Porco Rosso

Porco Rosso

viernes, 7 de octubre de 2011

NOSFERATU, EL VAMPIRO de F. W. Murnau - 1922 - ("Nosferatu, eine Symphonie des Grauens")


1838. El joven Hutter viaja desde Wismar, en Alemania, a los lejanos y siniestros Cárpatos para venderle una propiedad en su ciudad al misterioso Conde Orlock, un hombre de aspecto horrible que vive en un oscuro, apartado y ruinoso castillo y que sólo se deja ver por las noches. Hutter empieza a sentir cosas extrañas en su hogar de paso: se siente cada día más débil y su anfitrión siempre actúa de forma enigmática. Para cuando se da cuenta de que algo perverso ocurre, ya es demasiado tarde: el Conde Orlock le abandona en el castillo y se marcha a Wismar, a sembrar el terror y la muerte… ¿Podrá Hutter o alguno de sus amigos de la ciudad pararle los pies?


Friedrich Wilhelm Murnau es uno de los autores expresionistas más importantes e influyentes de la historia del cine. Director teatral en sus inicios, se apasionó por el séptimo arte en 1919 y rodó numerosas obras menores en estos años hasta, en 1922, propiciar el escándalo con su cinta “Nosferatu”, su versión particular, oscura y sucia del mito de “Drácula”, por la que fue demandado por la viuda del fallecido autor de la novela original Bram Stoker, que consiguió una orden para que la película fuera destruida que no llegó a cumplirse por completo. De influencias románticas, la obra de Murnau se caracteriza por sus atmósferas opresivas, sombrías, pero a la vez cargadas de lirismo, muchas de ellas por supuesto expresionistas de una forma u otra (aunque en sus últimos años el cineasta se fue alejando un poco del movimiento estético que ayudó a formar). Era un maestro de la movilidad total de la cámara, que muchas veces creaba por si sola, con su medido y a la vez apasionado divagar, la atmósfera o el ambiente deseado. También eran para Murnau importantísimos los decorados de sus películas, como buen expresionista, así como la iluminación para crear efectos y estados de ánimo. Después de “Nosferatu” y su escándalo, volvió el alemán a sorprender y esta vez a molestar al orden establecido con “El último”, crudísimo drama social sobre la degradación laboral y sus consecuencias único en su tiempo, tras el que adaptaría con gran éxito “Tartufo” de Moliére, sobre la hipocresía. A pesar de su carácter romántico y de su cine fantástico en muchas ocasiones, se observa como Murnau estaba notablemente preocupado por los asuntos sociales y las injusticias. Su siguiente adaptación sería “Fausto”, de Goethe, tras la cual rodaría la historia de amor y redención “Amanecer”, una de sus obras más hermosas y perfectas, la cual le abriría las puertas de Hollywood tras ganar varios Oscars. Sin embargo, Murnau no era un hombre para su época. Era homosexual, y no sólo no lo negaba, sino que lo declaraba abiertamente. La industria norteamericana, llena de fariseos, le hizo la vida imposible y le impidió ascender en su jerarquía. Su vida además acabó de golpe cuando, tras rodar el documental sobre los Mares del Sur “Tabú” junto al genio Robert J. Flaherty, murió en un accidente de coche con sólo 42 años de edad. Su filmografía, muy corta pero intensa, cambió el cine para siempre.


Murnau siempre persiguió la idea de rodar una adaptación para el joven séptimo arte de la gran novela de horror "Drácula", de Bram Stoker, pero, al no poder hacerse con los derechos de la historia original, hubo de crear "Nosferatu", su propia versión del mito y una de las películas de terror decisivas de la historia del cine, del cine mudo y del expresionismo alemán. En un ambiente tan romántico como sucio y delirante (de rasgos expresionistas, por supuesto) se desarrolla una historia prácticamente idéntica (por lo menos en su grandísima base) a la de la novela del célebre Stoker: el Conde Drácula se llama Conde Orlock, la acción se desarrolla en Alemania y los personajes que luchan contra el mencionado conde, todos descaradamente inspirados en los del escrito original, son alemanes aunque cumplan roles casi idénticos a sus "hermanos" ingleses. "Nosferatu", que todavía inspira montones de filmes de vampiros, dejó, además de su mencionada ambientación, lúgubre, onírica, retorcida y enrarecida, montones de imágenes para el recuerdo: su violencia resultó brutal para su momento, el extraordinario diseño del Conde Orlock, todavía hoy terrorífico y miles de veces imitado y también parodiado, pobló las pesadillas de los espectadores de la década; la iluminación del filme creó escuela y sus escenas de acción y dramáticas conmovieron a las salas de su tiempo (inolvidable el Conde reptando como una alimaña por su siniestro castillo o levantándose de su ataud o llamando a sus ejércitos de ratas, e inolvidable también su lírico final aplastado por los rayos del sol).


"Nosferatu", debido a resultar una copia descarada de la mencionada novela "Drácula", en la que se basaba, fue acusada de plagio por la viuda de Bram Stoker y sus herederos, que desataron un juicio por infracción de derechos de autor y lo ganaron. Debido a ello, el tribunal que llevó el caso ordenó que todas las copias de la película fuesen inmediatamente destruidas: no todas, por suerte, tuvieron este destino; muchísimas ya habían sido distribuidas por todo el mundo y permanecieron escondidas hasta que la viuda falleció y llegaron otras adaptaciones ya oficiales de la novela de su marido que suavizaron el ambiente. Hoy, "Nosferatu" pertenece al dominio público y es una obra maestra que puede ser disfrutada por todos. El hecho de que estuviese a punto de desaparecer para siempre ha transformado al filme en una cinta de culto unido a la leyenda negra que se creó en torno al actor que dio vida al Conde Orlock, Max Schreck, cuyo apellido significa "miedo" en alemán. Aunque había nacido en Berlín y actuó en teatros y películas durante toda su vida, Schreck no gozó de una existencia pública que todos conociesen (hay que añadir a esto el hecho de que, durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de sus películas como protagonista fueron destruídas) y esto fomentó el mito de que en realidad era un vampiro real y que Murnau le convenció para que actuase en su obra (esto inspiró la genial película de terror "La sombra del vampiro").

3 comentarios:

  1. ¿Cómo puede ser posible que una película muda me ponga los pelis de punta hoy en día como en un hipotético 1922? Ese final, ese monstruo y esos escenarios de 10. Paul.

    ResponderEliminar
  2. Esta película sigue siendo una de mis favoritas de vampiros.

    Y el pobre Nosferatu me da más pena que miedo...

    Excelente entrada, Cinemagnific.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. No sabía muchas cosas de las que cuentas... La verdad es que algunos fotogramas son una obra de arte. Muy buena entrada para una película genial.

    ResponderEliminar