viernes, 31 de agosto de 2012
REVOLUTIONARY ROAD de Sam Mendes - 2008 - ("Revolutionary Road")
Años cincuenta. Frank y April son una joven pareja que vive en un barrio residencial de las afueras de Connecticut con sus hijos pequeños. Frank es telemarketer y, aunque gana bastante dinero, detesta su aburridísimo trabajo. April es, en cambio, una actriz frustrada que no la conseguido superar su fracaso. Ambos sueñan con dejarlo todo y trasladarse a París para vivir una existencia bohemia alejados de su adocenado barrio, en el que dominan la falsedad, la hipocresía y el culto a las apariencias. Frank y April van a intentar luchar por conseguir su sueño, pero las garras de la clase social a la que pertenecen y la comodidad sedante en la que se mueven van a ponerles un enorme abismo entre la fantasía y la triste realidad.
Casi diez años después de "Titanic", Leonardo DiCaprio y Kate Winslet volvieron, irónicamente, a ser pareja cinematográfica en un filme que describe el proceso de descomposición de un matrimonio tras el desbocado flechazo inicial. Como ya hizo en "American Beauty", Sam Mendes retornó, tras la excelente "Jarhead", a destrozar a la clase media-alta norteamericana y a sus valores por medio del retrato de una relación que, tras unos apasionados comienzos, es aplastada por las hipocresías, la falsedad, la frialdad y el culto a la apariencia de un barrio residencial de las afueras de Connecticut y, también, por la actitud cobarde de un marido que cambia sus sueños de juventud por la comodidad y por la seguridad que le sumergirán en el hastío de por vida. Rodada con un estilo de aura clásica y apoyado en unas esplendorosas ambientación y fotografía (la acción transcurre en los años cincuenta del pasado siglo, aunque hace referencia a asuntos de todavía triste actualidad), "Revolutionary Road" es, desde mi punto de vista, el mejor filme de Mendes hasta la fecha, un filme en el que este director es capaz de extraer, de la cotidianeidad más estancada, un genial cuadro configurado por pequeños hechos íntimos claves que construyen el mordaz y desolador retrato de clase social a la que los protagonistas pertenecen.
Parejas abatidas en su vejez, vecinos que se intercambian en secreto sus parejas (o que lo harían con gusto -lo cual dicen en una sola mirada-), mujeres que lloran sin razón aparente y un loco del barrio que es, precisamente, el más cuerdo de todos sus habitantes (impresionante Michael Shannon, un secundario de lujo en un papel de lujo -el mejor del filme desde mi punto de vista-) dan fe del hastío, del aburrimiento y de la falta de expectativas emocionales y vitales que ha creado todo un modo de vida y, sobre todo, del hecho de que el "maravilloso" Sueño Americano ha fracasado una vez más. Sobra decir que DiCaprio y Winslet están geniales, especialmente la segunda, que levanta uno de los mejores papeles de toda su carrera en completa química con el que ya fue su amante en el éxito de James Cameron de 1999. Sam Mendes es, como Clint Eastwood, uno de los pocos cineastas modernos que han sabido adscribirse al estilo del Hollywood clásico más serio sin perder su personalidad.
Me llevé gran desilusión con esta película cuando la ví, ya que había depositado muchas esperanzas en ella.
ResponderEliminarHe de decir que lo mejor es Michael Shannon!