jueves, 7 de junio de 2012

ALIEN. RESURRECCIÓN de Jean-Pierre Jeunet – 1997 - (“Alien Resurrection”)



Más de doscientos años después de su muerte, Ripley despierta: ha sido resucitada empleando técnicas avanzadas de clonación y su ADN se ha mezclado con el de la Reina Alien, por lo que posee poderes superiores a los del resto de los humanos. La compañía que la traicionó ha desaparecido, pero otra nueva relacionada con el poder militar ha podido devolverla a la vida para hacerse con su bien más preciado: los aliens, a los que ahora están criando en secreto un laboratorio del espacio. Por supuesto, las letales e ingobernables bestias escapan y siembran el terror en el lugar. Ripley se une a unos piratas espaciales para acabar con ellos y para asestar el golpe de gloria a la maldita raza que le ha destrozado la vida.


Cuando todos creían que la saga de Alien por fin había terminado con el sacrificio de Ripley para salvar al mundo, aparece un poco por sorpresa una cuarta parte que echa a temblar a más de uno. Si la tercera de Fincher no fue todo lo buena que pudo haber sido… ¿Qué podría ser ya una cuarta en la que la teniente aparecía absurdamente resucitada? La clave para salir de este atolladero estaba en algo que Hollywood demasiadas veces olvida o ignora: un guión aceptable y, tal vez, un director con una personalidad o, por lo menos, un buen artesano. Jean-Pierre Jeunet, después de debutar en Francia, su país natal, con dos geniales películas fantásticas (“Delicatessen” y “La ciudad de los niños perdidos”) que ahora ya son dos clásicos de su cine, se lanzaba al mercado estadounidense para hacerse cargo de esta cuarta entrega y, al menos en mi opinión (que sé que muchos no comparten en absoluto) sale medianamente bien parado. Perteneciente a la generación que surgió tras la estela de Luc Besson, Jean-Pierre Jeunet, que se separa ya para siempre de su compañero Marc Caro en esta película, hace una versión de Alien adaptada al tipo de cine que esta generación suele practicar: un cine siempre comercial pero que busca una personalidad marcada. Es lo que es, básicamente, “Alien. Resurrección”: una entrega que vuelve al modelo de la acción de Cameron (como Fincher volvió al del terror de Scott) buscando conectar con un público que busca diversión pero también tratando de conectar con otro que busca un producto de aceptable calidad.


Jeunet presenta un espectáculo pirotécnico de efectos especiales y efectismo excesivo, mucho más que el de Cameron, y muy frenético, que no deja parar un minuto al espectador. Los aliens vuelven a ser una mayoría, y sus víctimas vuelven a estar armadas hasta los dientes. La ambientación es recargada, barroca, también de luces y sombras, aunque ya es incapaz de aterrorizar lo más mínimo (también porque el mito del Alien está ya muy visto en una cuarta entrega). Claro que en ningún momento “Alien. Resurrección” intenta ser una película de terror. Es una película para divertir, y la verdad es que creo que Jeunet, básicamente, lo consigue, aunque no aporte nada nuevo. La considero algo superior a la también irregular entrega de David Fincher ya que esta apuntaba muy alto y caía bastante bajo. La gran mayoría de las sagas, al llegar a su cuarta entrega, ya se presentan completamente deterioriadas en todos los aspectos. La de Alien cae, como es normal, pero no llega a este grado.


No pienso que “Alien. Resurrección” sea un filme malo: es simplemente un filme de acción, un filme de acción que, como los de Luc Besson o los del propio Jeunet, suelen estar por encima de la media del cine de acción del Hollywood actual. La clonación de Ripley a manos de los militares, si bien en una primera instancia puede parecer de auténtica risa, está realmente bien tratada por Jeunet: no queda tan absurda ni tan delirante como se espera. Tampoco está su personaje mal desarrollado: tiene la suficiente dosis de desencanto para resultar coherente con su vida anterior, destrozada por los alienígenas y por los seres humanos y su maldad, que, peores que los propios aliens, esta vez han rizado el rizo en su búsqueda de la grandeza y el poder. El resto de sus compañeros resultan atractivos, tan extravagantes como los habituales de Jeunet e interpretados por algunos de sus actores fetiche: Dominique Pinon, Ron Perlman… junto a otros como Winona Rider, que no lo hace mal. El desenlace contra el alien-humano está bien resuelto y es coherente, y realmente presenta una aceptable historia que se puede seguir con interés. ¿Piensan que “Alien. Resurrección” está infravalorada como simple película de acción y diversión? Tras su aventura americana, Jean-Pierre Jeunet volvería a Francia para rodar su famosa y bonita “Amelie”.


3 comentarios:

  1. Pues a mi me parece una chorrada de película. La tres por lo menos es coherente. Esto es como dices un espectáculo pirotécnico, pero sin la gracia de Aliens y sin terror y con todo sacado de la manga. A mi no me gusta nada esta. Saludos. Paul.

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  2. A mí particularmente, tras la primera que me parece mejor que todas las demás juntas al cubo, es la que más me gusta por ese intento de recuperar parte de la estética de Giger (más retorcida que en las dos que preceden). Se le puede achacar a Jeunet liarse (ni que sea parcialmente) con el argumento, vale, pero por elección visual y acción me parece acreedora a una mayor consideración... Además el bicho luce aquí con especial definición/resplandor. Saludos guzzeros.

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  3. Félix S. Trabanco8 de junio de 2012, 15:34

    Me parece un buen film. No es el mejor de su realizador, pero es realmente bueno.

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