martes, 7 de abril de 2015
SIN CITY: UNA DAMA POR LA QUE MATAR de Robert Rodríguez y Frank Miller - 2014 - ("Sin City: A dame to kill")
En las violentas y podridas calles de Sin City tres personajes vuelven a entrecruzar sus sórdidas historias. Dwight intenta proteger a Ava Lord, una bella mujer de la que se ha enamorado, de su cruel marido y descubre algo terrible. Johny ha llegado a la ciudad para acabar con uno de sus peores criminales, un hombre que está relacionado con su propio pasado. Nancy no ha superado la muerte de Hartigan y va a planear una brutal venganza final contra la chusma política que dirige Sin City.
La segunda entrega de "Sin City", que inexplicablemente ha llegado casi una década después de su predecesora, se estrenó en los Estados Unidos a finales del pasado mes de agosto. Fue un fracaso brutal y absoluto. Tuvo un presupuesto de setenta millones de dólares (sin contar los gastos de promoción) y en su primer fin de semana no llegó a recaudar ni una décima parte de esta cantidad. En otros países, entre ellos España, ni siquiera llegó a las salas (hubo rumores de que lo haría en febrero de este 2015 pero al final no se cumplieron) y tuvimos que verla (los interesados, que yo creo que ya no éramos muchos) en Internet. Algo parecido pasó con la anterior película de Robert Rodríguez, "Machete Kills", la segunda parte de "Machete", en 2013. Desde luego que el director está muy de cada caída, y eso se puede observar claramente al ver tanto aquella secuela del héroe de acción que interpreta Danny Trejo como al ver ésta "Sin City: Una dama por la que matar". La película, que adapta otra historia más del cómic homónimo de Frank Miller y que incluye dos inéditas, es un aburrimiento infame que dura apenas una hora y media y que parece durar tres. El propio Frank Miller, otro que el mundo de las viñetas también está de bastante capa caída, se une a Rodríguez de nuevo en la dirección y en el guión. Aunque volvemos a tener un buen reparto de caras conocidas y una estética resultona que calca a la del cómic (que en los años ochenta fue una revolución, eso es cierto; entonces Miller molaba e innovaba), tenemos una trama predecible y tópica con personajes nada interesantes y con diálogos reiterativos.
Las tres historias que articulan la cinta repiten lo que ya vimos en su antecesora sin ninguna novedad e incluso una de ellas (la protagonizada por Joseph Gordon-Levitt) es una chorrada errática y que no tiene demasiado sentido ni de forma individual ni dentro del conjunto. Los guiones de Frank Miller empachan ya: este señor parece estar todavía en los mencionados años ochenta. Hoy tanta frase lapidaria oscura, tanta fanfarronería testosterónica, tanto sexo que pretende ser molón por doquier sólo funcionan con un toque de cachondeo, y Miller pretende ir de serio y afectado y eso le pierde. Y, como he dicho, además su trama no es interesante y sus personajes tampoco. Las escenas de acción encima son del montón. "Sin City: Una dama por la que matar" no aporta nada y para colmo aburre, y mucho. En su fracaso además imagino que el hecho de haber llegado nueve años después de su antecesora ha ayudado bastante. Las secuelas tan tardías no suelen funcionar bien. No pierdan el tiempo con este rollazo patatero a no ser que sean muy fans (muy fans) de los cómics en los que se basa.
Mala que te cagas.
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