeo: por primera vez Rocky no va a poder ganar aguantando golpes. Para ello su antiguo rival y ahora amigo, Apollo, lo ayudará ha convertirse en lo que él fue, "un gran boxeador" y le exigirá cabiar el estilo para alzarse con la victoria. Para ello Rocky adelgaza considerablemente y es sometido a un duro entrenamiento con el objetivo de noquear a Lang rápidamente, cambiando completamente la estrategia que anteriormente utilizaba con Mickey, por lo que Rocky vuelve a encontrar un objetivo de superación personal, amén de superar también por primera vez el miedo a la derrota. Cabe destacar la gran amistad existente entre Rocky y Apollo, que lejos de odiarse en el ring, fuera entablan una relación de afecto-admiración que pretende romper los clichés sobre los boxeadores, erróneamente tratados como bestias. Se justifica el porqué de la segunda película en el momento que Apollo reconoce el motivo de su derrota ante Rocky: la mirada de tigre. Esa expresión marca el sentir del Potro Italiano, puro corazón con o sin los guantes. Pese a la fama y el dinero, sigue completamente enamorado de la misma mujer, Adrian, sigue soportando estoicamente a su mejor amigo y dolor de muelas constante, Paulie (su completo y absoluto lado opuesto), y además se muestra como un padre comprensivo y cariñoso. Es una secuela muy digna y emocionante y da paso a la no menos cierta floja cuarta parte pero no tan despreciable.
ResponderEliminarSi hay algo que me gusta tanto de la segunda como de la tercera partes de ROCKY, es que dentro de su simpleza las dos hablan de algo, tienen un sentido. La segunda habla de como un boxeador que anteriormente habia logrado un triunfo para su autoestima resistiendo al campeón sin realmente ganarlo, esta vez gana y se converte él mismo en campeón. La tercera habla de como recuperar tu autoestima, y de como no dar nada por sentado. Realmente me gusta ROCKY 3, no se trata de un buen film, pero me resulta atractivo, entretenido y sobre todo, EMOCIONANTE. A partir de aquí, el resto de las películas son completas estupideces.
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