Porco Rosso

Porco Rosso

viernes, 31 de agosto de 2018

FRESH de Boaz Yakin - 1994 - ("Fresh")


Fresh tiene doce años y vive en Brooklyn, en Nueva York, traficando con droga para camellos mayores que él. Su familia es pobre y su hermana se prostituye para pagarse su adicción. Los momentos preferidos de Fresh son los que pasa con su padre, un jugador de ajedrez callejero al que le tienen prohibido ver. Sumergido en un ambiente hostil y sin oportunidades, Fresh decide enfrentarse a su situación... Aunque para ello va tener que sacrificar su propia infancia.


El director y guionista norteamericano Boaz Yakin debutó tras las cámaras de manera fulminante con el poderoso drama adolescente independiente "Fresh". Luego, su filmografía ha alternado constantemente obras buenas y otras no tanto, por desgracia. Le siguieron el drama, también social y de corte independiente, "A price abobe rubies", y posteriormente, con más presupuesto y más integrado en la industria, el drama deportivo sobre el racismo "Titanes", la floja comedia "Niñera a la fuerza", el filme sobre campos de concentración "Death in Love", la película de acción "Safe" y el filme para niños "Max".


"Fresh" fue una de las óperas primas más impactantes de su año, un drama que, a pesar de narrar algo necesario aunque mil veces visto antes (el desarraigo y la lucha por la supervivencia de un adolescente que se hace mayor de golpe) dejó al público y a la crítica marcados por la crudeza, la brutalidad y la violencia que exponía en una historia de desengaños contada en un estilo seco, directo, sin artificios dramáticos y sin efectismos. Fresh, al que da vida de manera impresionante Sean Nelson, es un niño más de un barrio bajo más, en este caso Brooklyn (retratado en tonos pastel y en ocasiones con un aire onírico), en Nueva York, que, privado de oportunidades para avanzar en la vida, se dedica a hacer encargos para los camellos de la zona. Gracias a estos trabajos, sobrevive manejando más dinero que algunos de sus propios familiares mayores de edad, entre los que destacan su tía, que lo ha adoptado; su hermana, drogadicta y prostituta a la que él tendrá que salvar y su padre, jugador de ajedrez callejero. "Fresh" es la crónica de un superviviente que retrata, ciñéndose a unos cuantos días, cómo su protagonista pierde su infancia de manera traumática. El espectador acompaña al pequeño en sus correrías y en sus negocios, es testigo de sus desengaños y experimenta la desolación de la violencia que lo sume todo.


Fresh aprende la técnica del ajedrez que le enseña su padre (un excelente Samuel L. Jackson) y la aplica a su propia vida, por lo que llega a ser consciente de que para ganar (o simplemente seguir adelante) ha de sacrificar muchas piezas. En su periplo Fresh se convierte en un hombre encerrado en el cuerpo de un niño, en un hombre retorcido y calculador. Sin embargo, este niño llora en su interior por haber muerto tan precipitadamente, lo que se refleja en el descorazonador y emotivo desenlace del filme, un ejemplo de limpieza y sinceridad y de técnica a la hora de alejarse de la truculencia fácil. Una escena para el recuerdo: la de la cancha de baloncesto, que no describo. Impresionante y dignísima película que se ha quedado algo olvidada y que creo que hay que revalorizar.


jueves, 30 de agosto de 2018

¿QUIÉN ESTÁ MATANDO A LOS MOÑECOS? de Brian Henson - 2018 - ("The Happytime Murders")


En un mundo en el que los humanos y las marionetas conviven no sin problemas, Phil Phillips es un detective privado moñeco que esconde un pasado triste y que ahoga sus días en la melancolía. Cuando un nuevo caso de asesinato de moñecos llega a él, se reencuentra con Connie Edwards, su vieja compañera humana de los tiempos en los que trabajaba para la policía. Ambos habrán de colaborar una vez más a su pesar. Y juntos van a descubrir algo muy, muy oscuro.


Brian Henson ha seguido la estela de su padre, Jim Henson, y ha dirigido numerosos shows de marionetas para su compañía y las películas de los Muppets "Los teleñecos en Cuento de Navidad" y "Los teleñecos en la Isla del Tesoro". La última de ellas es la comentada hoy "¿Quién está matando a los moñecos?".


