1919. Holt Farrier vuelve de la guerra a trabajar en su circo de siempre. Su mujer ha muerto y él tiene que encargarse de sus dos hijos pequeños, que han pasado una mala temporada. El dueño del espectáculo ha comprado a una elefante que da a luz a un bebé con unas orejas gigantescas que, pronto, se hace muy querido por todos. Este elefantito está destinado a hacer grandes cosas en el mundo del circo.
Tim Burton ha perdido su flauta mágica. Desde hace una década e incluso más. Sus películas han perdido magia, originalidad, calidad, y muchas son ya meras adaptaciones de obras ajenas que dan la sensación de ser trabajos de encargo alimenticios. Algunas de las últimas son hasta verdaderos desastres, y con todas las letras. "Dumbo" llega en plena fiebre de adaptaciones de clásicos de Walt Disney realizados con actores y no es una mala película, pero te habrás olvidado de ella a la semana de verla. Cuenta una historia completamente nueva y adaptada a nuestros tiempos con la base de la película original, lo cual está bien por no ser un calco, pero está rodada con mucha mediocridad. El ambiente muy bien, ok, pero es Tim Burton: ha creado una Gotham City inolvidable, o a Eduardo Manostijeras, o a unos marcianos geniales. Esto se queda corto. Cualquier imitador suyo de pacotilla puede crear este mundo circense. Y la trama no es nada del otro mundo. Los buenos, los malos, lo predecible, la sorpresa que no es sorpresa porque está muy vista, el guión apresurado y los tópicos de siempre (amén de algunas algunas de bulto). "Dumbo" de 2019 se puede ver, pero no dice nada. Tiene incluso una parte central bastante aburrida, que pierde mucho el ritmo, y un desenlace donde todo pasa con cierta rapidez. No tiene nada vergonzante, no da gato por liebre y no es horrible, pero está a años luz de lo que este director, que parece perdido y cansado, ha hecho. Lo mejor: Eva Green. Con más pena que gloria el resto.
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