Porco Rosso

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lunes, 18 de octubre de 2010

SANGRE FÁCIL de Joel Coen – 1984 – (“Blood Simple”)

La joven y seductora Abby engaña a su marido Julian, dueño de una taberna de las profundidades de Texas, con Ray, uno de sus empleados. Julian contrata a un detective privado porque sabe lo que ocurre y, cuando confirma la verdad, ordena el asesinato de ambos a ese mismo detective … Pero no sabe que el asesinado puede ser él mismo. Mientras, Abby y Ray empiezan a vivir en una pesadilla de malentendidos y alguien empieza a perseguirles. El caos está a punto de comenzar, y ninguno de ellos lo sabe.

Los hermanos Joel e Ethan Coen siempre han escrito, dirigido y producido todas sus películas en colaboración conjunta, aunque hasta “Ladykillers” en la dirección sólo había aparecido acreditado Joel. Los Coen han creado un cine personalísimo de estilo que, bebiendo de todo tipo de influencias culturales y contraculturales americanas, ha combinado en una solución inimitable la comedia negra y/o absurda, el cine negro y el drama más desgarrador.


Ambientadas en la Norteamérica (a menudo profunda) más oscura y podrida de nuestros años o del pasado reciente, las historias de los hermanos Coen tienen como protagonistas a hombres singulares; mediocres, estrambóticos, tímidos, obsesivos y exagerados, perdidos casi siempre o buscando triunfar en microcosmos absurdos u opresivos que representan con ojo irónico y delirante la sociedad de los USA, a la que Joel e Ethan homenajean sin cesar (y con amor) pero de la que se también se burlan sin piedad, atacando a su moral rancia, a su hipocresía o a sus sistemas de gobierno o producción (especialmente en su primera época, de aires más transgresores). Su estética es visualmente muy llamativa, de hermosa fotografía, de gran imaginación narrativa que no cae en el efectismo y situada en ambientes distintos en cada filme que van desde homenajes al cine clásico o la estética setentera hasta puras representaciones de comics en la pantalla. Han trabajado y trabajan, además, con repartos excelentes, con toda una trouppe de actores independientes inclasificable y abierta a todo tipo de registros, muchos de ellos ya consagrados del panorama como Steve Buscemi, John Goodman o John Turturro. Sus películas, a pesar de cumplir todas más o menos con estas referidas constantes básicas, se pueden encuadrar en dos vertientes: las comedias y las tragedias (aunque a veces es difícil distinguir en su cine la línea que separa a las unas de las otras). Las primeras son “Arizona Baby”, “El gran salto”, “El Gran Lebowski”, “O Brother!”, “Crueldad intolerable”, “Ladykillers”, "Quemar después de leer" y "Un tipo serio". Las segundas son “Sangre fácil”, “Muerte entre las flores”, “Barton Fink”, “Fargo”, “El hombre que nunca estuvo allí” y "No es país para viejos". Los hermanos Coen, hasta ahora, y sin perder un nivel artístico excelente (salvo casos excepcionales), han sabido encandilar tanto a la crítica como al público.


“Sangre fácil” fue el debut en la gran pantalla de los hermanos Coen, una historia negra de enredos que adquirió, nada más llegar a las salas, la categoría de filme de culto. En ella ya se van gestando algunas de las constantes del cine de Joel e Ethan: personajes extravagantes hundidos en un microcosmos opresivo y todavía más extravagante que ellos si cabe caen presas de circunstancias absurdas que les atrapan y no les dejan vivir. En este caso, una infidelidad abre las puertas a un intrincado laberinto de relaciones personales, de malentendidos y de crímenes pasionales (y no pasionales) incesantes que no deja parar un segundo al espectador. El guión por sí mismo no sería nada del otro mundo (realmente una historia negra más) si no estuviera tan bien contado, tan bien dislocado, tan bien ordenado y vuelto a ordenar y si no estuviera cimentado en las relaciones del mencionado e irrepetible grupo de personajillos de la Norteamérica profunda más esperpéntica y casi terrorífica. Ayudan, además, las geniales escenas de tensión, las frenéticas persecuciones y luchas de los protagonistas, el opresivo ambiente oscuro, malsano y sucio y, sobre todo, el crudísimo tratamiento que los Coen realizan de la violencia y hasta del sadismo: la sangre es fácil, muy fácil. Ya lo dice el título. Una película genial que anticipaba una gran y originalísima filmografía.

4 comentarios:

  1. Vuelta de vacaciones... Con los hermanos Coen. Saludos a todos de nuevo :D

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  2. Genial post sobre dos de mis cineastas preferidos.

    Como señalas, además de ser una gran película Sangre Fácil presenta los elementos que caracterizan su filmografía y desarrollarían en posteriores títulos.

    Aparte de las constantes que mencionas, prácticamente en todas sus películas se trata el dinero como fuente de conflicto.

    ¡Saludos!

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  3. Un gran debut el de estos hermanos. Me parece modélico para unos debutantes como desgranan esa historia tan retorcida, puro cine negro de muchos kilates.

    Saludos!

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  4. Desde luego augaraba muchas buenas cosas.

    Me has recordado que tengo que volver a ver este film de nuevo, hace demasiado que no lo veo.

    Saludos

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