La compañía de marionetas de Jim Henson, Jim Henson Company, crea una "división" dedicada a las películas adultas con marionetas llamada Henson Alternative y Brian Henson, su hijo, nos trae ahora "¿Quién está matando a los moñecos?", un soplo de aire fresco entre el mundo más feliz de los Muppets y sus derivados. Aunque, sinceramente, me esperaba que esta película fuese más políticamente incorrecta de lo que es. Y es divertidísima, ojo: me lo pasé teta con ella, un homenaje al cine negro clásico en un mundo en el que los muñecos y los humanos conviven con las esperables tensiones "raciales". Tenemos acción, tenemos thriller, tenemos cachondeo y tenemos gags desternillantes con homenajes a las marionetas y a su género. Melissa McCarthy entrega un papel con mucha gracia y su acompañante muñeco Phil Phillips es un personajazo, y los secundarios tienen carisma y la película se pasa en un vuelo. Sin embargo, creo que podría haber, como he dicho, arriesgado más. Su humor, basado mucho en el sexo o en la decadencia de las drogas, excesivo y tronchante, daba para mucha más parodia social que la simple "pollas, coños, tetas, culos" y "soy un yonki, estoy acabado, te la chupo por droga". Hay gags políticamente incorrectos, ojo, desde luego, y que le meten caña al sistema, pero creo que se desafora todo mucho en el mismo tipo de chiste y eso la hace menos redonda. Independientemente de esta apreciación personal, "¿Quién está matando a los moñecos?" me parece diversión y originalidad asegurada y muy recomendable para verla en los cines. Veremos cómo evoluciona esta división de la compañía de los Henson.


martes, 28 de agosto de 2018

VAIANA de John Musker, Ron Clements, Don Hall y Chris Williams - 2016 - ("Moana")


Moana es la joven y única hija del jefe Tui, el líder de su tribu. Es una chica que sueña con vivir grandes aventuras y con volver a recuperar las costumbres ancestrales de su pueblo: en el pasado fueron grandes navegantes y descubridores, pero hoy se han acomodado en su tranquila isla y ya no van más allá de los arrecifes cercanos. Moana empieza a intuir algo además... Empieza a ser testigo de señales extrañas que le dicen que una fuerza poderosa y milenaria se acerca...


Hasta el estreno, el próximo noviembre, de "Rompe Ralph II", "Vaiana" (de nombre real "Moana" y cambiado para casi toda Europa debido a que "Moana" es una marca ya registrada aquí) es la última película del canon de largometrajes de Walt Disney hasta la fecha (en 2017 no se estrenó ninguna nueva). Vino meses después de la maravillosa y soberbia "Zootrópolis", y era su complemento aventurero. Después de aquella, "Vaiana" puede que decepcione ligeramente, sobre todo porque es, como he dicho, una película de aventuras. No tiene el trasfondo social de ésta, ni un contexto tan sesudo, ni alegorías tan imaginativas y lúcidas: es más bien el eterno filme de acción y comedia. Sin embargo, como casi siempre en el caso del estudio del creador de Mickey Mouse, está muy bien hecho. Protagonista femenina fuerte e independiente se une a un dios un tanto chapucero para vivir un gran periplo a través de los mares. Hay un secundario cómico genial: un pollo delirante inolvidable. Y los dos personajes principales tienen mucho carisma, así como los villanos. Encontramos lo de siempre: la superación, la lucha por la justicia, el cambio personal, el viaje iniciático, la solidaridad, el perdón, la familia, la amistad. Lo de siempre, de acuerdo, pero muy bien llevado, sin pasarse con el azúcar o con la demagogia.


Todo esto además con una animación preciosa e imaginativa y con unos escenarios que son un prodigio, una delicia de observar (en especial está conseguidísima la iluminación marítima de los escenarios a todas las horas del día: creo que la han clavado). "Vaiana" tal vez sea una película menor, pero es una película menor de altura. Tal vez habría lucido más si se hubiese estrenado en 2017 y no poco más de medio año después de la mencionada "Zootrópolis". Independientemente de todo esto, es una muy buena obra animada.


lunes, 27 de agosto de 2018

ZOOTRÓPOLIS de Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush - 2016 - ("Zootopia")


La conejita Judy Hopps se ha preparado con ahínco para conseguir su sueño: ser policía. Y ahora que lo ha logrado, ha sido destinada a Zootrópolis, la gran ciudad en la que todos los animales de todas las especies conviven en total armonía. Sin embargo, las cosas no van a ser para ella como esperaba... Su primer y aburrido trabajo es ser encargada de los parkings urbanos. Algo, a pesar de todo, ocurre: Judy descubre por casualidad que están pasando cosas extrañas en la ciudad.


