martes, 13 de enero de 2015
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS de Ralph Bakshi - 1978 - ("The Lord of the Rings")
El hobbit Frodo Bolsón, sobrino de Bilbo Bolsón, ha heredado la casa de su tío después de que este dejase La Comarca para siempre. Frodo lleva una vida tranquila en su tierra natal. Sin embargo, un día su viejo amigo Gandalf le hace una visita... Frodo ha heredado también algo que puede cambiar para siempre el destino de La Tierra Media y va a embarcarse en la mayor aventura de su vida... Una aventura en la que las fuerzas del bien y del mal van enfrentarse en su peor batalla.
En la segunda mitad de los años setenta, Ralph Bakshi, animador revolucionario y siempre dispuesto a afrontar grandes retos, se atrevió a realizar una tarea por entonces titánica y que nadie se había atrevido a realizar: intentar adaptar la mítica novela "El Señor de los Anillos" de J. R. R. Tolkien en uno de sus filmes animados. El resultado fue muy desigual, por desgracia, pero siempre quedará ya constancia en la historia del cine que, en una época en la que los efectos especiales eran muy caros y muy difíciles de crear, en la que los productores eran mucho menos arriesgados debido a ello (y mucho más en lo que a animación se refiere) y en la que el público potencial "freakie" cinematográfico (ustedes me entienden) era bastante menor que a partir de la era de Internet (a pesar de que sagas como "Star Trek" o "Star Wars" despuntaban o estaban a punto de hacerlo), alguien se lanzó a dibujar las aventuras de Frodo, Gandalf, Aragorn y compañía. Fue "El Señor de los Anillos" la segunda incursión de este creador en el cine fantástico tras la genial "Los Hechiceros de la Guerra", que había supuesto su cambio de género después de las inmisericordes parábolas sociales que fueron "Fritz, el gato", "Heavy Traffic" y "Coonskin".
"El Señor de los Anillos" de 1978 mezcla la animación tradicional con la labor de actores reales y el rotoscopio y representa a la perfección y con un lujo de detalles enorme el mundo de Tolkien. La mencionada animación que exhibe la película es una delicia, los personajes se adecuan a la esencia que de ellos se da en el libro que se adapta (tal vez Aragorn y Boromir se salen un poco de la descripción "oficial" y caen en los "tics" típicos de la fantasía pulp setentera, pero es perdonable), el mensaje del escrito está perfectamente representado con sus valores (la amistad, la valentía, la lucha contra el mal, la crítica a la guerra, al racismo y a la destrucción de la naturaleza...) y la trama sigue lineal el mencionado libro sin tampoco faltar a la también mencionada esencia (curiosamente, Bakshi dejó de lado las aventuras en Las Quebradas de los Túmulos y la estancia con Tom Bombadil... al igual que hizo el también discutidísimo Peter Jackson en su película "La Comunidad del Anillo" de 2001). A a la cinta, por desgracia, le falla el guión, y notablemente.
Ralph Bakshi cometió un enorme error en su "El Señor de los Anillos": adaptó el primer libro de la trilogía, "La Comunidad del Anillo", y metió con calzador parte del segundo, "Las dos torres", en la parte final del metraje, para dejar el conjunto colgando, mal cerrado y con el ritmo resentido. La película, tras la separación de Frodo y Sam del grupo, termina siendo una sucesión de escenas lentas y mal distribuidas (las carreras de Aragorn, Gimli y Legolas y los planos de orcos son interminables y bastante poco soportables) y, además, la historia avanza a partir de este momento a trompicones. Es una pena, porque la primera parte del filme es divertida, cumple como adaptación y es una delicia tanto de la animación como de los decorados.
"El Señor de los Anillos" de Bakshi fue un éxito de taquilla, pero un fracaso de la crítica y no convenció a los fans de la obra de Tolkien. No hubo continuación de la historia (era demasiado cara y su éxito incierto) y todo terminó con una versión independiente de "El Retorno del Rey" del estudio de Arthur Rankin Jr. y Jules Bass realizada para la televisión que intentaba aprovechar el tirón de la película pero que tuvo resultados artísticos muy malos. El caso de esta cinta fue una auténtica pena. Su creador volvió por suerte a su cauce artístico de siempre con la excelente "American Pop", una de sus grandes obras maestras, y esta primera versión de la trilogía del anillo se convirtió con el paso del tiempo, a pesar de sus problemas, en una obra de culto que influyó según muchos críticos a la versión de Peter Jackson que llegaría más de dos décadas después.
No me gusta nada la técnica del rotoscopio y esta película es mejor cuando más prescinde de ella. Da la sensación de que al final se quedaron sin presupuesto y la terminaron de mala manera, aunque no son pocas las cosas que sirvieron para la posterior adaptación de Peter Jackson. Su punto flaco es el desarrollo de la historia, con saltos de guión y un argumento en ocasiones mal explicado.
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