viernes, 8 de abril de 2011

AMERICAN GRAFFITI de George Lucas - 1973 - ("American Graffiti")


Es la última noche del verano de 1962. Los jóvenes de Modesto, en California, salen a divertirse antes de que las vacaciones se den por terminadas. Es un momento crucial para cuatro amigos de la ciudad: dos que se marchan a la universidad y otros dos que se quedan en sus nuevos y primeros trabajos. Los cuatro se ven muy inseguros ante sus inciertos futuros. Sin embargo, eso no es razón para no pasarlo bien. Y la juerga promete ser grande…


Después del rotundo y estrepitoso fracaso de “THX 1138”, que incluso llegó a hundir a la American Zoetrope, George Lucas quiso rodar, según recomendación de sus amigos (entre los que estaban Coppola, Spielberg, Scorsese o De Palma) una historia menos fría que la de la distopía de su debut, más cercana a la realidad y menos oscura. Se le ocurrió entonces, a partir de recuerdos de su niñez y adolescencia, contar la aventura cotidiana de un grupo de jóvenes cualquiera de una pequeña ciudad norteamericana cualquiera. De aquí surgió su única película no enmarcada en el género de la ciencia ficción: “American Graffiti”, una de las películas míticas de la primera mitad de los setenta en los USA y una de las mejores películas comerciales sobre la juventud de este país. Su argumento era sencillo: cuatro amigos que han terminado el instituto, la noche antes de empezar sus nuevas vidas (unos con sus trabajos, otros con sus estudios superiores) salen a la calle con otros tantos jóvenes a disfrutar de la última gran fiesta del verano, que correrá por toda la ciudad. Estructurada como una colección de memorias de la generación que había sido joven en los años cincuenta y sesenta, dividida en casi imperceptibles capítulos o “pedazos” de noche independientes, la segunda película de Lucas es un cajón de pequeñas estampas cotidianas de la vida de provincias de la época que retrataba. Con una fotografía y un ambiente coloristas y festivos y una banda sonora de grandes éxitos evocadores (desde Buddy Holly a The Platters pasando por Bill Halley & His Comets), “American Graffiti” dejaba escapar un aire nostálgico lleno de encanto que aún no se ha perdido hoy. En un tomo siempre amable, desenfadado, sentimental, sin violencia, firmemente optimista e incluso algo ingenuo para nuestros días, disertaba superficialmente pero con un cariño sin par sobre el futuro de sus protagonistas y su pérdida de la inocencia, protagonistas que eran arquetipos básicos de jóvenes del momento: el mediocre inseguro, el ligón sin aparentes sentimientos, el repetidor acomplejado por su bajo nivel en los estudios, el freak, el cachas chulito, el matón y sus matones… Llena de acción y con una irresistible aura romántica, fue un taquillazo que encandiló a la generación que la pudo ver en los cines: a los jóvenes por su temática, a los adultos por permitirles recordar viejos tiempos. A George Lucas le permitió además ganar un dinero que le iba a venir muy bien para rodar su gran obra, la que le lanzó a las estrellas: “La guerra de las galaxias”. “American Graffiti”, película algo sobrevalorada pero mítica y divertidísima, tal vez fue un lejano comienzo de la leyenda. También fue el comienzo de una gran carrera para sus protagonistas, entre los que estaban unos jovencísimos Richard Dreyfuss, Ron Howard (el director), Paul Le Mat, Harrison Ford…

1 comentario:

  1. Sí que es entrañable, la vi hace unos años y me gustó. Ahora me han entrado ganas de volverla a ver.

    Un saludo!

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