En 2016, la casa Disney estrena dos largometrajes: "Zootrópolis" en marzo y "Vaiana" en noviembre. Las dos son buenas películas, pero concretamente la primera de ellas, la que comento ahora, me parece una absoluta maravilla y una de las mejores creaciones que ha regalado el estudio en los últimos años. "Zootrópolis" ha ganado incluso valor con el tiempo: en estos tiempos, valga la redundancia, de juicios apresurados por internet, de inquisidores de red social, de noticias falsas, de jaurías humanas desbocadas, de mayorías y minorías acusándose mutuamente de todos los males del mundo, de condenas a muerte social por una frase sacada de contexto y de guerras culturales entre sexos, razas, sexualidades, nacionalidades, esta película es una metáfora excelente y muy lúcida de esta clase de situaciones. Fábula de animales moderna, utiliza las claves de este "género" para, sirviéndose de los mencionados animales, realizar una alegoría sobre los enfrentamientos entre las personas diferentes, sobre el miedo al otro, sobre la demagogia y el revanchismo y hasta, con matices, sobre asuntos tan peliagudos y utilizados políticamente con gran descaro como la memoria histórica. Todo ello envuelto en un paquete de thriller de aventuras con los habituales (y efectivos) toques de comedia que homenajean a clásicos y a modernos del cine negro (desde "El Padrino" hasta "Breaking Bad") y que nos deleita con un mundo espléndicamente recreado y animado muy rico, muy diverso, y con gags geniales.


Los personajes de la película son una delicia del carisma, la relación entre los dos protagonistas principales es inolvidable, la trama es dinámica y está llena de sorpresas del todo inesperadas, las escenas de acción son todas divertidísimas, hay gags impresionantes como el de los perezosos (de verdad, es que debería estar en las antologías del humor animado) y los mensajes que el filme transmite están expresados con seriedad y sin aprovecharse de los efectismos, de lo lacrimógico o de lo demagógico y, además, son aprovechables tanto por los niños como por los adultos. Maravillosa película es "Zootrópolis". Absolutamente maravillosa.


jueves, 23 de agosto de 2018

MYSTIC RIVER de Clint Eastwood - 2003 - ("Mystic River")


Jimmy, Dave y Sean fueron amigos en su infancia: jugaban juntos en las calles de su barrio de Boston. Ahora han llegado a la mediana edad y un desgraciado incidente les ha vuelto a unir: la hija de diecinueve años de Jimmy ha sido asesinada en la vecindad. Sean, que es policía, es asignado al caso. Y la fatalidad les va a envolver a todos.


Clint Eastwood se recupera de la terrible e inexplicable "Deuda de sangre" con "Mystic River", una de sus grandes e indiscutibles obras maestras. Es muy difícil fusionar bien el thriller y el drama, y el actor y director lo consigue aquí con una soberbia elegante y una maestría fuera de toda duda. Basada en la novela homónima de Dennis Lehane, narra la historia de tres viejos amigos de la infancia que, cuando ya han llegado a la mediana edad, se reencuentran en su barrio de Boston de toda la vida girando alrededor de un brutal y desafortunado asesinato que les toca muy de cerca. Eastwood explora, en el marco de la eterna pero real cultura de la violencia de los USA y de la fatalidad con la que el azar nos golpea, las relaciones entre la verdad y la mentira, las diferentes concepciones de lo que es o debería ser justicia (y el hecho de tomárnosla o no por nuestra propia mano) el mito urbano que genera miedos cotidianos, la condena social que cae sobre personas ya marcadas para toda la vida y la huella que deja un trauma sobre la vida no solamente del que es víctima de el, sino de los que le rodean. Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon están absolutamente inconmesurables, maravillosos, del todo inolvidables. Conforman uno de los tríos de actores más potentes de las últimas décadas en esta película y, especialmente los dos primeros, entregan unos papeles que duelen de verdad, sobrecogedores.


La trama de la película por otra parte es fluida y directa, el estilo sobrio, la fotografía una joya, la dirección de un gusto exquisito, la banda sonora de diez y perfectamente adecuada (como un guante viene a todo) y los secundarios están todos igualmente impecables. "Mystic River", con un desenlace además que pone los pelos de punta y que ha quedado para la antología, es una obra imprescindible, un clásico instantáneo, de la filmografía de Clint Eastwood y del último cine americano en general. Ambigua, cruda, sin concesiones, sin buenos y sin malos y que nos invita a pensar sin formular juicios tajantes. Si alguien no la ha visto todavía, ¡que corra a verla ahora mismo, por favor!


