martes, 26 de abril de 2011
HEDWIG AND THE ANGRY INCH de John Cameron Mitchell - 2001 - ("Hedwig and the Angry Inch")
El cantante Hedwig perdió, en su temprana juventud en el Berlín oriental, sus genitales a causa de una operación de cambio de sexo fallida. Ahora únicamente tiene una pulgada de carne en su entrepierna, pulgada de carne que da nombre a “The Angry Inch”, su grupo, con el que viaja por los Estados Unidos tratando de boicotear al famoso cantante Tommy Gnosis, su antiguo amor, que le robó sus temas y que se hizo rico con ellos. Hedwig va a hacer lo que sea para recuperar el triunfo que le arrebataron. También va a buscar el amor, esa otra mitad suya que aún no ha aparecido en su vida y que puede tener más cerca de lo que cree.
John Cameron Mitchell ya había triunfado en los años noventa con la obra de teatro de la película que nos ocupa, “Hedwig and the Angry Inch”, escrita por él mismo y con la que en el año 2001 se reveló como cineasta en la que fue una de las óperas primas más destacadas de su momento, aunque como musical fue ensombrecida en las carteleras por el “Moulin Rogue” de Baz Luhrmann, mil veces más publicitado, más convencional y nada trasgresor. Narra este magnífico filme, al igual que la obra original, la historia de Hedwig, un cantante transexual venido desde la Alemania del muro de Berlín hasta los USA con su grupo para hacerse con un triunfo que le corresponde, el que le ha robado su antiguo amante Tommy Gnosis, que le quitó todas sus canciones y que gracias a ello es una estrella de los escenarios. En este periplo exterior e interior, Hedwig también buscará un nuevo amor, a su mitad perdida, explorando sus sentimientos, sus frustraciones y los momentos tristes de su pasado para propiciar una revelación que ilumine su futuro sentimental. Hedwig es desprejuiciado, salvaje y extremadamente sensible, aunque a veces demasiado egocéntrico y tiránico con su grupo y con los que le quieren. Ama la música por encima de todo: su vida, llena de decepciones, está ligada a ella en todos los aspectos. Carga además con algo que le ha limitado mucho pero de lo que en ocasiones se enorgullece, algo que quiere que los que le amen acepten: una operación mal acabada en sus genitales que le ha dejado en la entrepierna sólo una pulgada de carne (la “Angry inch”, que además es el nombre de su grupo). Es un personaje que, en ciertos aspectos sentimentales, está basado en las propias experiencias de John Cameron Mitchell. La película es, además de una genial historia de amor y desamor y de lucha por un sueño, un homenaje a una época y a varios estilos musicales y estéticos (el glam, el rock, el punk, el kitsch…). Su visualidad es desaforada y preciosista, de una gran aura poética y cargada de espectacularidad. Su banda sonora original, la misma de la obra de teatro compuesta por Stephen Trask (que tiene un papel principal en el filme) es maravillosa de principio a fin, tan rabiosa como emotiva, tan delicada como electrizante, e incluye también temas míticos de otros autores como Dolly Parton o Lou Reed. Este filme tiene una de esas bandas sonoras que podemos calificar sin problemas de imprescindibles. El humor del que hace gala Cameron Mitchell en su cinta es tremendamente inteligente e irónico, y está lleno de referencias culturales y contraculturales de todo tipo (aunque predominen las musicales).
Ácida, cáustica, lírica y terrible por momentos, completamente desprejuiciada de principio a fin y verdaderamente trasgresora, “Hedwig and the Angry Inch” es, en mi opinión, uno de los mejores musicales de los últimos años. Por cierto: las escenas de animación son realmente geniales, todo un ejemplo de simpleza efectiva. Y Cameron Mitchell subyuga como protagonista: no sólo se revela como director y guionista, sino que también lo hace como actor.
Una maravilla que no me canso de ver (y escuchar), una preciosa película que merece mayor reconocimiento.
ResponderEliminarEstoy absolutamente de acuerdo. Es una joya que muchos aún no han descubierto y llena de momentos sublimes. Una película mayúscula que haces muy bien en intentar promocionar. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no la he descubierto aún, en parte, por la pereza que me da (y cada vez más)ver pelis en mi cutre computer. En las escenas con poca iluminación me lo pierdo tutto. Pero, xikillo, leyéndo tu entusiasmada critica, me parece que puede que esta week haga una excepción ;)
ResponderEliminarPásate para comentar tus favorite funny scenes y tus best sad ones que me hace ilu (en teoría había que escoger una, pero me niego a elegir) ;)
Ya me dirás en qué capítulo lostil estás, exactly. Sé lo doloroso que es ver como degenera una serie con tanto potencial y tantos buenos momentos pasados. ¡Aguanta!
Kisses animosos ***
A esta peli (para mi) le falta algo, un nosequé o un queseyo pero le falta algo para ser redonda.
ResponderEliminarLe faltan las escenas eliminadas, por cierto, si no lo habéis visto, mucho mejor que la peli (si eso es posible) es el documental "Te guste o no" donde cuenta toda la historia de cómo nacio la estrella mundial más desconocida de la hitoria.
ResponderEliminarUn puto coñazo para gafapastas. Desde cuando ser homosexual mola porque le sale a alguien de los genitales? Pues por los míos lo que mola es bailar la yenka, sodomizar armadillos y luego ir a Chueca a cantar canciones de Whitesnake a grito pelado.
ResponderEliminarY visualmente a los 5 minutos ya me había dejado con ganas de dejar de mirar para la pantalla (puto Bob Fosse, cuanto daño hiciste, cabrón!).
Y la banda sonora es punk de baratillo.
Y Wayne County no tiene ni la millonesima parte del talento y gracia de Bowie. Que siga viviendo de que le robo sus ideas a estas alturas es la más clara demostración de que todo tiene cabida en el rock, pero nada cabe mejor que los jetas bocachanclas; siempre tendran un público atento a sus paridas (durante 5 segundos, pero bueno, algo es algo).
Me encanta me encanta me encanta! Es una de mis películas favoritas. La historia de Hedwig es alucinante! Y menuda banda sonora, hay temazos ahí que nunca me cansaré de escuchar!
ResponderEliminar