sábado, 16 de marzo de 2019
EL GORDO Y EL FLACO de Jon S. Baird - 2018 - ("Stan & Ollie")
1953. Los humoristas Stan Laurel y Oliver Hardy, "El Gordo y el Flaco", están de gira por el Reino Unido. Hace décadas fueron los dos cómicos más famosos y rentables de Hollywood, y triunfaron y se hicieron ricos con cientos de películas. Ahora, están en decadencia y tratan de llenar como pueden teatros de secunda clase y de aprovechar su gloria del pasado para intentar producir una nueva comedia para el cine: una parodia de Robin Hood. Pero las cosas no son lo que eran: los dos son ya viejos, y están cansados, y muchos jóvenes ya ni les conocen porque otros artistas les han sustituido en las carteleras.
El inglés Jon S. Baird ha dirigido hasta ahora tres películas: el biopic "Cass", la delirante "Filth. El sucio" y la comentada "El Gordo y el Flaco". También ha participado en series como "Babylon", "Feed The Beast o "Morir de pie".
"El Gordo y el Flaco" tiene todas las virtudes e inconvenientes de las películas de ese género tan polémico llamado "biopic": emocionará a los fans de los personajes de marras, posiblemente indigne a unos cuantos que sean más puristas, aburrirá tal vez a quien no le interesen o gustará a los profanos sorpresivamente. Con el biopic, nunca se sabe. Es un tipo de filme volátil, tan cómodo como arriesgado. "El Gordo y el Flaco", como la reciente "Bohemian Rhapsody", es una película de actores con un punto de telefilme. John C. Reilly y Steve Coogan son toda la película. Y están inmensos. Pero inmensos del todo. Parecidos aparte: es que actúan, se mueven, hablan exactamente igual que los originales Stan Laurel y Oliver Hardy. Merecen mil premios y más, y pasarán a la historia. La película entera está hecha para su lucimiento, y lo consigue. Luego, la trama está bien llevada por Jon S. Baird: es emotiva, es entrañable, tiene gracia y dosifica bien el drama y, en especial, bebe del gag para jugar con lo que es real y lo que no lo es, haciendo un homenaje a los cómicos. Muy bien y muy original. Luego, tiene los "tics" televisivos esperables: va demasiado al grano, esconde o directamente ignora los aspectos más escabrosos de las biografías de los dos humoristas (lo mismo que pasaba en la referida película de Queen con los cuatro miembros de la banda) y es muy conservadora en sus formas (aunque está muy bien rodada tiene pasajes absolutamente soberbios como el de la cena).
"El Gordo y el Flaco" es una película "de actores", pero de las buenas, de las que intenta redondear al máximo todo lo que trata de ofrecer aparte de dichas interpretaciones. Digna, rica, perfectamente ambientada y con dos interpretaciones, valga la redundancia, de infarto como bandera. Luego, también, poco arriesgada en lo demás como he mencionado, solvente en general pero ya, bastante limitada también por tener que atarse a una concepción "oficial" de sus figuras. La recomiendo, a pesar de todo: creo que es una gran introducción para los que no conocen a su dúo protagonista más allá de sus tópicos de siempre y un gran y sentido homenaje para sus fans.
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