ME VOY UNOS DÍAS DE VACACIONES. ¡HASTA ENTONCES! :)

martes, 21 de agosto de 2018

ENFRENTADOS de David von Ancken - 2006 - ("Seraphim Falls")


Hace pocos años que ha terminado la Guerra de Secesión. Gideon es un hombre que recorre las montañas huyendo de otro llamado Morsman Carver, que le persigue con saña y que ha contratado a un grupo de brutales cazarecompensas para que le ayuden en su tarea. Gideon huye sin parar. Y Carver disfruta haciéndole sufrir. ¿Qué ocurrió entre ambos?


"Enfrentados" (de nombre real y más adecuado "Seraphim Falls") es un western completamente desconocido y absolutamente genial de David von Ancken, un director que, desde que lo estrenó, se ha prodigado exclusivamente en series, lo cual me parece una verdadera lástima (hace unos meses sin ir más lejos comentaba en este blog los tres capítulos de "Tutankamon", dirigidos por él, una mini-serie que era muy pero que muy flojita, y eso lo digo siendo bastante suave). "Enfrentados" narra una historia muy clásica y muy vista, sí, pero excelentemente recreada y con un ritmo frenético. Dos hombres se persiguen hasta la muerte justo después de la Guerra de Secesión. ¿Qué hay entre ellos? Von Ancken, en unos paisajes maravillosos y muy variados de naturaleza indómita, que pasan de las cumbres heladas al desierto más inmisericorde, delinea una trama que nos va regalando poco a poco valiosa información sobre los dos protagonistas, unos por cierto magistrales Pierce Brosnan (sobre todo éste, que me sorprende aquí con un papel que duele de verdad) y Liam Neeson, que manejan juntos una química increíble. "Enfrentados" es ambigua, es una escala de grises total: no hay buenos ni malos completos y los hechos terribles de la Historia, que los protagonistas no pueden controlar, son los que condicionan sus vidas.


Es éste un filme antibelicista, antipatriotero, que retrata con un ojo agudo cómo la violencia sólo engendra más violencia y cómo el uso de las armas no salva a nadie. Los diálogos son magníficios, los secundarios impagables, los momentos casi oníricos muy notables y muy lúcidos, y las escenas dramáticas casi todas soberbias. Solamente el prólogo, vertiginoso y que impacta de verdad, da para un cortometraje completo absolutamente redondo. Y el desenlace pone literalmente los pelos de punta. Es una lástima que desde 2006 David von Ancken no haya dirigido ningún largometraje más. Creo que es un director con personalidad que debería volver a ponerse tras una cámara para algo más que para capítulos de series de encargo. Mientras lo hace o no, yo no dejaré de reivindicar esta joya del western crepuscular y a la vez clásico tan poco desgracidamente conocida.


lunes, 20 de agosto de 2018

DRÁCULA de John Badham - 1979 - ("Dracula")


Un barco sufre un terrible naufragio en las costas inglesas junto al manicomio que regenta el Doctor Seward. El único superviviente es el Conde Drácula, venido desde la lejana Transilvania, superviviente que se instala en el lugar en un viejo castillo abandonado que adquiere con su fortuna. El Conde, un hombre misterioso y sensual, pronto entabla relaciones con los Seward y sus amigos. Pronto también Lucy, la hija del Doctor, se siente locamente atraída por su persona... Y pronto empiezan a ocurrir extraños hechos en la zona.


Una de las versiones del mito del Conde Drácula más injustísimamente olvidada ha sido, sin ninguna duda, la de John Badham, ese cineasta con unos inicios prometedores que terminó cayendo en la mediocridad y en la impersonalidad más absoluta con el paso de los años. Este “Drácula” es todavía una de sus primeras creaciones, una de las más ambiciosas de su carrera y la que afrontó justo al terminar su exitosísima y genial "Fiebre del Sábado Noche" basándose en la obra de teatro de Hamilton Deane (basada a su vez en la novela homónima de Bram Stoker) que había arrasado en Broadway con el propio Frank Langella como el referido Drácula. Badham hace gala de la pericia visual que mostró en sus inicios para construir un filme de fortísima aura clásica y cargado de homenajes a planos de otras versiones de su mito que se ve ensalzado, sobre todo, por una ambientación soberbia y sobrecogedora animada por una enorme banda sonora de John Williams. Los poquísimos escenarios que el filme muestra resultan aterradores gracias a una atmósfera enrarecida excelentemente explotada y desplegada y a un aliento onírico que lo envuelve todo: destacan especialmente entre estos escenarios el del manicomio, con una sala central tremendamente opresiva, y el del castillo del Conde, en unos tonos azulados y a la vez sensuales geniales.


