Mediados de los años sesenta. Estados Unidos. El boxeador negro Cassius Clay alcanza las cimas de su deporte y se convierte en uno de sus representantes más admirados en todo el mundo. Paralelamente, se empieza a transformar también, poco a poco, en un icono social. Cassius es consciente de que vive en una sociedad racista y violenta y, decepcionado con ella, se va convertir al Islam, va a ser un abanderado de los derechos de los negros y se va a oponer a la Guerra del Vietnam. Los altos poderes le van, por supuesto, a hacer la vida imposible y, sin embargo, su fama no va a dejar de subir y subir...
A la hora de valorar un "biopic" (y también un documental sobre un personaje) siempre hago la misma prueba (cuando puedo hacerla): si no conozco demasiado bien al personaje o si incluso no me interesa, pero la película consigue llegarme, interesarme y emocionarme, la película es, pienso, buena (valga todo la redundancia). Michael Mann, cuando sale del thriller, su género predilecto, también entrega películas geniales. Por ejemplo, "El último mohicano", una "rara avis" total en su filmografía, o esta "Ali", que narra la vida del famoso boxeador norteamericano Muhammad Ali, un personaje mítico de la historia de los Estados Unidos y de la lucha por los derechos sociales en dicho país. Icono de dicha lucha (y en especial del campo de los derechos de los negros en los mencionados USA y también de la resistencia contra la Guerra del Vietnam), Ali fue una de esas figuras tan polémicas y controvertidas como admirables que se enfrentó a una sociedad clasista, racista, belicista y violenta. Michael Mann despliega toda la historia del personaje con limpieza y coherencia, con una introducción perfecta para los profanos del boxeo o de su mencionada vida, con un equilibrio perfecto entre la cotidianeidad del boxeador y la referencia al hecho histórico y con un drama perfectamente dosificado y desarrollado. Como siempre, y siendo como es Mann amante de las películas largas, "Ali" dura 167 minutos, pero se pasan volando debido al buen hacer y al excelente ritmo que el director le imprime al conjunto. La cinta es, además, un fresco social y político redondo que (otro de los méritos de los mejores "biopics" y documentales "personales") trasciente al propio personaje para lograr explicar toda una época.
Hay que elogiar el trabajo de Will Smith dando vida al boxeador. Como buen actor o como actor completo Will Smith será todo lo discutido que quieran, pero aquí está sencillamente sublime. Además de haber estado meses preparándose tanto físicamente como en conocimientos del Corán, brilla con luz propia en un papel henchido de carisma y sufre con dolor en unas escenas de boxeo fantásticas, que nunca aburren (mérito de Michael Mann también). Los secundarios cumplen también de sobra y la ambientación de la época es precisa y riquísima (se rodó prácticamente todo en los lugares donde el propio Ali vivió en aquellos años). Excelente "biopic" en todos los aspectos.
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