jueves, 19 de julio de 2012
SPIDERMAN II de Sam Raimi – 2004 – (“Spiderman II”)
Peter Parker compagina como buenamente puede su vida como universitario y como Spiderman. Las cosas no le van bien con las personas a las que más quiere: se siente alejado de su amada Mary Jane y cada día que pasa se le hace más patente la desconfianza que siente por él su antes mejor amigo Harry, que le intuye el asesino de su padre, Norman Osborn. Por si fuera poco, ha de enfrentarse a un nuevo y poderoso enemigo con terribles propósitos: el Doctor Octopus, tan inteligente como ágil y poderoso y con un cuerpo lleno de brutales tentáculos.
Dos años después del gran éxito de “Spiderman” llegó a los cines su secuela, una película que, sin ser una maravilla en mi opinión, mejoraba en algunos aspectos los fallos de su primera parte y que, como ésta, volvió a arrasar en las salas. Repite en “Spiderman II” casi todo el equipo de la anterior entrega, y no hay cambios ni en el reparto principal ni en la dirección. Raimi enmienda en parte la infantilidad que imprimió a “Spiderman” y la mediocridad total de su planísima trama y consigue una historia más seria y compleja, unas mejores y hasta cierto punto más imaginativas escenas de acción y, lo que es más importante, un villano con algo más de carisma y más parecido al original de los comics en todos los aspectos que el olvidable Duende Verde cutremente robotizado de la anterior: el mítico y espectacular Doctor Octopus, al que da vida con gran solvencia Alfred Molina. Por desgracia, siguen quedándosele cosas en el tintero que de nuevo impiden que la película alcance la cota de “seriedad” que su protagonista se merece, por lo que todo el conjunto vuelve a caer en el error de base de la primera “Spiderman”, el de la mencionada infantilidad que se respira en toda ella.
Peter Parker, a pesar de los esfuerzos del director por mostrarle como un perdedor atormentado, sigue siendo el personaje infantil de aquella porque sigue sin tener el cinismo, el humor irónico y el cierto pesimismo que caracteriza al verdadero héroe/antihéroe de las viñetas. Por otra parte, los diálogos no han mejorado (siguen resultando pueriles y desaprovechados) y la trama se mueve entre momentos realmente acertados en los que se aprecia la mejoría antes comentada (los que desarrollan la creciente enemistad de Parker con su amigo Harry –el futuro nuevo Duende-, los que muestran el conflicto interior del Doctor Octopus –un poco mejor desarrollado que el del primer Duende-, la excelente escena del tren…) y otros verdaderamente ridículos, como algunos de su antecesora (la “lucha” de la tía de Parker contra Octopus -¿se supone que tiene que hacer gracia?-, el inicio del filme que muestra a Parker haciendo chorradas –hay maneras más sutiles de mostrar que las cosas no le van bien-…). “Spiderman II” resulta un filme entretenido en todo momento, aunque sigue, en mi opinión, siendo fallido, ya que Raimi, una vez más, no se lo tomó en serio. El horror de “Spiderman III”: mañana.
Creo que la mejora es más que apreciable y Octopus es un malo de enjundia, mucho mejor. La verdad es que la trilogía de Sam Raimi no ha destacado por aportar algo y es flojita, pero esta peli es más que digna y es la única que considero buena de las 3. La parte del tren a mi me encanta, y ahí se ve al Spiderman más humano y más serio que ya no se va a prodigar mucho más por desgracia. Que pena que las otras dos no se parezcan. Paul.
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