La trama de este "Drácula", aunque en su día fue despreciada por muchos por aparecer notablemente trastocada (Lucy es la protagonista de la obra y Mina es su amiga, mientras que el doctor Seward es su padre y el personaje de Quincey es inexplicablemente eliminado), es otro punto muy fuerte del conjunto: el protagonismo femenino es esencial para la historia (se trata de una mujer fuerte y decidida que no se somete a las normas machistas de su tiempo) y las escenas de acción que posee son comedidas, impactantes, muy violentas, animadas por unos efectos especiales muy destacados y también de consciente aura clásica. El reparto que les da vida además está en estado de gracia, especialmente un genial Frank Langella como Drácula venido directamente de su papel teatral (un Drácula distinguido y muy sexual olvidadísimo el de Langella), una Kate Nelligan muy destacada como Lucy, un también muy destacado Laurence Olivier como Van Helsing y un excéntrico y divertido Donald Pleasence como el doctor Seward. Es una lástima que el "Drácula" de John Badham, que no funcionó demasiado bien las taquillas en su día, permanezca tan olvidado hoy.


sábado, 18 de agosto de 2018

EL MUNDO ES NUESTRO de Alfonso Sánchez - 2012 - ("El mundo es nuestro")


El Cabesa y el Culebra son dos amigos de Sevilla que están hartos de la crisis económica brutal por la que está pasando España y que deciden atracar una surcursal bancaria para largarse forrados a Brasil a vivir la vida padre. Pero el Cabesa y el Culebra no son precisamente dos lumbreras, y el tiro les va a salir por la culata... El robo que tenían planeado, rápido y sencillo, se va a convertir en un caos demencial...


Lo confieso: tenía prejuicios con el cine de Alfonso Sánchez y Alberto López, los dos miembros del dúo "Los Compadres". Había visto unos cuantos vídeos de ellos, en los que parodiaban la idiosincracia sevillana más gruesa, y no me habían hecho gracia e incluso me habían resultado casposos. Me he tenido que tragar mis palabras con sus dos películas, "El mundo es nuestro" y "El mundo es suyo". Hoy hablamos de la primera de ellas. Siempre me he quejado bastante de que en España no se han hecho suficientes películas sobre la crisis económica y que se van a dejar, como suele pasar a veces, para cuando la crisis ya haya terminado del todo, por lo cual su impacto crítico es menor. Estos dos cómicos, en 2012, el que fue posiblemente el peor año de esta crisis, cuando el paro más subió y cuando más negro se puso todo, se lanzaron a rodar una astracadana que funcionaba de verdad. "El mundo es nuestro" narra el atraco a una sucursal bancaria de dos canis (o bakalas, o merdellones, o bajunos, o burracos: tienen mil denominaciones) que están hartos de la situación económica del país. Allí, por supuesto, se lía parda. Alfonso y Alberto saben delinear a dos personajes muy reconocibles, con sus partes luminosas y repugnantes ambos, víctimas de una situación de pobreza endémica ya desde antes de la crisis pero de la que también tienen su parte de culpa: el Cabesa y el Culebra. Alrededor de ellos, hay otros cuantos genialmente retratados, desde empresarios sin escrúpulos hasta policías corruptos pasando por trabajadores quemados, parados desesperados o agentes de la ley que tratan de ser íntegros. El retrato es certero y agudo, y con cada carácter le meten una pullita a varias de las actitudes que ayudaron a fraguar la crisis económica que nos acabamos de comer con patatas.


"El mundo es nuestro" tiene un humor brutal, zafio, demencial, pero cargado de significado y muy políticamente incorrecto a veces. Recuerda al primer "Torrente" de Santiago Segura (el primero es muy reivindicable), a la primera "Carmina o revienta" o al cine kinki: por medio del delirio, de lo exagerado, se construye una realidad que no tiene ya tanta gracia. Los dos componentes de "Los Compadres" saben hacerlo bien, cargarse de referencias pero dar vida a dos personajes propios con los que denunciar una situación terrible, la de aquellos años de terror y depresión en los que el paro llegó a estar por encima del veinticinco por cierto y que desembocaron en las crisis políticas y sociales que todavía estamos padeciendo en parte, a pesar de la mejora del panorama económico. Al filme se le va un poco la pinza por el final; se vuelve algo caótico y cae en tópicos ya excesivamente gruesos. Sin embargo, es más que loable, y bajo su envoltorio aparentemente "cuñado" esconde mucho, mucho más de lo que parece. No puedo dejar de recomendarlo. Y ya el mes que viene hablaremos de "El mundo es suyo", la cual también me ha sorprendido mucho.


