Porco Rosso

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jueves, 4 de noviembre de 2010

EL CASTILLO DE CAGLIOSTRO de Hayao Miyazaki - 1979 - ("Rupan Sansei: Kariosuturo no Shiro")


Lupin y sus amigos Jigen y Goemon planean un nuevo gran golpe: llevarse un supuesto tesoro que supuestamente está oculto en el Castillo de Cagliostro, en el centro de Europa. Las cosas no van a ser nada fáciles: su eterna rival Fujiko también lo busca y el Inspector Zenigata les pisa una vez más los talones. Además, el malvado Conde de Cagliostro no va a dejar que entren en su morada así como así, pues esconde un terrible secreto que no puede salir a la luz. El caos y la destrucción están a punto de llegar.


Uno de los directores de animación más grandes de todo Japón es Hayao Miyazaki, que además es dibujante y guionista de cómics (uno de los más grandes también). Comenzó trabajando para la famosa Toei Animation, en donde colaboró en series míticas para televisión como “Heidi”, “Marco”, “Sherlock Holmes”, “Conan, el niño del futuro” o “Ana de las Tejas Verdes”. Allí conoció a Isao Takahata (director de maravillas como “La tumba de las luciérnagas”), con el que forjó una gran amistad y con el que también comenzó a colaborar en historias conjuntas. Ambos fundaron más tarde el Estudio Ghibli, que ha sido y es uno de los decisivos de la animación japonesa, llamado con mayor o menor acierto “El Disney de oriente”, famoso por agrupar y lanzar a grandes autores además de a sus propios creadores. Hayao Miyazaki ha realizado una obra inimitable e inigualable, personalísima, llena de acción y de lirisimo, ambientada en un universo fantástico propio de seres entrañables, de grandes aventuras poéticas, de apasionado romanticismo y de dilemas morales orientados tanto a niños como adultos (de ahí uno de sus memorables triunfos) que comprenden la amistad, el amor, la bondad, la tolerancia, la lucha inútil entre los hombres, la tecnología mal utilizada, la avaricia, el odio… Todas sus obras, de talante humanista y siempre optimista, están, además, impregnadas de un fuerte sentimiento ecologista y de mensajes de protección a la naturaleza, cuya imparable destrucción por parte de la humanidad es uno de los asuntos que más le preocupan a Miyazaki. Su primera película fue una genial aventura de Lupin III, “El Castillo de Cagliostro”, tras la cual adaptó un comic propio: “Nausicaa”. Después no pararon de llegar los éxitos y las maravillas: “Laputa”, “Mi vecino Totoro”, “Nicky, la aprendiz de bruja”, “Porco Rosso”, “La Princesa Mononoke”, “El viaje de Chihiro”, “El castilo ambulante” y "Ponyo en el acantilado". El Estudio Ghibli sigue en plena forma, como Miyazaki y todos sus autores, que ya han hecho soñar a generaciones enteras con sus inolvidables películas.


“El Castillo de Cagliostro” fue el primer largometraje que dirigió Hayao Miyazaki y el que le terminó de consagrar. Se trata de una adaptación para la gran pantalla de las aventuras de Lupin III, uno de los personajes más famosos de la historia del comic japonés, creado por Monkey Punch y protagonista además de tres series para la televisión. Basado libremente en el Arsène Lupin de las exitosas novelas del francés Maurice Leblanc, Lupin III es uno de los mejores ladrones de guante blanco del mundo, un profesional elegante y socarrón, con un gran sentido del humor, algo dandy y algo bohemio, con un fondo bondadoso, caballeresco y heroico y tan amante del dinero y de la buena vida como de su oficio, prácticamente la razón de su existencia. El filme, con una visualidad artesanal preciosa y con una animación prodigiosa para el momento poseedora de una fluidez y un realismo asombrosos es, básicamente, un capítulo de las referidas series o comics de larga duración cargado de nuevos y geniales personajes y de nuevos y apasionantes problemas que resolver. Encontramos en “El castillo de Cagliostro” lo que esperamos encontrar; no hay sorpresas, pero tampoco Miyazaki pretende darlas y el conjunto no decepciona en absoluto. Lupin y sus compañeros y amigos inseparables, el pistolero Jigen y el samurai Goemon (llamados Óscar y Francis en la versión española), pretenden hacerse con un tesoro oculto que supuestamente hay en el laberíntico Castillo de Cagliostro, en el centro de Europa. En su periplo habrán de enfrentarse al malvado Conde de Cagliostro y a sus secuaces, que guardan oscuros secretos en el interior de dicho lugar e, incluso, tendrán que rescatar a una bella y enigmática joven de sus garras. Por supuesto, también tendrán que luchar contra su eterna rival y a veces aliada Fujiko y huir del incansable Inspector Zenigata (Patricia e Inspector Basilio en la versión española). Casi dos horas de acción (verdaderamente frenética) y de diversión sin límites ofrece “El Castillo de Cagliostro”, a la que no le falta de nada: persecuciones, disparos, explosiones, enigmas, humor, drama, romanticismo… Una delicia del cine de animación que ha sido alabada por directores como Steven Spielberg (que calificó la escena de los coches y los acantilados como una obra maestra).

2 comentarios:

  1. La escena de persecución del 600 es absolutamente magistral.

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  2. Me encanta ver películas de Miyazaki, esta es una maravillosa crítica. Castillo Cagliostro me gusta, porque a pesar de ser de los años 70 creo que vale mucho la pena, la narrativa es excepcional y además Miyazaki hace de las suyas aunque en una película un poco diferente a lo que nos tiene acostumbrados.

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