Año 2654. La raza humana está al borde de la guerra con los Kilrathi, unos brutales alienígenas que suponen la peor amenaza para la galaxia. Un escuadrón especial de jóvenes guerreros tiene en sus manos una misión clave para garantizar la victoria.
"Wing Commander", siendo una mierda de película, presenta un caso curioso. Estaba dirigida por Chris Roberts, el creador de los videojuegos en los que se basaba y una total eminencia de este mundo que, sin embargo, en lo que es el cine, nunca más volvió a ponerse tras las cámaras. Es curioso además que lo hiciese tan mal. Pero tan, tan, tan mal. ¡Leches, él era el artífice de la obra original! Esta película de "Wing Commander", hecha para aprovechar el tirón del retorno de la saga de "Star Wars" con "Episodio I: La amenaza fantasma" y también de "Matrix" (con la que compartía la misma concepción de los efectos especiales, pero a lo cutre), es una auténtica infamia. Actores y actrices lamentables (los bastante olvidados o devaluados hoy Freddie Prinze Jr., Saffron Burrows o Mathew Lillard), una trama infantil y tonta, diálogos muy malos y, lo que es peor, un aspecto tanto ambiental como de efectos especiales bastante, bastante cutre, incluso para lo que es hace veinte años (había ya medios más que suficientes para hacer una cosita más digna que esto). La raza alienígena a la que se enfrentaban los humanos, los Kilrathi, absolutamente mítica en el mundo de los videojuegos, aquí eran unos bichos muy pencos que, además, salían poco, bastante poco. "Wing Commander" es una de esas películas fracasadas pero que tienen también, a la vez, ese curioso estatus de cierto culto por basarse en una saga legendaria. Una curiosidad hoy, pero nada más.
Había olvidado este film por completo, pese a las malas críticas siempre he tenido la curiosidad de verlo, cosa que haré.
ResponderEliminarUn saludo