viernes, 17 de agosto de 2018

MEGALODÓN de Jon Turteltaub - 2018 - ("The Meg")


Un submarino de aguas profundas de un equipo internacional de exploración queda atrapado, con sus tres tripulantes, en la fosa oceánica más grande del Pacífico. Jonas Taylor es un especialista del rescate en este ámbito que, depresivo y traumatizado por la culpa de un pasado oscuro, ve pasar los días en un pueblo costero de Tailandia mientras se entrega al bálsamo de la bebida. Hasta que contactan con él... Le necesitan para salvar a estas personas...


Jon Turteltaub es un director de películas comerciales de variados géneros irregular, que a veces entrega cosas dignas y a veces bodriazos infames. No tiene personalidad como autor y muchas de sus películas han sido grandes taquillazos. Su filmografía se compone de las comedias "Think Big" y "Los locos de la carretera", del filme infantil "Tres pequeños ninjas", del filme deportivo "Elegidos para el triunfo", de la comedia romántica "Mientras dormías", del drama sobrenatural "Phenomenon", del drama "Instinto", de la comedia "El chico", de las películas de aventuras "La búsqueda" y "La búsqueda II: El diario secreto" y "El aprendiz de brujo", de la comedia "Plan en Las Vegas" y de la comentada "Megalodón".


Serie B con dinero. Ahora hay mucho de eso. "Megalodón" es lo que es: serie B hecha con pasta y mucha tontería. Es un truño de película, pero su propuesta ya desde el punto de partida ni es seria ni pretende serlo. Eso sí, tampoco es un "Sharknado": igualmente, no pretende ser una comedia, ni siquiera involuntaria. Así que el conjunto da para poco: ni satisface a quien busque una experiencia de acción y aventuras digna ni a quien busque partirse la caja un rato. Y esta tierra de nadie termina de matarla. Jason Statham hace de él mismo otra vez y ahora tiene que salvar a un grupo de personas de un tiburón prehistórico que ha surgido de los abismos marinos un poco por la cara (bueno, no: ha sido para aprovechar el tirón de "Jurassic World: El Reino Caído"). Es un personaje soso y los secundarios que van con él también. El megalodón de marras se salta las leyes de la física cuando le da la gana y los humanos también. Los diálogos son muy pestosos y las escenas de acción muy espectaculares pero tontorronas y olvidables. De la trama ni hablamos: es una gilipollez como una casa, pero sin gracia, ni siquiera en los eventuales chascarrillos y fanfarronadas de su género. El escualo prehistórico es un despropósito que rompe el cristal y el metal a dentelladas pero que luego llega a una playa abarrotada de gente y no hace nada, y Statham se tira al agua él solo a matarlo con un arponcito y sin equipo de ninguna clase. Se pueden imaginar. Ah, sí, y también hay frases ecologistas de baratillo que critican al ser humano por cargarse el medio ambiente con obviedades que tratan de pasar por profundas. "Megalodón" es el clásico bodrio veraniego "sin chicha ni limoná" del que nadie se acordará en septiembre. 


jueves, 16 de agosto de 2018

BARAKA de Ron Fricke - 1992 - ("Baraka")


Documental sobre la naturaleza del planeta Tierra y su relación con los seres humanos.


El estadounidense Ron Fricke es uno de los grandes maestros del cine en dirección fotográfica. Sólo tiene en su haber el mediometraje "Chronos" y los filmes "Baraka" y "Samsara", todos ellos documentales sin voz humana que retratan la realidad de nuestro planeta tal y como es.


