domingo, 12 de abril de 2015

SUS AÑOS DORADOS de Emilio Martínez-Lázaro - 1980 - ("Sus años dorados")


María se ha quedado en el paro y pasea por Madrid, su ciudad, buscando trabajo y buscando conocer a personas que le llenen, ya que su aburrido matrimonio no lo hace. Un día, en la cola de la oficina de empleo, conoce a Luis, que está parado como ella y que tiene una mujer y un hijo pequeño con los que las cosas no le marchan especialmente bien. Entre ambos, y entre las parejas y los amigos y de uno y de otro, va a abrirse un puzzle de relaciones personales liberales en una España que intenta dejar a atrás el terrible recuerdo de cuatro décadas de dictadura.

"Sus años dorados" sigue la estela de "Las palabras de Max", la primera película de Emilio Martínez-Lázaro. Es, casi, una continuación de ésta. Tenemos ahora a dos personajes (dos parados en este caso) que deambulan por las calles del Madrid de la Transición buscando trabajo, buscando relaciones personales que les llenen y observando la sociedad cambiante de la España de finales de los setenta y principios de los ochenta. Muchos asuntos a la vez y todos en general bien tratados: el mencionado paro, la liberación sexual, las nuevas normas de la democracia, las convulsiones políticas y sindicales, la violencia, los restos del antiguo régimen que se resisten a morir, la incomunicación en la familia y en la pareja, la explosión cultural y musical, las relaciones de pareja abiertas. La película es valiente para su momento: no sólo porque muestre desnudos integrales (al fin y al cabo era la moda también entonces), sino porque, con el dictador Franco casi caliente todavía, se atrevía a tocar muchos temas tabúes como los mencionados. Los diálogos son buenos, los actores cumplen y el ritmo es el correcto, el contemplativo, el minimalista. Su desenlace es sorprendente: es totalmente inesperado y deja material para pensar (por lo menos en su momento creo que lo dejó, hoy las cosas por suerte han cambiado mucho). Y el estilo es el mismo de "Las palabras de Max": "Sus años dorados" es casi un documental, un homenaje a las obras de Michelangelo Antonioni y a la "Nouvelle Vague" francesa. Hoy, esta segunda obra de Emilio Martínez-Lázaro permanece bastante olvidada (ni siquiera hay fotos de calidad de ella aparte de su cartel). Como la primera, difiere mucho del estilo posterior de este director que, para muchos, se volvió demasiado comercial con el paso de los años y perdió notablemente el interés.

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