jueves, 12 de marzo de 2015

LOS CABALLEROS DEL ZODIACO: LA LEYENDA DEL SANTUARIO de Keiichi Sato - 2014 - ("Saint Seiya: Legends of Sanctuary")


Saori Kido, hija de un multimillonario japonés, recibe la noticia, al cumplir dieciséis años, de que es la reencarnación de la Diosa Atenea, protectora del mundo. Ese mismo día, unos extraños hombres la atacan... Pero también aparecen para defenderla los Caballeros de Bronce, unos jóvenes entrenados para ello y con armaduras milenarias que les otorgan un poder sobrehumano. Juntos, van a tener que enfrentarse a una terrible conspiración que planea acabar con Saori y sumir al mundo en las tinieblas.


Keiichi Sato es un diseñador de "mechas" (robots japoneses a lo "Mazinger Z", para entendernos) y animador que ha participado en numerosas series y películas, muchas de ellas obras de otros autores, en su país, Japón. Fuera del hogar de los samuráis no es muy conocido.


"Los Caballeros del Zodiaco" ("Saint Seiya" es el nombre original) es una de las series más míticas de los que nacimos y crecimos durante los años ochenta. Es también una de las series más míticas del manga y en Japón, su país de origen, es toda una divinidad. "Los Caballeros del Zodiaco: La Leyenda del Santuario" es la sexta película de esta franquicia, aunque es la primera de todas realizada por animación en 3D y, además, está fuera de la continuidad argumental del resto al narrar la historia de la primera de las sagas de la serie de nuevo, por lo cual es totalmente independiente. Y es una pena, pero apesta. En todos los sentidos. A pesar de que su aspecto visual es precioso (las armaduras que portan los protagonistas y villanos son una delicia en todos sus brillos y detalles, especialmente), argumentalmente es un completo desastre de principio a fin. No porque hayan tratado de resumir a lo bestia una saga bastante larga en una sola película de 95 minutos (que también, porque se han visto obligados a realizar elipsis brutales y a presentar a los personajes a lo loco e incluso a dejar a algunos sin desarrollar), sino porque la trama es lineal en el peor de los sentidos, los mencionados personajes son planísimos y algunos hasta ridículos, los diálogos apestan (algunos son el colmo de la infantilidad), desvirtúan a algunos de los citados personajes (y otros es que ni aparecen) y cambian un montón de escenas y hechos de la serie (y no precisamente para bien).


Los fans de la saga, los que la disfrutamos en los ochenta y a principios de los noventa en aquellos programas de la hora de la merienda o los que también hemos seguido posteriormente la serie de los cómics, no podemos dejar de sentirnos estafados. El despropósito es terrible y vergonzante; entre la colección de "perlas" de la película nos encontramos a unas armaduras transformables al más puro estilo de los "Power Rangers", a un Caballero del Fénix que no sirve para nada, a un secundario cómico infumable como es el criado de Atenea, a un Caballero de Aries con gafas (¿?¿?¿?), a un Caballero de Cáncer de vergüenza ajena que protagoniza un musical estúpido (la peor escena del filme sin ninguna duda), a un Caballero de Libra que ni siquiera aparece, a un templo de Géminis que se lo saltan a la torera, a un Caballero de Piscis que aparece un minuto (un minuto, no exagero) en toda la película o un combate final que parece una batalla de un "Final Fantasy" (con un Caballero de Géminis semi-mutante horroroso y un Caballero de Pegaso también mutado en un centauro de oro... para mear y no echar gota). También tenemos escenas fabulosas como una en la que los Caballeros de Oro, ultrapoderosos, se van a acabar con una simple estatua de piedra y dejan a los Caballeros de Bronce solos frente al malo malísimo de Géminis (y total, si al final sólo lucha Seiya...).


"Los Caballeros del Zodiaco: La Leyenda del Santuario" es un triste despropósito, una bazofia que se pasa por el forro toda una serie con bastante poco respeto y que ya viene defectuosa de fábrica, desde el mismo guión. Una pena, porque muchos soñábamos con tener una película "redonda" y actualizada con las aventuras de estos héroes mitológicos. Para actualizar esto de esta manera, mejor hubiera sido que se hubiese quedado todo como estaba.


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