"Baraka" es un documental experimental pero también, en su momento, un nuevo concepto de lo que este género puede aportar. Narra, a lo largo de veinticuatro países, y exclusivamente utilizando la imagen y el sonido natural o aural, sin voces descriptivas de la situación, cómo se relaciona la humanidad con el planeta Tierra y con sus ecosistemas a lo largo de los siglos. Contrapone toda clase de culturas de nuestros días, rurales y urbanas, toda clase de tribus, de religiones, de formas de vida, y en toda clase de medios, fríos, cálidos, insulares, continentales. El centro de la obra es la espiritualidad en sus diversas concepciones, lo que se mantiene en pie entre los humanos a pesar de todas las diferencias y del paso del tiempo. Se contraponen además sin cesar las obras naturales con las levantadas por los mencionados seres humanos, y las desigualdades que existen en ambos medios, las atávicas y las creadas. Ron Fricke mezcla, sin cesar, en movimiento constante, imágenes, músicas, en un fluir que aparentemente es despreocupado pero que está perfectamente calculado para emocionarnos y hacernos reflexionar sobre nuestras grandezas y nuestras miserias. "Baraka", en lengua de los sufíes, significa "Aliento de vida", y este es el motor de la increíble narración que propone esta obra irrepetible fotografiada de una forma esplendorosa. Créanme que no van a encontrar nada igual. Esta creación cinematográfica inclasificable ofrece una experiencia visual, auditiva y emocional que pocas cintas han sabido reproducir en los últimos veinticinco años. Su secuela espiritual, "Samsara", segundo largometraje de Fricke, fue estrenada en 2011 y presentaba caracterísiticas muy similares. De ella hablaremos en otro momento.


martes, 14 de agosto de 2018

OUTLANDER de Howard McCain - 2008 - ("Outlander")


Año 709. Una nave espacial se estrella en un lago de Noruega. Alguien emerge de ella: un experto guerrero extraterrestre llamado Kainan. Y algo también sale de su interior: una terrible bestia sedienta de sangre que desaparece en esas heladas e inhóspitas tierras. Kainan la persigue. Y en su camino se topa con uno de los pueblos más brutales y feroces que habitan en el planeta: los vikingos. Con ellos tendrá que colaborar para acabar con el monstruo que amenaza con destruirlos a todos.


A priori, no me molesta que un extraterrestre llegue a la Tierra en los tiempos de los vikingos para matar a una suerte de dragón del espacio en compañía de los susodichos. Es más, me parece hasta entrañable, muy pulp, muy cachondo. Ahora bien, las cosas hay que hacerlas en condiciones o, por lo menos, con gracia y garbo pastichero. "Outlander", la única película que ha dirigido hasta ahora Howard McCain, que desde hace diez años no ha vuelto a ponerse tras las cámaras para grabar un largometraje, parte de una base a priori divertida, como la de, por ejemplo, "Cowboys & Aliens", muy cercana a ella tanto temporalmente como en esencia (y también fallida). El problema de este debut es que la falta de pretensiones que exhibe es de tal calibre que el conjunto naufraga por todas partes. El guión es simple y tontorrón, los personajes planos y tontorrones, los diálogos chorras y tontorrones, y las escenas de acción tienen un pase y punto pero tampoco son el culmen ni de la imaginación ni de la potencia ni del frenetismo. Los efectos especiales sí que son resultones, y la ambientación también, y el pastiche a nivel visual funciona (confesadlo: siempre quisísteis ver vikingos y naves espaciales y dragones del espacio siendo atacados por hachas y armas de asalto). Pero todo es tan tontito y tan predecible, y todo echa tanta mano del puro topicazo, que la falta de interés más allá de la exhibición piroténica y el aburrimiento mortal terminan llegando, y más pronto que tarde.


Hay que agradecer que, en sus circunstancias, "Outlander" es una película que no da gato por liebre (y que además ni lo intenta): va de lo que va y de lo que es; cachondeo puro, charcutería, chascharrillos, testosterona, bárbaros de tebeo clásico y marcianos de opereta espacial y punto. Y no es suficiente, claro. Si por lo menos la acción fuese más vistosa o los monstruos más originales, algo levantaría, pero la mediocridad generalizada está instalada y aposentada desde el primer hasta el último minuto y uno olvida pronto la película. Y es que no sólo se puede vivir de simpatía y de grandes actores (porque el reparto es de caras muy conocidas, desde luego), ni siquiera en una producción claramente comercial. "Outlander", a pesar de todo, se ha ido convirtiendo con el tiempo en una de esas películas que a pesar de ser malas se hacen extrañamente de culto, y hoy tiene bastantes defensores.


lunes, 13 de agosto de 2018

THE EQUALIZER II de Antoine Fuqua - 2018 - ("The Equalizer II")


Robert McCall ha seguido con su vida discreta en Boston y, en la sombra, ayuda como héroe urbano a los necesitados y a los oprimidos utilizando métodos de todo tipo. Ahora, se va a tener que enfrentar al golpe más duro que nunca le han dado: un misterioso asesinato ejecutado en Bruselas, en Bélgica, le va a conectar con algo muy oscuro e inesperado...


"The Equalizer" no era una maravilla, pero, a pesar de ser algo larga, se veía con agrado. "The Equalizer II", en la que repite como director Antoine Fuqua, ya no funciona. Es un total quiero y no puedo: el realizador trata de dotar al filme de seriedad, de no pasarse con la acción desaforada y de construir personajes y conflictos interesantes pero se le va la mano con el ritmo y con el ordenamiento de lo que cuenta. La trama central está colocada a trompicones en medio de un maremagnum de subtramas que no van a ninguna parte o que aportan muy poco en las que el bueno de Denzel Washington ayuda a gente necesitada y da discursitos. El interés se pierde en seguida. Todo es increíblemente errático, deslavazado, sin consistencia. Todo está cogido con alfileres y Fuqua se desvía tanto de la historia supuestamente principal de la película que esta deja de resultar mínimamente atractiva. Al protagonista, además, le sobra aquí moralina: llega a resultar cargante, cosa que no era en la primera entrega. Los villanos sorprenden, cierto, pero hacen también muchas tonterías que alguien en su lugar no haría y que cantan a la legua y que les comprometen a lo bestia. Queda una factura técnica correcta, y unas escenas de acción muy bien rodadas y un tratamiento de la violencia bastante brutal y sangriento, resultón, que añade enteros al conjunto. Pero no es suficiente, claro. El cuerpo de "The Equalizer II" es insoportable por extenso, por desangelado, por aburrido. Y además, es excesivamente larga para algo que se cuenta perfectamente, y con más ritmo, con quince minutos menos de metraje. Muy, muy, muy soporífera y olvidable.


sábado, 11 de agosto de 2018

SIMBAD: LA LEYENDA DE LOS SIETE MARES de Patrick Gilmore y Tim Johnson - 2003 - ("Simbad: Legend of the Seven Seas")


Simbad, el marino más famoso de los Siete Mares, aborda con su tripulación un barco cargado de riquezas y, durante el combate, se reencuentra en el con Proteo, el príncipe de Siracusa, su mejor amigo de la infancia y al que hace mucho tiempo que no ve. Algo está a punto de cambiar para Simbad... Su pasado va a volver. Y también una terrible maldición.


"Simbad. La Leyenda de los Siete Mares", versión libre del cuento "Simbad, el marino" de "Las mil y una noches", es la última película animada en dos dimensiones y en un estilo esencialmente tradicional que el estudio Dreamworks Animation ha realizado hasta la fecha. Marca, tras el gran éxito de la fórmula de "Shrek", fresca en su momento pero algo cansina ya y ultraexplotada en secuelas que salvo la segunda parte han ido vertiginosamente a peor, el fin de una época para la compañía (una época que ciertamente duró pocos años, apenas cinco años y pico). Este filme me parece, al igual que otros como "El Príncipe de Egipto", "La ruta hacia El Dorado" o "Spirit. El corcel indomable", una joyita que, desgraciadamente, ha sido bastante olvidada e infravalorada con el paso del tiempo. Los temas son los habituales, pero tratados de una forma adulta y emotiva: el amor, la amistad, la bondad, la integridad, la confianza y las falsas apariencias son los asuntos centrales y todos están tratados con seriedad y limpieza. La relación de Simbad con Proteo, su mejor amigo, está desarrollada con una delicadeza increíble, y personajes como la diosa del caos Erin, una villana con carisma pero bastante atípica en algunas cositas, afianzan la inspiración adulta del filme. Cuenta, además, con un personaje femenino protagonista, el de Marina, que rompe esquemas en el género y que presenta a una mujer fuerte, independiente, aventurera, que se interna en un mundo de hombres al que da una lección de igualdad.


El resto del filme es acción, acción y acción, muy bien desplegada y animada, absolutamente frenética, que lleva al espectador a viajar por mundos románticos y evocadores llenos de paisajes inolvidables, peligros sugestivos y monstruos fantásticos. Creo que es una de las películas en este sentido más variada y puramente divertida que ha hecho nunca Dreamworks. Sí hay una sola cosa que me chirría un poco en "Simbad. La Leyenda de los Siete Mares": el uso de insertos en 3D que a veces dan bastante el cantazo, tanto hoy en día como en su año, 2003. Dejando esto a un lado, tengo que alabar sin parar a esta joyita del cine de aventuras de corte clásico y serio. Creo que hay que reivindicarla, y mucho. Echo verdaderamente de menos al viejo estudio de Dreamworks que no abusaba de las producciones facilonas del corte de "Shrek" y del "caca, culo, pedo, pis".